La bienvenida de Mari Carmen Aponte

Después de la súbita renuncia de John Feeley, el 12 de enero de 2018, Estados Unidos (EE.UU.) no había nombrado otro embajador en Panamá. En el intervalo Roxane Cabral, Philip Laidlaw y Stewart Tuttle, como encargados de negocios, realizaron con profesionalidad el trabajo. El jueves, sin embargo, terminó la espera: el Senado ratificó sin oposición a la puertorriqueña Mari Carmen Aponte.

Es una mujer que se ha manifestado en defensa de la democracia, la libertad de prensa, la independencia de la justicia y los derechos humanos, que son principios y valores compartidos con la sociedad panameña.

Por su trayectoria se espera que la nueva embajadora contribuya con el fortalecimiento de las relaciones de los países que comparten intereses comunes, como el desarrollo de la economía, la probidad de la gestión pública, la seguridad de la región centroamericana y la protección del medio ambiente, entre otros.

Aponte es una abogada y diplomática de carrera, que se desempeñó como subsecretaria de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado durante el gobierno de Barak Obama, siendo Joe Biden vicepresidente. Ha ejercido como embajadora ante El Salvador.

Eloy Alfaro de Alba, exembajador de Panamá ante la Casa Blanca (1997-2000), expresó que hay aspectos que auguran que contribuirá de manera positiva con el fortalecimiento de las relaciones bilaterales.

Por sus raíces puertorriqueñas comparte la idiosincrasia y la cultura latina. “Merece de parte del gobierno y de los panameños una cordial bienvenida”, dijo Alfaro de Alba.

Roberto Alfaro es otro exembajador de Panamá en Washington (2002-2003) que mira con buenos ojos la confirmación de la nueva embajadora. Al mismo tiempo, Roberto Alfaro reconoció que este nombramiento es un logro para Panamá, que durante casi un quinquenio estuvo sin un representante diplomático de EE.UU.

En su opinión, no era correcto que un país que se ha caracterizado por ser uno de los mejores amigos de EU.UU. estuviera tanto tiempo sin un embajador, más aún en tiempos de la incursión de gobiernos socialistas en América Latina. Roberto Alfaro recordó que durante años EE.UU. ha sido un gran aliado de Panamá.

En ese sentido, Eloy Alfaro de Alba explica que la falta de designación de un embajador, sin embargo, no es un indicio de mala relación bilateral. Es más bien consecuencia de un conflicto político interno de EE.UU. que impedía la confirmación de designados en el Senado, y que tuvo el mismo efecto para otros países del continente y del mundo.

Jaime Alemán, exembajador de Panamá en EE.UU. (2009-2009), aseguró que la nueva embajadora tiene una excelente reputación. Está convencido de que realizará una gran labor a cargo de la embajada estadounidense, más aún cuando la relación de ambos países atraviesa por un buen momento. “Todas las personas con las que he conversado en Washington hablan en términos elogiosos de ella...”, agregó.

A José Miguel Alemán, excanciller de Panamá (1999-2003), le parece un paso correcto en el fortalecimiento de las relaciones bilaterales, con el país que ha sido nuestro socio histórico, y que además sus empresas lideran año tras año el renglón de la inversión extranjera directa en Panamá.

En Estados Unidos de América, cuando el Departamento de Estado nomina a un embajador, el proceso requiere ratificación por parte del Senado.

La polarización política, que no es ajena a esa nación, ha sido la principal causa de la ausencia de un representante a nivel de embajador, explicó el excanciller panameño.

José Miguel Alemán recuerda que Aponte cuenta con vasta experiencia diplomática. Está convencido de que será interesante contar nuevamente con una representación estadounidense al más alto nivel local. “Se espera que podamos trabajar conjuntamente en temas de importancia para ambos países”.