• 24/07/2012 02:00

Alfredo (Baby) Alemán Arjona (1914-2012)

En la mañana del día 19 de julio de 2012, el amigo entrañable Alfredo (Baby) Alemán Arjona se nos fue a las regiones del silencio. Golpe...

En la mañana del día 19 de julio de 2012, el amigo entrañable Alfredo (Baby) Alemán Arjona se nos fue a las regiones del silencio. Golpe mortal tan formidable, al sacudir el espíritu con las más punzantes de la emociones, a tal punto que solo el silencio, solo las lágrimas mudas, solo la contemplación interior de un tropel de recuerdos y reflexiones, parecen ser lo apropiado ante el decreto inexorable de la muerte.

El ‘Baby’ Alemán fue diputado a la Asamblea Nacional, ministro de Hacienda y Tesoro y gerente general del Instituto Panameño de Turismo, pero, sobre todo, fue un político de ideas liberales para quien la libertad, la democracia, la justicia social, no fueron palabras vanas. Porque él tuvo en grado superlativo el sentido de las masas.

Admirador de Francisco Arias Paredes ‘el caballero de la política’, fue un convencido de que la verdadera República no puede ni debe ser otra cosa que un sistema de organización social mediante el cual se obtenga un máximo de bienestar para la masa popular entera, para la totalidad del conglomerado humano que constituye la Nación panameña.

Esa identificación con la masa popular, sin discriminación, con sus aspiraciones y problemas, con sus necesidades y sus intereses, con sus dolores y su destino; esa compenetración genuina y afectuosa que lo movió a hacer siempre suya la causa de los humildes y los necesitados, fue lo que caracterizó la figura política de (Baby) Alemán con esa aureola simpática en que el amor y la confianza del pueblo eran reflejo luminoso de sus excelsas cualidades de hombre, de caballero y de ciudadano.

Se le amó por la generosidad, se le admiró por la rectitud, se le respetó por el carácter, se le apreció por la nobleza del espíritu, se le escuchó por el juicio certero emanado de la clara inteligencia, y se tuvo confianza en él por el valor tesonero con que batalló por sus ideas. Porque aquel hombre bondadoso y campechano, jovial y sencillo, fue también cuando el momento lo exigía, un combatiente formidable por el empuje animoso y la perseverancia indómita.

Recordamos que, en 1959, cuando se llevó a cabo ‘la Marcha de Hambre y la Desesperación’; un movimiento popular originado en Colón, liderado por el joven popular Andrés Galván, tuvo resonancia histórica de dimensión nacional. La marcha de 83 kilómetros desde la ciudad de Colón a la capital (4 de octubre de 1959), contó con el apoyo del pueblo panameño. Por iniciativa del diputado Alfredo (Baby) Alemán, se solicita que los dirigentes colonenses Andrés Galván y Eugenio Barrera pasen al recinto de la Cámara y expongan sus demandas y aspiraciones.

Los diputados oficialistas abandonaron el recinto y los manifestantes se tomaron la Asamblea. Los únicos que permanecieron en sus respectivas curules fueron los diputados Alfredo (Baby) Alemán y Aquilino E. Boyd. Semanas después el gobierno de Ernesto de la Guardia Jr., hizo realidad los objetivos de la marcha: establecimiento del salario mínimo de B/ 0.50 la hora y el código agrario.

Tengamos fe en que el espíritu inmortal de Alfredo (Baby) Alemán reposa en el más allá con la serenidad del que en vida hizo el bien y detestó el mal.

Mantengamos vivo el recuerdo del parlamentario integérrimo, el amigo nobilísimo, el batallador insigne, el ciudadano amado de este pueblo, que él amó tanto.

Inspirémonos siempre en su ejemplo que hizo de la perseverancia una norma, de la amistad un culto, de la lealtad un derrotero y de sus convicciones un baluarte.

PEDAGOGO, ESCRITOR Y DIPLOMÁTICO.

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