• 10/01/2025 00:00

Defenderemos la lucha de la sangre derramada

El 9 de enero de 1964, el mundo asombrado puso sus ojos sobre una pequeña nación: Panamá, reconocida hasta ese momento como un cuasi protectorado o una cuasi colonia norteamericana. Muy poco se sabía de la histórica lucha del pueblo panameño por hacer valer su plena soberanía y conquistar su auténtica independencia. Lo que sí se conocía es que una oligarquía había cedido a perpetuidad parte de nuestro territorio para el uso y usufructo de Estados Unidos.

Desde los años cincuenta del siglo pasado, inició un proceso de protestas sociales exigiendo la reversión del Canal y sus áreas adyacentes, así como del retiro de las tropas norteamericanas de nuestro país. Sobresalen las jornadas de 1958 y 1959, al igual que las manifestaciones del 63.

El 9 de enero de 1964, un pueblo indefenso se enfrentó con coraje y gallardía a la primera potencia militar del mundo; a la más asombrosa maquinaria de guerra jamás conocida, misma que más moderna y poderosa reapareció 25 años después, el 20 de diciembre de 1989, cuando George Bush padre ordenó invadir a Panamá con el beneplácito de la oligarquía criolla.

Gracias al sacrificio del pueblo y a la sangre de los veintiún panameños que ofrendaron sus vidas ese inolvidable enero de 1964, las bases militares yanquis fueron desmanteladas y el Canal y sus áreas adyacentes pasaron a Panamá.

Pero todavía lejos está de cristalizarse, de manera completa, el sueño de nuestros héroes y mártires. El Canal ha pasado a ser parte de la rapiña de esa misma oligarquía, que ha regido a nuestro país y que siempre ha estado dispuesta a vender la nación. Gran parte de las utilidades que brinda la operación del Canal se comprometen en la renta sustituta ante evasión fiscal y negociados, y no en atender la deuda social que se ha venido acumulando a lo largo de nuestra historia. Es evidente que para la oligarquía, la patria no importa, que no tienen bandera. Para colmos, los distintos gobiernos han intentado replantar bases militares norteamericanas en nuestro territorio, so pretexto del narcotráfico y la migración. En estos momentos, cuando Donald Trump persiste en amenazas invasoras contra naciones de la región, entre ellas Panamá, y tomar el Canal, las declaraciones de Mulino no son garantía de la defensa de la patria, con un cuerpo diplomático que dio un bochornoso espectáculo en la Asamblea Nacional. Como si fuera poco, aliados de Trump utilizan nuestro país como centro de conspiración de la derecha internacional y rampa de agresión a otros pueblos de la región.

Además, los gobernantes de turno han pretendido que esta gesta histórica sea olvidada al eliminar de los planes de estudios la asignatura Relaciones de Panamá con los Estados Unidos, que pese a haber sido reintegrada, no se imparte con rigor necesario; promulgar normativas declarando la fecha como “día puente”; hoy con un decreto municipal en el distrito de Panamá por Mayer, que además de ser ilegal, es una acción de traición a la patria, al irrespetar la memoria de los mártires de enero.

El 9 de enero no es un día más de asueto, es una fecha de reflexión patriótica, de homenaje para quienes ofrendaron su vida en aras de la nacionalidad, de la soberanía nacional.

En el ejemplo de dignidad y heroísmo de los mártires de enero de 1964, encontramos la inspiración para enfrentar las difíciles situaciones que se nos presentan: seguridad social, minera, río Indio, violación a las normas laborales, alto costo de la vida, entre otros. Trabajamos en fortalecer la capacidad de lucha, organización y unidad del pueblo.

Como patriotas, bajo ningún pretexto, aceptaremos vivir otra vez la vergüenza y la ignominia de ceder nuestra soberanía a una potencia imperialista, tal como sucedió en 1903 con el Tratado Hay Bunau Varilla sobre el Canal de Panamá.

A los gobernantes de turno, a los entreguistas y vendepatria, les recordamos: los mártires hablaron claro, no permitiremos que su sangre sea irrespetada. El Canal es de Panamá, nuestro territorio no será rampa de agresión, y la lucha continúa por un Canal a favor del desarrollo nacional que atienda la deuda social.

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