El ático

CONSUMISMO Y QUEJADERA Si bien muy cierto es que cada uno se gasta su dinero en lo que mejor le parece y nadie tiene derecho a cuestionarlo —a menos que sean los hijos que no reciben sus pensiones alimenticias o ven limitados los recursos para sus estudios, aunque padre y madre compartan el mismo techo—, no es menos cierto que a muchos panameños les encanta quejarse. Pero, asimismo vemos los comercios repletos de gente que llena carretillas de todo lo que ve, para después escatimarle a la canasta básica de alimentos. El consumismo parece materia obligada en Panamá, tal como lo es la quejadera. Hay familias que sí pasan el colmo de las necesidades, hay pobreza; pero la gente realmente pobre es la que menos se queja, porque el tiempo lo usa en trabajar para alimentar a su familia. El resto, llena los famosos ‘malls’ capitalinos y los que ya están en las provincias. Un poco de responsabilidad con nuestra economía casera nos vendría bien... si no nos parece, entonces, no nos quejemos tanto.