• 21/02/2019 01:00

Agua y competitividad

Es un reconocimiento que se lleva la Junta Directiva de la Autoridad del Canal de Panamá 

Sin dudas que la elección de Ricaurte ‘Catín' Vásquez e Ilya Espino de Marotta fue la noticia del viernes último y el acontecimiento de la semana pasada. Más allá del reconocimiento profesional y meritorio que implican las designaciones, habrá que subrayar algunos hechos que marcan, cualitativamente, estos nuevos nombramientos respecto a los dos anteriores que siguieron a la devolución del Canal de Panamá a manos panameñas el 31 de diciembre de 1999.

Ante todo, la autonomía con que fueron seleccionados los nuevos administradores, a partir de una lista que incluyó una veintena de aspirantes; segundo, el papel seleccionador de una firma contratada para estas labores, que aun cuando levantó inicialmente suspicacias por la novedad y el clima de injerencia que se temía por parte del Gobierno, justo es admitir que transcurrió en buena lid.

Es un reconocimiento que se lleva la Junta Directiva de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y en especial su presidente, el ingeniero Roberto Roy. Ojalá lo actuado sirva como precedente a futuro; un tercer aspecto es el número y la calidad de los aspirantes.

Hasta en esto el histórico Canal, que marcó las aspiraciones nacionalistas del Panamá del siglo XX, ha mostrado su peso y su influencia al subrayar el nivel, la capacidad y la seriedad de un número plural de panameños que pusieron sobre la mesa sus aptitudes y sobre todo el honor que representa ser el máximo responsable del desempeño de lo que Roy llamó y es ‘la principal empresa del país'.

Un cuarto aspecto sería la reacción mayoritaria de la ciudadanía. La cobertura de medios había creado una seria expectativa respecto a esta selección, no solo por tratarse del Canal, sino por cierta reserva en la manera como se había venido haciendo este ejercicio, no solo respecto al administrador, sino también frente a los integrantes de la Directiva.

No cabe dudas de que en esta ocasión la ACP ha mostrado autonomía, entereza y la amplitud que debe poseer una entidad que como esa es el resultado de una batalla histórica donde intervinieron todos los sectores de la sociedad panameña.

No es posible que, independientemente de la eficiencia mostrada, un solo sector de la sociedad panameña siga acaparando puestos y directrices, dejando por fuera a otros que empeñaron sacrificios imposibles de desconocer. Un último aspecto lo son Vásquez y Espino de Marotta, ambos profesionales con una excelente hoja de servicios, conocedores no solo del aspecto técnico y empresarial de la vía interoceánica sino de su historia, y respecto a los cuales todos los medios registraron el beneplácito con que han sido recibidas sus designaciones.

Vásquez no es un extraño en la ACP, ya antes ha manejado las finanzas de esa entidad, e Ilya la conoce desde toda su estructura técnica y en especial en las labores de ampliación. Desde su designación han señalado el rumbo: agua y competitividad, a fin de garantizar la eficiencia y la rentabilidad de este servicio que ofrece Panamá al comercio internacional y que en su primera fase desempeñaron tan eficientemente Alberto Alemán Zubieta, Jorge Luis Quijano y del subadministrador Manuel Benítez.

La ‘institucionalidad del Canal' es otra apuesta de los nuevos directivos. Catín e Ilya son el resultado de sentidos esfuerzos familiares, decisión de superación personal, competitividad profesional y largas horas de trabajo. Nadie puede poner en dudas su honestidad, su calidad profesional y sobre todo su calidad humana. Es de esperar que la autonomía, la independencia y los méritos considerados en esta ocasión sean aplicadas igualmente en la selección de los nuevos integrantes de la Directiva de la ACP.

PERIODISTA

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