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- 20/04/2021 00:00
Infiltración marxista en el partido democrático (II)
“De todas las tiranías, una tiranía ejercida por el bien de sus víctimas puede ser la más opresiva”, autor desconocido.
A principios de la década de 1950, cuando Estados Unidos ya estaba infiltrado por elementos comunistas, muchos autores de renombre estaban advirtiendo que los planificadores y estrategas izquierdistas sabían exactamente, por las experiencias comunistas del pasado, cómo ganarse la mente de los ciudadanos: controlando los medios de comunicación, el sistema educativo, inventando falsedades, difamaciones, el uso de corporaciones confiables, Hollywood, etc. Todos ellos fueron blanco para la futura toma de control multigeneracional marxista de los EE. UU.
Todas las fuentes que una vez eran admiradas y confiables y con acceso a las masas, se vieron comprometidas, como la ONU y sus diversas comisiones, la Unesco, la OMS, CIDH, organizaciones de derechos humanos, etc.
Ese cáncer ha funcionado sigilosamente detrás del escenario … HASTA AHORA.
La impactante e inesperada elección presidencial de Donald Trump interrumpió esa fluidez hacia el socialismo -precursor del comunismo.
El movimiento patriótico “Estados Unidos primero” de Trump, generó pánico en la izquierda. Con sus planes detenidos y los planificadores expuestos al público, la opción siguiente fue un golpe de Estado abierto y tiránico para deponer a Trump.
Aceptar y no dar importancia a las imposiciones negativas del movimiento marxista son las razones por las que Estados Unidos se encuentra en este punto hoy.
Pero es triste ver a tanta gente engañada pensando que estos izquierdistas demócratas tienen la autoridad moral, los principios y ética para gobernarlos y para crear leyes que contravengan verdades evidentes de la naturaleza, el sentido común, leyes naturales inmutables y asumir el derecho a redefinir las leyes naturales de nuestro género.
Cualquier persona que cree que es posible permitir que algún grupo ideológico tenga poder “ilimitado” para violar las leyes naturales, controlar su libertad y su vida y silenciar a toda oposición -en otras palabras, pensar que es posible hacer el “bien” utilizando poderes malignos usurpados ilegalmente, entonces, o estás viviendo en el planeta equivocado o tus pensamientos son defectuosos.
Confieso entonces, que estoy en contra del asesinato de los no nacidos (aborto), creo que el matrimonio es un acuerdo sagrado entre hombres y mujeres y que ningún grupo de presión, ningún político u organización internacional tiene el derecho a redefinir. Estoy en contra de censurar a aquellos que afirman lo obvio, de que nacemos niño o niña, o que solo hay dos sexos o géneros y no 10 o 20, como los izquierdistas quieren obligarnos a aceptar, contradiciendo la ciencia, la biología y el sentido común. Estoy en contra de la locura transexual y la glorificación de enfermedades mentales.
Por otro lado, es un hecho conocido que el Nuevo Orden Mundial (NOM) se ha infiltrado casi por completo en el Partido Demócrata. En todos los países del mundo son los grupos de izquierda quienes representan al Nuevo Orden Mundial.
Estos grupos “progresistas” de izquierda han utilizado el engaño, la mentira y la desinformación en su largo viaje a través de las diferentes instituciones de la vida cultural, social, religiosa, educativa, económica y política estadounidense, y han provocado que Estados Unidos esté completamente dividido en dos facciones existencialmente opuestas.
Desafortunadamente, los grupos conservadores y patriotas de esa nación y de otros países han sido lentos en despertarse a la amenaza que representa esa perversa alianza y coordinación entre el globalismo, el Nuevo Orden Mundial, el marxismo, los medios masivos de comunicación, las redes sociales, la ONU, las grandes farmacéuticas y los partidos políticos corruptos, que ha culminado, previsiblemente, en un audaz y total robo de una elección presidencial de Estados Unidos, y que ha robado a los estadounidenses de su democracia.
Los grupos marxistas se han vuelto completamente indiferentes al clamor popular. Ya no tienen miedo ni cautela para tratar de imponer su agenda. Toda su estrategia se basa en la cooperación y participación de los medios de comunicación que controlan y las redes sociales parcializadas y corruptas, para difundir desinformación, y, como dijo Joseph Goebbels, el ministro de Propaganda nazi: “La propaganda funciona mejor cuando aquellos que están siendo manipulados confían en que están actuando por su propia voluntad”.
Goebbels también tenía razón cuando dijo: “Cuanto más grande es la mentira, más se repite, más se creerá”.
Hoy, los demócratas tienen una ventaja similar a la de Goebbels: tienen los medios de comunicación masiva dispuestos a llevar las mentiras y narrativas de su partido sin crítica alguna.
Ahora que lograron alzarse con el gobierno estadounidense mediante el fraude, vemos cómo llevan la cabeza altiva y erguida como un periscopio, aun cuando se han convertido en proxenetas de lo moral y lo culto en la opinión pública.
Todos necesitamos comprender la encrucijada de los tiempos en los que nos encontramos hoy. Los grandes desafíos para nuestras sociedades, nuestros hijos y nietos, especialmente cuando vemos que las escuelas han descartado los estudios bíblicos e insisten en la teoría de la evolución, mientras crean una nueva generación de ateos con nuestros hijos.
De la izquierda lo único que vemos es sin razón, sin visión, sin compromiso, sin sentido común. Solo odio.
Si la gente no puede ver la realidad que tiene ante sí, entonces el lavado de cerebro es más extenso y completo de lo imaginado.