CAF en Panamá: Nueva esperanza para América Latina y el Caribe

Actualizado
  • 05/01/2025 00:00
Creado
  • 04/01/2025 18:24
Los días 29 y 30 de enero, primer mes de este nuevo año, el Centro de Convenciones de Panamá albergará a financistas, empresarios, líderes de grandes conglomerados y bancos, quienes escucharán las disertaciones de Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, y otras personalidades como rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo y representantes del Banco Mundial, de las cumbres iberoamericanas, la CEPAL, y otros muchos

La Corporación Andina de Fomento creada en 1968 por seis países de esa región, la cual se convirtió en el actual Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe sin renunciar a su sigla histórica CAF, realizará en Panamá su primer “Foro Económico Internacional América Latina y el Caribe 2025” con propuestas fundacionales que la entidad no ha logrado concretar en 56 años de vida, aunque en ese tiempo pasó de 6 a 21 países accionistas.

La primera propuesta para el encuentro en el Istmo lo dice todo: “Analizar cómo retomar la senda del crecimiento”, lo cual significa que la parte sur del continente y sus islas caribeñas, sobreviven dentro de una economía estancada incapaz de alimentar, proteger la salud, educar y albergar en una vivienda decente a la totalidad de sus 665 millones 557 mil 779 habitantes.

Los días 29 y 30 de enero, primer mes de este nuevo año, el Centro de Convenciones de Panamá albergará a financistas, empresarios, líderes de grandes conglomerados y bancos, quienes escucharán las disertaciones de Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF, y otras personalidades como rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo y representantes del Banco Mundial, de las cumbres iberoamericanas, la CEPAL, y otros muchos.

La agenda es de nueva cuenta, pero no desconocida, pues los numerosos temas enlistados convergen en uno solo bien añejo: la miseria aumentada por la dependencia de los países de la región hacia economías centrales a las que van sus materias primas a cambio de poco dinero o de productos que sus parques industriales son incapaces de fabricar por falta de inversiones o de traspaso de tecnología. Es decir, lo que los economistas denominan “intercambio desigual”, que está en la raíz de la compleja red de males socioeconómicos, y hasta políticos, en la que estamos atrapados desde tiempos inmemorables.

Seguramente Panamá informará de sus nuevos e importantes proyectos del Canal, pues las amenazas de Donald Trump no han impedido, ni paralizarán, el programa de mejoramiento sistemático de los servicios que el país brinda al mundo con su eficiente y seguro sistema de transportación marítima por su colosal vía interoceánica.

Los directores del foro anunciaron que el objetivo principal de la reunión es identificar y promover estrategias innovadoras que fortalezcan las instituciones, fomenten la innovación y la digitalización, avancen en la transición hacia una energía verde, desarrollen infraestructura estratégica y generen oportunidades inclusivas para todos. No explican si esta vez cuentan con una fórmula mágica para concretar lo que nunca ha traspasado el límite del enunciado.

No es tan necesario repetir lo que dijo hace unos días el anfitrión Díaz-Granados de que “América Latina y el Caribe tiene el potencial de convertirse en una región de soluciones globales ante los grandes retos del desarrollo” porque esos 665 millones de almas, incluidos los niños, lo saben de sobras. Nuestra región es multimillonaria en recursos naturales, y todos hablamos el mismo idioma. Lo malo es que Estados Unidos y Europa también lo saben desde hace más de 500 años y su actuación desde entonces ha sido maleva y entorpecedora de una relación más estrecha y colaboradora entre los países que José Martí llamó Nuestra América.

El diagnóstico, o la recomendación que hace la CAF y que se debatirá en el foro, para enfrentar nuestra minusvalidez económica, es buena, aunque hartamente conocida. Lo malo es que el banco regional no avanza la forma de hacer esto que sugiere: “en paralelo, debe lograr un crecimiento sostenido e inclusivo y abordar sus problemas estructurales, como las desigualdades, la baja productividad o la reducción de la pobreza”.

Quienes sí lo hicieron fueron la CEPAL, la OCDE y la Comisión Europea en su informe conjunto “Perspectivas económicas de América Latina 2024”, que también fue firmado por la CAF. En apretada síntesis, su “fórmula mágica” sugiere mayores impuestos, más deuda externa e interna y restricción del gasto público para hacer más eficiente el presupuesto nacional, algo bastante parecido a los famosos ajustes fondomonetaristas diabólicos que dejan a la familia en cueros y tres varas de hambre, por la disminución en picada de los servicios públicos, en especial la falta de trabajo, salarios de miseria, pésima atención a la salud y la educación.

