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- 20/11/2022 00:00
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Es una investigación que describe y analiza en un espacio temporal delimitado que inicia en la década de los ochenta del siglo pasado, hasta abarcar las dos décadas de la presente centuria, el despliegue de la concentración de la tierra en un reducido número de propietarios.
Los últimos registros censales muestran una abismal asimetría: el 73% de las explotaciones (donde viven los campesinos), disponen solamente del 5% de la superficie agropecuaria. En el polo extremo, cerca del 2% de las explotaciones (mayores de cien hectáreas), poseen un poco más del 45% de las tierras utilizadas para fines agrícolas y pecuarios. (ver cuadro)
Esta edición con pie de imprenta 2021, la denominamos corregida, por las siguientes razones que detallamos:
- De la lectura de la obra: “Las grandes familias en Panamá, volumen I y II”, nos clarificamos en el despliegue de la genealogía de la familia Martinelli, cuyo tronco se inicia con el matrimonio entre Francisco Martinelli Martinelli con Sara María Pardini Dutari en 1904.
De esta unión nacieron nueve hijos: Enrique, Lorenzo, Francisco, María Sara, Eugenia Felicia, Ricardo, María Elida, José Ramón y Emma Martinelli Pardini. En la primera edición, la sección III. Proceso de compra y venta de fincas por parte de importantes grupos en la provincia de Veraguas.
El último grupo que se analiza, colocamos de forma errónea el “E. Grupo Martinelli – Della Togna.” Así solo se analiza el hijo mayor del tronco Martinelli-Pardini, se trata de Enrique Martinelli Pardini casado con Victoria Assunta Della Togna y que excluye los otros ocho hijos. En la nueva edición, se ha titulado “E. Los descendientes Martinelli – Pardini”.
- Otro error de fondo aparecía en la sección “VII. La burguesía agraria”, lo cual suponía la existencia de poderosos sectores agrarios con un proyecto propio, que lo diferenciaba de otros sectores burgueses.
En la edición de 2021, el titulo corregido: “VII. Poderosos capitales individuales en el sector agropecuaria panameño”. Allí en las primeras líneas queda claro que esos poderosos capitales individuales, que tienen intereses en el sector agropecuario istmeño, hacen parte de la burguesía hegemónica local y, por tanto, no forman un sector social diferenciado, que poseen un proyecto de país autónomo.
- En esta segunda edición, todas las juntas directivas fueron actualizadas, mostrando los cambios en ellas, tal como aparecen en la base de datos del Registro Público de Panamá.
- La segunda edición corregida y ampliada (2021), permite entender todo el proceso de constitución de los grandes latifundios y grupos económicos que tienen intereses en la sociedad rural panameña, cuyo saldo que relevamos, es la ruina de los campesinos. Es sobre ese fundamento socioeconómico, que se posesionan las directrices de política económica, cuyo acento está colocado en la supremacía del mercado, en medio de la utilización de los alimentos como un arma geopolítica, principalmente por la potencia en declive (Estados Unidos).
En quinquenio 2009 – 2014, que corresponde al presidente Martinelli, se puede en sus lineamientos de gobierno, una mención en la sección 3.2 Turismo, la declaración de “hacer más eficiente la titulación de tierras”.
Aclarando: “La reciente aprobación de la Ley 71 permitirá la titulación de derechos posesorios en islas y costas de forma ágil y transparente, facilitando de esta forma la tenencia de la tierra para futuros desarrollos turísticos.” Queda evidente, la necesidad de lanzar al mercado de compra y venta de tierras, los derechos posesorios, principalmente en las zonas marino-costeras, que puede ser adquirido por inversionistas para construir millonarios proyectos turísticos.
En el punto 3.3 sobre agricultura, se escribe la siguiente minuta:
- Crear institución para comercialización.
- Ampliar la irrigación.
- Construcción de carreteras de producción y acceso.
- Desarrollo de cadena de frío.
- Reestructurar las políticas de incentivos y asistencia.
En el plan de la administración de Juan Carlos Varela R. (2014 – 2019), se puede leer en el eje tres: “Como parte de nuestra Política Agropecuaria de Estado, adoptaremos una serie de medidas muy concretas para:
- acabar con los oligopolios que aumentan injustamente el precio de la canasta básica y otros artículos de primera necesidad;
- aumentar el acceso de nuestros pequeños y medianos productores a capital semilla;
- crear sistemas de riego;
- ofrecer asistencia técnica basada en las mejores prácticas de otros países, para ayudar a nuestros productores a desarrollar cadenas locales de distribución y exportación de sus productos que les permitan beneficiarse del comercio justo y cosechar las ventajas de los Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos y otros socios comerciales;
- desarrollar nuevos programas en las comarcas para ayudar a nuestros hermanos de los pueblos originarios a sembrar en sus propias tierras y cosechar para sí mismos;
- crear centros de acopio cercanos a las áreas de producción agropecuaria; y
- construir los caminos de acceso que hacen falta, (...)”.
Vemos ausencia de lineamientos concretos, para enfrentar la concentración de las mejores tierras, en un reducido número de grandes propietarios. En el Plan de la Administración actual (2019 – 2024), no hay ninguna oración en ese nivel estratégico, que, de pie a derivar una política pública, capaz de enfrentar la monopolización de la tierra en Panamá.
Concluimos que ningún plan de gobierno de las tres últimas administraciones, proponen una salida a la desigual distribución de la tierra en Panamá, mientras a contrario se agudiza.