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- 24/09/2024 15:41
- 24/09/2024 15:36
Israel volvió a bombardear este martes 24 de septiembre posiciones de Hezbolá en Líbano tras las incursiones que la víspera mataron a cientos de personas y provocaron el éxodo de miles, avivando los temores a una conflagración regional casi un año después del inicio de la guerra en Gaza.
“Líbano está al borde del abismo”, lanzó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ante la Asamblea General del organismo, que se abrió en plena escalada entre Israel y la formación islamista libanesa proiraní Hezbolá, aliada de Hamás en Gaza.
“Gaza es una pesadilla permanente que amenaza con arrastrar a toda la región al caos, empezando por Líbano”, advirtió Guterres, que pidió un cese de hostilidades “inmediato” en el territorio palestino.
Una fuente cercana a Hezbolá anunció la muerte de uno de sus comandantes, Ibrahim Kobeisi, en un bombardeo israelí que, según el Ministerio libanés de Salud, mató a seis personas e hirió a 15 en el suburbio sur de Beirut.
El ejército israelí había indicado poco antes que “aviones de combate de la Fuerza Aérea eliminaron el martes en [el suburbio de] Dahieh a Ibrahim Mohamed Kobeisi, comandante del sistema de misiles y cohetes de la organización terrorista Hezbolá”.
“La pesadilla de la que usted habla es una realidad”, le repuso a Guterres el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant.
“La realidad es que Hezbolá tomó a Líbano como rehén y la ONU no reconoce las acciones” de Hezbolá “ni cumple con su obligación” de exigir la aplicación de la resolución 1701” del Consejo de Seguridad, que puso fin a la guerra entre Israel y el movimiento islamista libanés en 2006, agregó.
‘Bombardeos masivos’
Israel anunció que había lanzado una nueva oleada de “bombardeos masivos” contra posiciones de Hezbolá tras haber dado parte de ataques contra “decenas de objetivos” de ese movimiento en el sur de Líbano.
“Seguiremos golpeando a Hezbolá (...). Y le digo al pueblo libanés: nuestra guerra no es contra ustedes, nuestra guerra es contra Hezbolá”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un video difundido por su despacho.
Según el ejército israelí, Hezbolá disparó “aproximadamente 300 cohetes contra Israel (...), que hirieron a seis civiles y soldados, la mayoría de ellos levemente”.
Hezbolá indicó por su lado que había lanzado 90 cohetes contra una base militar cerca de Safed, sede del comando norte del ejército israelí.
Previamente, la formación islamista había reivindicado disparos de misiles Fadi 2 hacia Israel que, según aseguró, alcanzaron posiciones militares cerca de Haifa, en el norte del país, incluyendo una “fábrica de explosivos”, así como la ciudad de Kiryat Shmona.
En Haifa, las escuelas, universidades y comercios permanecieron cerrados, indicó una periodista de AFP.
Los cruces de artillería entre Israel y Hezbolá son casi diarios desde el inicio, en octubre de 2023, de la guerra en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás.
Los bombardeos del lunes, de una intensidad sin precedentes, apuntaron a unos 1.600 objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano y en el valle de la Becá, en el norte.
Al menos 558 personas murieron en esos ataques, entre ellas 50 niños y 94 mujeres, y 1.835 personas resultaron heridas, indicó el martes el Ministerio libanés de Salud.
Decenas de miles de libaneses huyeron de las zonas bombardeadas desde el lunes, según la ONU, y se dirigieron a Sidón, la mayor ciudad del sur, o a Beirut.
Las escuelas y universidades libanesas permanecerán cerradas hasta el fin de semana y numerosas aerolíneas suspendieron sus enlaces con Beirut y en algunos casos, como British Airways, Delta y las del grupo Lufthansa, con Tel Aviv.
‘Día de terror’
”Fue un día de terror”, contó a AFP Thuraya Harb, una libanesa de 41 años refugiada cerca de Beirut, tras un viaje de ocho horas desde el sur. “No quería irme, pero los niños tenían miedo y nos fuimos con lo puesto”, añadió.
El director de un centro de salud en Saksakiye, cerca de Sidón, describió escenas de horror.
Hubo “muchos muertos: niños, mujeres, personas con los miembros, la nariz o las manos arrancados, con los cráneos quebrados” y personas que llegaban “destripadas”, relató el médico Musa Yusef, subrayando que “el 90% de los heridos” eran “niños”.
Israel afirmó hace unos días que el centro de gravedad de la guerra en Gaza se iba a desplazar hacia el norte, para permitir el retorno de las personas evacuadas de esa región tras el inicio de los enfrentamientos con Hezbolá.
Hezbolá prometió por su parte que continuará atacando Israel “hasta el final de la agresión en Gaza”.
El embajador israelí ante Naciones Unidas, Danny Danon, aseguró que su país “no desea” invadir Líbano.
“No queremos enviar a nuestros muchachos a luchar en un país extranjero (...), pero estamos decididos a proteger a los civiles de Israel”, declaró.