Panamá tiene el privilegio de ser sede de este primer foro internacional de la CAF el cual se convoca en un momento en que el mundo está patas arriba y todos los pronósticos del futuro inmediato tienen espinas. Las condiciones políticas, económicas y el sistema internacional de relaciones están funcionando como si un imán los atrajera hacia la formación de una tormenta perfecta altamente destructora, más allá del misterio de los drones sobre Estados Unidos y lo que se esconde detrás de ello, de un cambio de gobierno colmado de incertidumbre en la principal potencia militar y económica del mundo con un presidente, Donald Trump, que desea, además, poner en evidencia ese poder.

Una persona que no cree en la confirmación científica de la existencia de un cambio climático, y que tiene clavado en su cerebro un chip que para donde quiera que mire o se dirija, le dicta “América primero”, es decir, “Estados Unidos primero” por encima de la guerra o la paz y de las necesidades de supervivencia de la humanidad, hace que este tipo de eventos como el convocado en Panamá solamente nueve días después del cambio de inquilino en la Casa Blanca, sea más importante de lo que incluso sus organizadores piensan, más allá de la retórica o la demagogia que siempre se hacen presentes.

A la reunión se llega con un programa de presupuesto cifrado en dos mil 478 dólares para 10 de sus 21 países, incluido en ellos Panamá, para el desarrollo sostenible, aunque para proyectos específicos de infraestructuras, transición energética, movilidad urbana, sistemas de agua y saneamiento y sostenibilidad ambiental.

Es bastante poco ante los 99 mil millones que, según la reunión conjunta de citada de CEPAL, OCDE y CE, requiere invertir América Latina y el Caribe cada año para estabilizar su economía, algo imposible de lograr en las condiciones actuales del comercio, la producción y las finanzas dentro del continente y fuera de este.

En esos dos días se van a escuchar los análisis, investigaciones y sugerencias de expertos de unos 15 países, y se deben de discutir en profundidad las medidas que las naciones accionistas de la CAF tienen que adoptar no solo entre sí, sino también con el resto de los 34 vecinos al sur del río Bravo, porque no es hora de fragmentaciones así sea la causa que las precipite, sino de integración.

Aunque muy ampulosos, los temas escogidos por los organizadores son trascendentes, pero la clave está en que su contenido se convierta en práctica y surjan del debate no soluciones enunciativas o declarativas, sino propuestas de proyectos viables que tomen cuerpo en acuerdos inclusivos para toda esa parte del continente que la CAF quiere representar.

Por ejemplo, la primera batería de temas que incluye el análisis de la coyuntura económica 2025 con los agregados de elevar la presencia de América Latina y el Caribe en el mercado mundial, estrategias para una internacionalización efectiva de la región, aplicar una economía circular en la gestión de residuos sólidos urbanos y desarrollar prácticas sostenibles tomando en cuenta su impacto en la región, debe concluir con acuerdos que lleven a proyectos inmediatos y su financiamiento.

En ese sentido, la pregunta formulada en el temario ¿Cómo retomar la senda de crecimiento en la región? y las propuesta de impulsar el crecimiento económico, cambiar la matriz energética en América Latina y el Caribe para lo cual es imprescindible la exploración del rol de los recursos y fuentes renovables cuya abundancia es un privilegio para los latino-caribeños, debe estar acompañado de una voluntad de financiamiento muy fuerte y sin muchas condiciones onerosas, pero, además, abarcadoras para cubrir las necesidades de los 34 y demostrar con ello que el título de la CAF Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, es ciento por ciento válido.

Panamá, sin lugar a dudas, será el 29 y 30 de enero el punto focal en el que fijarán su vista los 665 millones de esta parte del planeta por la ineludible necesidad de integrarse como un solo bloque para, desde la perspectiva de la unidad en la diversidad, hacer frente con éxito a los retos de los nuevos tiempos que exigen realismo creativo, identificación estratégica en los macro-objetivos de desarrollo para la supervivencia, y mucho amor y menos odio.

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