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Xavier Stanziola: Todos estos golpes, nos ayudan a seguir adelante
- 03/07/2023 11:57
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“La lucha es luchando”, asegura el economista Xavier Stanziola sobre el fallo de la Corte Suprema de Justicia en contra del matrimonio igualitario en Panamá. “Todos estos golpes, nos ayudan a seguir adelante”, remarca el activista de la comunidad LGBTIQ+ durante una entrevista con La Estrella de Panamá.
El especialista en economía cultural recomienda limar las asperezas dentro de la comunidad panameña, que realizó dos marchas que buscan reivindicar el Mes del Orgullo. Aunque las diferencias están ligadas a la democracia, considera que “hay que bajar los egos” ya que esto “se trata de un movimiento social”.
Xavier Stanziola también es un referente de las artes escénicas y narrativa panameña.Ha sido cuatro veces ganador del Premio Ricardo Miró, el máximo galardón que puede recibir un escritor panameño. Su primera obra de teatro fue galardonada en 1996, ‘De mangos y albaricoques’, una puesta en escena que considera que aún es vigente.
Hay muchos Fabricios en Panamá, él es un chico que tiene que esconderse y tiene miedo de salir del closet, asegura y lamenta. Y aunque el panorama actual es poco alentador, considera que se han dado cambios en el país. En menos de diez años se concretará el matrimonio civil para las parejas del mismo sexo, remarca el dramaturgo a este medio en su casa en Belfast, Irlanda del Norte, donde actualmente vive.
Pero no todo es activismo, añade, ya que, tener una familia ocupa bastante tiempo. Tiene 16 años de casado con su esposo, Harris Williamson. Con su hijo Richard Stanziola Williamson conforman una familia homoparental, la cual no ha sido “nada fácil” frente a las situaciones incómodas que han vivido en Panamá, y también en otros lugares, pero esos desafíos que han enfrentado no han sido impedimento para disfrutar de las situaciones que se dan cuando se vive con un adolescente. “Escucharlo a él sobre sus historias con su novia, qué consejos le doy, eso ha sido una nueva etapa”, dijo sonriendo.
Richard Stanziola Williamson es panameño, y goza de todos sus derechos como ciudadano panameño gracias a una maratónica labor que tuvieron que hacer para que él obtuviese su nacionalidad istmeña. Su sentido del humor y personalidad es idéntica a la de su esposo Harris, de quien heredó la nacionalidad irlandesa y británica.
Si van a adoptar a un menor de edad, que sea con asesoría legal y con el apoyo de la familia, recomienda para todos aquellas parejas del mismo sexo que deseen tener un hijo. La seguridad jurídica y emocional del niño es lo más importante, resalta Stanziola, quien participó con su familia este sábado de la marcha que se hace en pro de los derechos de la comunidad LGBTIQ en Panamá.
¿Siempre quiso ser economista y escritor?
Quería estudiar psicología, luego ser doctor. Mi papá me dijo: “ya no puedo pagar todo esto, decídete”. Desde 1997 estoy trabajando como economista.
¿Cuándo nació esa vena literaria?
Me gané una beca para estudiar un doctorado en Miami. Eso me dio mucho tiempo para hacer muchas cosas. Escribí una obra de teatro, ‘De mangos y albaricoques’, la cual fue ganadora del premio Ricardo Miró en 1996. Uno de los jurados luego me dijo: “voy a ser tu tutor”.
¿Qué le gusta más de estas profesiones?
La economía te ayuda a pensar de una forma bastante sistemática. La escritura es más emocional. Puedo disfrutar de los dos lados.
¿Qué otra faceta no conocemos?
Soy realmente abierto. También está mi familia, a la que hay que dedicarle bastante tiempo.
Artista ‘queer’¿nunca tuvo miedo de serlo?
Cuando eres un artista queer, te señalan de que eres panfletario, te dicen que no eres un artista. Ser queer es entender que también hay jerarquías que hay que retar.
¿Usted tuvo el apoyo de sus padres?
Fue difícil para ellos, hubo hasta lágrimas, pero a la vez, me dijeron: “¿cómo podemos apoyarte? Cuando mi esposo y yo le dijimos a mi familia que íbamos a empezar el proceso de adopción, no pestañaron, nos apoyó toda mi familia. Eso vale un mundo.
¿A qué edad reveló su orientación?
Fue a la edad de 26 años. Estaba en Miami, no con ellos. Cuando sale la obra ‘De mangos y albaricoques’, y estaba en una relación más formal, les dije.
No es lo mismo ser homexual blanco que negro, ¿concuerda o no es así como lo planetan?
Definitivamente que sí (...) Hay un tema no sólo de etnia, sino de clases sociales en Panamá. Hay mucha más discriminación si no eres blanco, o no perteneces a un grupo social económico.
¿En Irlanda no tiene ningún tipo de discriminación?
Irlanda del Norte es uno de los países más homofóbicos de Europa. En los cuatro últimos años, también hay un movimiento en contra de las personas trans.
La relatora sobre los Derechos de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex y relatora especial de Panamá de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Roberta Clarke, recordó que las personas de la comunidad LGTBIQ+ tienen el derecho a tener una familia, ¿cuándo cree que se concretizará el matriominio civil entre las parejas del mismo sexo?
