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- 30/05/2024 00:00
- 29/05/2024 16:51
En alerta. Con inquietud. Desconcentrado. Con insomnio. Con pensamientos intrusivos. Sintiendo palpitaciones. Con sensación de ahogo. Parece una escena de terror. Lo es para quien experimenta estos síntomas constantemente. Te presento a la ansiedad patológica.
Primero lo primero: sentir ansiedad es perfectamente normal. Frente a una situación retadora o amenazante es una respuesta natural del organismo. Es la ansiedad que prepara para la acción y permite resolver. Este tipo de ansiedad suele ser transitoria.
Levantamos la banderita roja cuando la experiencia de ansiedad se prolonga en el tiempo; cuando es excesiva y persistente. Esto complica el funcionamiento cotidiano de la persona e interfiere con su rendimiento. Esa es una ansiedad problemática.
La ansiedad patológica también afecta al cuerpo. Es un mito común creer que solo se experimenta en la mente. Una persona con ansiedad desregulada puede experimentar dolores de cabeza, de estómago o tensión muscular. Sudoración, temblores o sensación de debilidad o cansancio son otros síntomas físicos. Tanto los síntomas físicos como los mentales suelen ser muy debilitantes.
La experiencia de ansiedad para cada persona también está influenciada por predisposición genética, experiencias traumáticas, cambios hormonales o el estrés crónico. Reconocer síntomas ayuda en la prevención y un manejo temprano.
El autocuidado es una forma de prevención y manejo temprano. Practicar todos los días algún tipo de actividad física o deporte y darse el espacio para tomar las horas de sueño necesarias ayuda a mantener la ansiedad regulada. También es útil comer de forma equilibrada y evitar alimentos o bebidas que quizás sabemos nos hacen sentir demasiado emocionales.
Es preferible evitar el consumo de alcohol cuando hay ansiedad exacerbada. Contrario a la creencia popular el alcohol no permite un sueño reparador, aumentando la experiencia ansiosa. Otras sugerencias de autocuidado son practicar técnicas de relajación. Igualmente, incluir en el día a día actividades gratificantes, que nos hagan sentir en control y competentes.
La ansiedad desregulada o patológica no debe ser subestimada ni ignorada. Una evaluación médica oportuna, el tratamiento con psicoterapia o medicación pueden hacer una gran diferencia. El progreso en el tratamiento se manifestará con una disminución de los síntomas, una mejor capacidad para enfrentar desafíos y una mayor calidad de vida en general.
Reconocer los signos de una ansiedad patológica, buscar ayuda y comprometerse con un plan de tratamiento, son pasos cruciales hacia una vida más equilibrada y plena.