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Carlos Vargas: Falta de honestidad y transparencia impide que todos tengamos agua
- 18/08/2022 00:00
- 18/08/2022 00:00
Cuando llegué al lugar del encuentro para realizar esta entrevista, Carlos Vargas, que se presentó unos minutos antes de la hora acordada, estaba sentado, esperándome. Uno de los muchachos que atiende me dijo que un señor me esperaba y señaló la mesa en donde se encontraba. Sí, me cité con alguien aquí, pero no es esa persona, así es que me voy a sentar acá y esperaré, le dije al mesero.
De pronto escucho la voz inconfundible de Carlos Vargas que me dice: “Nubia, estoy acá”, me acerqué y sí, era mi personaje a entrevistar. “Me imaginé que no me ibas a conocer”, me dijo, al tiempo que se reía a carcajadas y nos dábamos un abrazo. Resulta que Vargas padeció un cáncer de páncreas que lo hizo perder 110 libras; definitivamente que no es ni la sombra de que lo fue. Ahora está delgado, pero tiene la misma risa y agilidad de siempre.
Vargas, quien manejó el importante tema agua durante muchos años en el Canal de Panamá, ahora pasa al mundo de los jubilados. Se trata de un hombre de mucha fe, soñador y con pensamiento positivo. Le encanta la vida familiar y el interior del país, donde nació. Habla con orgullo de sus dos hijas: Albalyra (ingeniera) y Karla (doctora).
Es perseverante, batallador, campechano y le da mucha importancia a la educación y a la comunicación en todos los ámbitos. Cuando eran los tiempos de la ampliación del Canal, Vargas era solicitado a menudo por los periodistas para hablar sobre el tema agua y él siempre estuvo dispuesto a hacerlo, a menos que estuviera muy ocupado.
De un estrato socioeconómico muy humilde y siendo el tercero de un hogar de cuatro hijos, desde muy pequeño Vargas ayudaba a su madre a vender empanadas y tamales, limpiaba botas y recogía tomates, y así contaba con el pasaje para ir al colegio Manuel María Tejada Roca, de la ciudad de Las Tablas y culminar sus estudios secundarios.
Manejar “La Purísima”, en diciembre de 2010, la peor inundación en la historia del Canal de Panamá. Increíblemente, también me tocó manejar “El Niño” en 2015-2016, la peor sequía que hemos vivido.
La inundación de 2010 no solo tuvo impacto en el Canal, pues recuerdo que un mes después, en enero de 2011, la sedimentación que acumuló la tormenta en el lago Alhajuela fue tal, que la potabilizadora de Chilibre colapsó y la ciudad estuvo sin agua por varias semanas. Estuve, junto con el personal de la ACP y el IDAAN, tratando de restablecer el funcionamiento de la planta. La presión ciudadana y el estrés vivido en esos momentos es indescriptible.
París es la capital mundial de la moda, Nueva York es la capital financiera, Costa Rica impulsa muchísimo el desarrollo y turismo sostenible; ¿por qué Panamá no puede convertirse en la capital mundial del agua? Yo soy un soñador, pienso que sí podemos lograrlo, principalmente, porque disponemos de los recursos naturales para hacerlo. Visualizo a mi país como una gigantesca macrocuenca empalmando, a través de un sistema de tuberías, el este del país (en el área de Darién), con su centro (en el área de Panamá y parte de Coclé) y el oeste (hacia el extremo occidental de Veraguas y el área de Chiriquí y Bocas del Toro), con un ramal hacia Azuero. Sería similar a las líneas de transmisión eléctricas, pero conduciendo agua.
Para lograrlo, tendríamos que comprometernos con el concepto del desarrollo sostenible y gestión integrada de los recursos hídricos en todo el país. La tarea inicial es detener la deforestación, la contaminación y el deterioro ambiental con el objetivo de garantizar la calidad y cantidad de agua necesaria para calmar la sed de los panameños. La conservación es fundamental para seguir soñando con el salto de Panamá al primer mundo. Sin agua, ¡olvidémonos de este sueño!
