El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 16/07/2020 15:16
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El 17 de julio de 1911, el ingeniero Florencio Harmodio Arosemena entregó al país el edificio que alberga al Instituto Nacional.
La obra, de inspiración arquitectónica neoclásica, representa el inicio de un ciclo de producción ininterrumpida, que llega el Siglo XXI y promete no detenerse nunca.
Ubicarse en la entrada principal del colegio, permite recibir de aquellas esfinges que vigilan su entrada, la sabiduría y la genialidad, la resistencia y el razonamiento, la fuerza y la libertad.
Por sus aulas han pasado Presidentes de la República, médicos, enfermeras, maestros, profesores, ingenieros, arquitectos, periodistas, conductores, pilotos, abogados... no hay rama del conocimiento en el un institutor no se encuentre presente para servir al desarrollo del país.
Hoy, Panamá lucha contra un enemigo que no se ve, pero que mata. En ese frente de guerra, el aprendizaje cubierto con la rebeldía propia de la juventud, se empina entre quienes pasaron por "El Nido de Águilas" para acudir al llamado de la Patria.
Así como su estructura de piedra, mármol, concreto y acero, han sido talladas generaciones que lucharon por nuestra soberanía, como las de 1958 en la Operación Soberanía, y de 1964, donde dieron su vida por el territorio ocupado.
Son 109 años, con un Instituto Nacional todavía firme, desafiando el tiempo y adecuándose a sus exigencias. Gracias, por existir y ser parte de nuestro país.