• 01/10/2023 00:00

Qué tenemos en la cabeza cuando votamos

Para llevar a cabo una campaña política exitosa, es sumamente importante comprender a los electores y sus necesidades [...]

La persuasión es una herramienta esencial en la política. Así como los líderes deben transmitir confianza a sus electores, los miembros de cualquier campaña buscan apoyarse en un candidato confiable para cumplir sus objetivos. No existe una fórmula sobre cómo conducirse, pero esta dependerá del tipo de partido y las características de los miembros que la componen.

La obra Qué tenemos en la cabeza cuando votamos, escrita por el sociólogo y consultor político Hugo Haime, reflexiona sobre los elementos claves para una campaña exitosa poniendo en duda las bases de la estrategia y marketing político tradicional al que estamos acostumbrados.

Para llevar a cabo una campaña política exitosa, es sumamente importante comprender a los electores y sus necesidades más allá de los problemas que puedan afectarlos. Dicho esto, se debe tomar en cuenta tanto el análisis social como la opinión pública para entender cómo piensan los electores, ya que a diferencia de lo que indica la célebre teoría de la espiral del silencio, los medios de comunicación ya no tienen tanta influencia como se piensa sobre la toma de decisiones políticas del electorado.

El autor considera que existen elementos claves a tomar en cuenta para ayudar a cualquier candidato a ganar cualquier campaña electoral. El primer elemento comienza con el candidato y su deseo de alcanzar el poder. Ya sea que el candidato esté motivado por la aprobación social o simplemente prestigio, los candidatos a puestos políticos tienen un mismo móvil: ser queridos.

Otro de los elementos indispensables para una buena campaña es tener objetivos específicos. Si la campaña cuenta con objetivos bien trazados, se podrán concretar acciones y definir etapas con mayor facilidad y eficiencia. Cuando los objetivos de una campaña no están bien definidos, se corre el riesgo de perder oportunidades favorables para el candidato.

Haime también considera que el éxito puede ser de dos tipos: circunstancial o permanente ¿cuál es la diferencia? El éxito circunstancial se genera de situaciones sobre las que no tenemos control alguno, por más que tengamos una campaña bien estructurada. Tal fue el caso del Partido Revolucionario Democrático en las elecciones del 2019, donde tras dos periodos seguidos sin resultados favorables, logró el triunfo tan solo 30% de votos a favor, asegurando así la presidencia del país y el control mayoritario en la Asamblea Nacional.

Por otro lado, el éxito permanente solo es posible a través de la perseverancia y una voluntad de hierro. Un ejemplo popular actualmente es el fenómeno de Juan Diego Vásquez quien inició su carrera política postulándose como candidato independiente en el periodo pasado, que aún sin contar con los mismos recursos que un candidato postulado de un partido político, obtuvo el puesto a diputado por el circuito 8-6, convirtiéndose en uno de los candidatos más votados en el último periodo electoral.

Una estrategia de campaña bien definida es otro de los puntos claves para el éxito. Los consultores políticos deben tener en cuenta un sin número de factores tales como: posibles problemas que dificulten alcanzar los objetivos de campaña, caracterización del contexto social e institucional del ambiente electoral, diagnósticos sobre el electorado, un mensaje claro y una promesa electoral creíble para la gente, entre otros.

En fin, aún si se alcanzara a concretar todos los puntos que componen una excelente estrategia de campaña, se debe tener en cuenta los sucesos imprevistos que puedan estropear su desarrollo, siendo la flexibilidad un atributo indispensable para responder ante situaciones no previstas.

Ante estos imprevistos, el autor sugiere cuatro planes de acción a tomar: concentrarse en vencer la presión del adversario; pensar con cabeza fría soluciones; tomar siempre una decisión y, por último, decidir con base a lo que los electores deseen.

Tanto el equipo encargado de realizar una campaña electoral como la organización detrás de la campaña deberán tener una estructura orgánica realmente fuerte que permitan realizar cada una de las tareas necesarias de manera rápida y eficaz, convirtiéndose en una carrera de flexibilidad más que de perseverancia.

Tras recuperar la democracia en nuestro país en 1990, el electorado ha ido madurando en cuanto a sus decisiones políticas, rechazando una bolsa de arroz para exigir a sus candidatos a puestos de elección pública, partidistas o independientes, a compartir propuestas de valor que resuelvan las problemáticas del ciudadano común; obligando así a la clase política a crear campañas más sofisticadas y convincentes si desean alcanzar el éxito en las próximas elecciones.

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