Solo la gestión de la macrocuenca central de Panamá (MCP), en Panamá y Coclé, por ejemplo, brindaría seguridad hídrica a la población panameña del Pacífico, el Caribe y la región del istmo desde Bayano hasta Penonomé. Por supuesto que habría que desarrollar una gestión similar en la macrocuenca del este, del oeste y del ramal de Azuero. El caso del proyecto sostenible de la MCP beneficiaría directamente a la población y al desarrollo de muchas áreas, incluyendo, pero sin limitarse a: la costa arriba, la costa abajo y la ciudad de Colón, Chilibre, Gamboa, Bayano, Chepo, Pacora, Tocumen, ciudad de Panamá y alrededores, Arraiján, Veracruz, La Chorrera, Capira, Chame, Gorgona, Coronado, San Carlos, Santa Clara, Farallón, Río Hato, Playa Blanca, Antón, Penonomé y Natá.
A nivel nacional, esto significaría seguridad hídrica para todos los panameños, acceso a sistemas de agua potable y saneamiento, desarrollo socioeconómico inclusivo, gestión de riesgos, cuencas saludables y sostenibilidad. El país podría dar una mirada seria a esta propuesta.
Identifiquemos una combinación óptima de desarrollo sostenible que considere beneficios para todos y que convirtamos a Panamá en la capital mundial del agua.
El tema del desabastecimiento de agua potable en algunas poblaciones no obedece a la falta de lluvia ni a la escasez de agua en su estado natural en los ríos o embalses, sino que tiene otras aristas. La ingeniería y la gestión socio ambiental están disponibles para realizar los estudios, diseños y construcciones de los proyectos necesarios para captar, almacenar, procesar y distribuir agua de calidad las 24 horas del día en todos los hogares. Lo que sucede es que hace falta voluntad, transparencia, honestidad y priorización de los recursos por parte de los gobiernos.
Comparan los índices de calidad de agua y de gestión de la cuenca del Canal con sus propias experiencias en latitudes similares. Se dan cuenta de que el Canal todavía mantiene buenos índices, pero igualmente advierten de la imperiosa necesidad de no desmayar en las acciones de conservación y protección ambiental para evitar desmejorarlos. Eso es lo que hemos hecho y continuarán haciendo en el Canal.
Han funcionado perfectamente. Durante el desarrollo de la obra se cuestionaba el uso de las tinas de agua debido a que podrían incrementar la salinización del lago Gatún. Tras más de seis años de operación continua del canal ampliado, no se han excedido los niveles de salinización seguros y previstos en los estudios.
Sí. El Señor me envió una dura prueba que logré superar con la fe, la oración de todos, y el apoyo de Albalyra, mi amada esposa. Sufrí un cáncer de páncreas, me operaron y me administraron quimioterapias de las más agresivas. En medio de todo, me dio covid cuando aún no existían las vacunas. Y aquí estoy, Dios ha sido muy bueno conmigo.
Una vez convoqué a todos los colaboradores de la vicepresidencia que yo dirigía a una reunión de comunicación interna. En el correo electrónico de invitación, solo les escribí: “Asista a la reunión, ya que les compartiré mi secreto de éxito en el Canal de Panamá”. La invitación generó gran expectativa y hubo un lleno completo. Al final de la sesión les dije: 'Mi secreto del éxito en el Canal, queridos compañeros, es que me he manejado con valores. Y ese es el mensaje que les doy ahora: que sigan poniendo los valores por encima de todo'.
Fortalecer mi fe en Cristo. Disfrutar mi familia que es lo más importante para mí. Estoy loco con la llegada de mi primera nieta, Kamila, en octubre. Prepararme para los 80 y los 90 con mucho ejercicio físico y una dieta balanceada y saludable. Comer “pescao” frito en “Lenea” con mi compadre Mario y disfrutar de su “jamaca”. Viajar con Albalyra, y educar y consentir a los nietos y tataranietos que vengan.