• 04/01/2021 00:00

Brigada de médicos cubanos: ¿un buen samaritano internacional?

“[…] estamos hablando de la gente que está siendo nominada, por más de 6400 académicos y parlamentarios del Reino Unido y prestigiosos académicos en Japón, para obtener el Premio Nobel de la Paz”

En esta oportunidad, el papa no ofició la primera ceremonia del año por razones de salud, sino el cardenal Re, pero este dio a conocer el texto de su homilía.

Afirmó -haciendo referencia al pasaje evangélico sobre el amor al prójimo- que cuando el buen samaritano se encuentra con aquel “pobre medio muerto” en medio de la calzada “no le dio un sermón” (…) “… se inclinó ante aquel extraño tratándolo como un hermano y lo cuidó haciendo todo lo que estaba en sus manos”.

Cuando vemos a un destacamento de profesionales que tomaron la decisión de decir presente ante ese “pobre medio muerto” -nuestros contagiados por la COVID-19- en condiciones en que otros pasaron, lo vieron, le dieron “un sermón” achacándole toda la culpa de lo que les ha ocurrido, con lo cual se revela que se desentendieron de la responsabilidad hacia el cuidado de nuestro prójimo concreto. O peor, dejar la idea de que se ofrece el cuidado, regalando cuasi catres de campaña sin que lo acompañen equipos humanos, que son los que ofrecen la atención que vale. Todo esto, a cambio de que nuestro Gobierno respalde sumisamente, políticas guerreristas contrarias a nuestra vocación de neutralidad, en el plano geopolítico internacional.

Hay otros que pasaron de largo ante la tragedia de nuestro “pobre medio muerto” y cuando el buen samaritano se dispuso a darle cuidado, algunos de los que habían pasado de largo, pusieron cortapisas a este auxilio. Mientras algunos médicos especialistas y políticos afirmaban que “había médicos competentes panameños dispuestos” a trabajar para enfrentar la pandemia, “que hacía innecesaria la venida de los médicos extranjeros”, se conoció lo que empujó al Gobierno a tomar tal decisión, sin duda muy valiente, dadas las presiones en su contra.

En efecto, otro médico de prestigio internacional en Neurocirugía, el Dr. Francisco Sánchez C., informó acerca de eventos ocurridos donde ya no quedaba otra opción que acudir a médicos probados en el exterior. Afirmó, por ejemplo, que: “Hubo reuniones y compromisos por parte de todas las asociaciones de aportar personal y hojas de vida para nombrar y se encargó al decano (de Medicina) de esa tarea. Se aportaron cuatro especialistas y tres declinaron, porque temen a la COVID”, más adelante indicó este miembro del Consejo Consultivo de COVID que “Llegamos a noviembre abriendo más salas de hospitalización, UCI y UCRE con el mismo personal y poco refuerzo (…). Al decano se le ocurrió acelerar 400 idoneidades de medicina general para reforzar hospitales y policlínicas y centros de salud y solo 50 aceptaron”.

Al final, de los días del año 2020, algunas otras personalidades exigían someter a los brigadistas cubanos al escrutinio de sus idoneidades, lo que, al decir del Dr. Sánchez Cárdenas, era un contrasentido, dado que estamos en una urgencia nacional y tampoco se le exige esto a los médicos de EUA cada vez que vienen a realizar sus campañas cívico-militares. Lo cual, pareciera sugerir que el compromiso ético adquirido por los médicos por la vida ha quedado subordinado a la geopolítica, a intereses económicos o a posiciones ideológicas.

Personalmente, tuve la oportunidad de tener contacto indirecto con la brigada y me di cuenta de que se trata de médicos especialistas en toda clase de medicina tropical y experticias frente a epidemias y COVID-19 en países como Andorra, Italia, Nicaragua, México, Venezuela y muchos más. Es decir, no ha llegado gente improvisada, a tal punto que hasta conocen mejor cuáles son los perfiles epidemiológicos de nuestro país, la distribución y funcionamiento de los servicios de salud, cosa que no he visto que lo dominen muchos especialistas panameños. A pesar de este conocimiento, han mostrado mucha humildad en no rechazar las “capacitaciones” por parte de personal panameño, de algo que en gran parte ya saben tanto o más que muchos nacionales.

Es decir, estamos hablando de la gente que está siendo nominada, por más de 6400 académicos y parlamentarios del Reino Unido y prestigiosos académicos en Japón, para obtener el Premio Nobel de la Paz.

O sea, por todo lo que hemos podido palpar como científico, la brigada ha dado muestras de proceder exactamente como actuó el buen samaritano de la parábola a la que el papa Francisco aludió en su primera homilía del año. Dejemos la politiquería y los intereses creados a un lado, en favor de nuestros “pobres medio muertos”.

Sociólogo y docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
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