Tengo que ser positivo, eso va a pasar antes de 10 años (...) A nivel interno, de la comunidad, es importante la unidad (...) Todos estos golpes, nos ayudan a seguir adelante. La lucha es luchando.
¿Qué opina de la frase “no te metas con mis hijos”?
Es muy problemático (...) Todos, de alguna u otra forma, ayudan a criar a tus hijos. Estamos hablando de una sociedad que se está volviendo más individualizada.
El personaje Fabricio ‘De mangos y albaricoques’, ¿cuántos de ellos hay en las familias panameñas?
Esa obra la escribí en 1996. Hace poco la montaron en el Teatro Nacional, a mí me puso muy triste que fuera relevante; que un chico de 25 años, que es profesional, tenga que esconderse y tenga miedo de salir del closet. Hay muchos Fabricios.
¿Qué ha sido lo más difícil de ser una familia homoparental?
Lo más difícil fue cuando estuvimos en Panamá, porque el Tribunal Electoral no quiso inscribir a mi hijo como panameño, por Constitución tienen que dar la cédula panameña, pero lo frenaron por muchísimo tiempo (...) Esas reacciones espantosas que te invalidan un poco, ha sido lo más difícil, pero al mismo tiempo, hay mucha gente en Panamá que te apoya y te respeta mucho.
Deben existir cosas bonitas que contar…
Richard nació con nueve dedos en las manos y cuatro dedos en los pies, pues no pensábamos que podía caminar. Hoy Richard no solamente camina, sino que corre. Lo metimos en clases de piano en una escuela en Panamá. Participó en un concurso; recuerdo a mi esposo llorando. Lo que usted quiera hacer, lo puede hacer, y eso fue lo que hicimos con él. Fue inolvidable.
¿Qué es lo que más disfrutan juntos?
Hemos hecho bastantes proyectos de escritura. Antes era mi mejor compañero para ir al teatro. Sus gustos han cambiado. Ya tiene 17 años, tienes sus amigos, su novia llega a la casa, el hecho de conocerla, hablar con ella, eso ha sido interesantísimo. Escucharlo a él sobre sus historias con su novia, qué consejos le doy, eso ha sido una nueva etapa.
Uno siempre tiene un padre favorito, ¿cuál sería el de él?
Tiene que ser mi esposo, porque cuando decidimos que íbamos a adoptarlo, sería mi esposo el que se quedaría en la casa a cuidarlo. Son uña y carne, tienen la misma personalidad.
¿Cómo lo protegen jurídicamente en Panamá?
Él es panameño, cuenta con todos sus derechos como panameño.
¿Qué consejos les daría a las parejas del mismo sexo que quieren adoptar, pero tienen miedo?
Este es un proyecto de vida, es formar una familia. Si lo van a hacer, que sea con asesoría legal y el apoyo de la familia. Todas esas protecciones legales deben estar ahí, es ser bien frío, pero también emocional porque es un proceso lindísimo.
Usted es activista, ¿qué recomendaría a la comunidad panameña que tiene dos marchas para librar todas las asperezas?
Hay dos cosas a la vez: en la democracia siempre hay conflictos. Pero se van a aprovechar de esas divisiones, personas como la diputada Corina Cano (...) Hay que bajar los egos, esto no se trata de una sola persona, se trata de un movimiento social. Se deben limar las asperezas de cualquier conflicto dentro del grupo, y salir con una sola cara diciendo: “somos personas que necesitamos que se respeten nuestros derechos”.
Su última obra de teatro, ‘La pura pureza de la luz', es una puesta que aborda el acoso laboral, ¿se considera feminista?
Soy un aliado. Leí una colección de microcuentos que se llama ¡Basta! Las mujeres son tratadas como ciudadanas de segunda clase en Panamá. Esta obra de teatro surge después de haber sufrido acoso laboral, pero me di cuenta de que, cómo una mujer afronta acoso laboral, es totalmente diferente al de un hombre. Recuerdo que una compañera de trabajo intentó suicidarse luego de sufrir acoso laboral.
¿Cómo sería el Panamá ideal que le gustaría vivir?
Lo más importante es que tengamos instituciones políticas y económicas que funcionen. Y que tengamos negocios que no solo piensen en maximizar ganancias sino en los trabajadores. Existe una élite que está tratando de destruir todas las instituciones democráticas. Necesitamos un Panamá donde la gente se comprometa.
¿Se inclina por algún aspirante político?
Estoy decepcionado por la oferta de los partidos políticos tradicionales. Me gusta el trabajo de la profesora Maribel Gordón, está trayendo una discusión diferente.
Si tuviese frente a usted al próximo presidente de la República, ¿qué iniciativa le pediría que implementará?
Que incremente, por lo menos un 2% del PIB a la investigación y a la ciencia. Está comprobado que los países crecen y se desarrollan cuando invierten en estos campos.
¿Algún día aspiraría a la política?
No sé, ahora mismo me estás entrevistando en un momento donde mi hijo es un hombre, ya no tengo ese rol de papá, y no sé qué haré con mi vida (Ríe).