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Combate al narco busca debilitar las pandillas
- 01/09/2021 00:00
- 01/09/2021 00:00
Panamá y Estados Unidos buscan imponer un “muro virtual” para evitar la entrada de la droga al Istmo, como parte de la estrategia de seguridad marítima que implementan ambas naciones en la lucha contra el narcotráfico. Esto, a su vez, debilitaría el poder de las pandillas locales que prestan sus servicio a los carteles internacionales quienes pagan con droga por sus 'servicios' y utilizan como 'moneda de curso' para enriquecerse y posicionarse en zonas geográficas claves en la venta y transporte de droga hacia el norte.
Así lo dio a conocer Chris Davy, director de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL por su sigla en inglés), en una conversación con medios efectuada este martes para ilustrar la labor que realiza esta agencia en cooperación con las autoridades panameñas. En la cita también estuvo presente Arturo Venegas, subdirector regional del Programa Internacional de Asistencia a la Formación de Investigaciones Criminales del Departamento de Justicia de Estados Unidos, quien se encuentra de visita en Panamá.
“Si nosotros sacamos los paquetes de droga de Panamá, o reducirlos, las pandillas se quedan sin moneda de curso, se reduce la influencia que tienen los grupos para el intercambio. Las pandillas quieren dominar ese sector, y cuando es así, se pelean y a esto se debe el aumento de violencia. Cuando no tienen esta moneda también se puede reducir la violencia”, explicó Davy.
En días recientes, la población fue testigo de asesinatos perpetrados por pandillas a blancos específicos sin que la hora o el lugar fuera un asunto de importancia para los victimarios. Delitos que parecen ejecutarse bajo el manto o proteccionismo de ciertos políticos, que ponen en duda la voluntad de las autoridades judiciales en perseguir desde la raíz el problema y aplicar la ley y el orden.
“No se debe de esperar, se tiene que trabajar. Un paso es el cambio de ley, el trabajo con la juventud, es otro”, aconsejó Venegas. “Es un tema de exigir ese deseo de cambio a los políticos y funcionarios de gobierno para que escuchen el deseo del ciudadano”. El resultado no es inmediato, “pero se debe hacer un movimiento de la sociedad civil para lograr los cambios para la seguridad del país. No es fácil, las personas deben tener la visión para asegurar el movimiento”, añadió Venegas, un funcionario con una larga carrera policial en el estado de California, Estados Unidos.
Sin embargo, para que exista una lucha efectiva contra el narcotráfico y el crimen organizado, lo eminente es modernizar la legislación panameña y aplicarla. Un primer paso en esta materia se visualiza con la ley de extinción de dominio, proyecto impulsado por el Ministerio de Seguridad que actualmente se debate en la Asamblea Nacional que pretende convertirse en un mecanismo para golpear las finanzas y bienes de los grupos delincuenciales. “Pueden tener las mejores leyes, pero si no se implementan, no sirven”, añadió Davy. Razón por la que es necesario puntualizar cuáles son las regulaciones y las agencias que deben implementarlas, quiénes son los responsables de aplicarlas y de asegurarse que se implementen correctamente.
En las interdicciones marítimas que efectúa el Servicio Nacional Aeronaval, de acuerdo con Davy, se ha tenido mucho éxito en las operaciones “porque las rutas sospechosas de narcotraficantes en Panamá, de 2017 a la fecha, han bajado muchísimo gracias al trabajo conjunto, la comunicación bilateral y regional y la colaboración”. Como resultado del incremento de las operaciones marítimas, el número de rutas de los narcos se está reduciendo porque saben que es difícil entrar a Panamá y prefieren desviarse por otro lado para evitar perder sus cargamentos, añadió Davy. Esto representa para los narcos rutas más costosas y peligrosas al enviar las drogas hacia el norte.
La clave en todo esto es la cooperación internacional e intercambio de información porque los delincuentes no conocen fronteras, insistieron los estadounidenses.
En esta lucha que pareciera infinita contra el crimen, la agencia ha capacitado a más de 11 mil funcionarios panameños en los últimos cinco años entre jueces, investigadores, fiscales y peritos para que puedan sustentar sus investigaciones ante los tribunales. El proceso inicia con el policía, primer respondiente en la escena del crimen, el perito encargado del estudio de las evidencias y los fiscales. Una cadena que empezó con el entrenamiento en investigaciones policiales básicas y avanzó con unidades antipandillas y de homicidios, además de la investigación judicial.
En el caso del sistema tecnológico integral de gestión, donado por la agencia, conocido como SITIGPOL, mostró que de 2014 a 2019 las unidades policiales registraron - según Davy - una reducción del 22% en crímenes de alto impacto. Al comparar el periodo de 2010 a 2015 con el periodo en que se utilizó el análisis de dicho programa, de 2016 a 2021, la policía encontró una disminución de 33% en homicidios.
“Para el futuro nos han pedido que les ayudemos a integrar los casos con los elementos científicos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelcf) y con los fiscales porque la investigación criminal tiene que presentarse como un equipo ante el juez”, señaló Venegas.
Este jueves, el Imelcf se posicionará como el único instituto de Centroamérica y Suramérica reconocido con un certificado internacional para criminalística de campo y próximamente lo será el de balística. “Eso quiere decir que es la primera vez que un equipo de criminalística de campo ha sido certificado internacionalmente bajo los estándares internacionales de ISO”, reconoció Venegas.
Con el propósito de enmarcar lo que representa un laboratorio de criminalística que funciona bajo los estándares expresados, Venegas ilustró que de las 18 mil agencias policiales que existen en Estados Unidos, solo 200 departamentos de policía están acreditados en criminalística de campo. “Un paso que ayuda a la confianza de la población en sus peritos”, dijo Venegas.