Teacher Aileth: ‘El mundo necesita más canciones y actividades aptas para niños’

Teacher Aileth es mucho más que una educadora; es una fuente de inspiración y motivación constante para todos los que tienen el privilegio de conocerla. Con una pasión innata por el aprendizaje, la música y un profundo compromiso con el bienestar de sus estudiantes, la cantante y psicóloga ha dejado una huella imborrable en quienes se han cruzado en su camino.

Su enfoque educativo es único: combina la disciplina con la empatía, y crea un ambiente en el que cada alumno se siente valorado y comprendido.

A lo largo de su carrera ha sabido transformar aulas en espacios de crecimiento, donde los estudiantes no solo adquieren conocimientos musicales, sino también herramientas para enfrentar la vida con valentía y confianza.

Cada día, ‘teacher’ Aileth demuestra que ser maestro no es solo una profesión, sino una vocación. La música la ha llevado a grandes lugares, primero a Venezuela y ahora a Panamá, donde riega esa pasión en cada clase y les enseña a los más pequeños que el cantar o tocar un instrumento también puede trazar grandes huellas en el camino.

Recuerdo ser bastante tímida. No me podían hablar porque lloraba. Fue difícil al principio compartir y dejar a mi mamá. Es un impacto que tienen los niños a nivel emocional que, para bien o para mal, es una etapa por la que todos tenemos que pasar. A pesar de que me costó un poquito la adaptación, fue maravilloso y amé la escuela.

Lo más importante es tener muy vivo el niño que todos los adultos tenemos dentro. Recordarnos de la infancia, de todo eso que nos marcó tanto positiva como negativamente, para conectar con los chiquitos. Tenemos que regresar a nuestra niñez, ir al piso, ensuciarnos y ser, o acercarnos a ser sus pares en ese momento de clase.

Crecí escuchando a mi mamá cantar. Ella cantaba muy bonito ya que tuvo formación a nivel vocal y yo quería ser como ella. A los 11 años comencé mi carrera musical con diferentes estilos. Aprendí sobre la música clásica, formé parte de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, el coro principal, y después incursioné individualmente.

Me gradué como cantante y me presenté en distintos escenarios.

Sabía que para enseñar debía entender el comportamiento humano y no solo depender de mis conocimientos musicales. Quise juntar mis dos pasiones por la música y la educación para ofrecer algo diferente a mis alumnos.

Con mi primera hija, Clarissa. Comencé a cantarle y se me ocurrió crear canciones que estimularan su visión o su motricidad. La primera canción se llamó “En la selva” y recuerdo compartirla en Instagram. y que se haya llenado de comentarios y “me gusta”. Eso me llenó, porque al final de cuentas el artista vive del aplauso.

Conseguí un productor musical, luego un productor de videos para YouTube y Spotify y fui creando “Teacher Aileth”, al mismo tiempo que daba mis clases. Luego nació mi salón que se llama “Yo soy músik”, donde doy clases de iniciación musical con el piano, el ukelele y dicto programas para niños en las mañanas.

Próximamente tendremos clases de batería y canto. Ofrecemos clases de ‘ballet’, música en inglés para que los niños aprendan el idioma. En marzo los niños aprenderán sobre letras, números, animales y medios de transporte a través de la música con psicopedagogas, psicólogas y músicos especializados en niños.

Somos 296.000 para ser exactos y cada día lo agradezco. Desde que empecé a ser mamá en2021 decidí compartir mi vida en redes y ha sido difícil juntar estos trabajos de ser madre y maestra. Pero la comunidad me ha dado mucho amor y apoyo.

Me permite conectar con maestras y mamás. Sus comentarios y “me gusta” me comprueban que en el mundo se necesitan más canciones y actividades aptas para niños en el ámbito educativo.

Mi tesis de graduación de psicología se enfocó en la música adecuada para las personas con autismo. Una de las cosas que resalté es que al estar emocionado, el aprendizaje se queda permanentemente. Recordar un momento especial siempre viene atado a una emoción fuerte, la cual puede ser positiva o negativa.

En el caso de la música, es positivo. Cuando causas esa emoción y recuerdo en los niños, el aprendizaje va de la mano y será uno significativo.

Mi estilo de enseñanza es bastante respetuoso. Quizás suene trillado o como un cliché, pero creo que es todo lo que un niño se merece: el respeto a sus emociones y a los límites. Tenemos esta idea errónea de que al colocarle límites a los niños, estamos siendo un poco agresivos, pero en realidad los necesitan, siempre y cuando estén dados con amor.

Sé que los niños necesitan movimiento y relajación. Es importante, en mis clases, tener momentos de euforia y momentos de calma. Por medio de mi voz y el canto, de agudos y graves, de gran volumen o un volumen muy bajito, puedo ir guiando a los niños en su motivación.

La gran mayoría de los niños que llegan a mi escuela tienen gran capacidad auditiva y mis canciones o mi voz los motivará aún más a mejorar esa parte de sí mismos. Sin embargo, hay niños que son más visuales y con ellos utilizo los cuentos con imágenes sencillas. Con los instrumentos, no solo los ven o escuchan, sino que deben sentirlos para entenderlos.

Últimamente estoy trayendo artistas que toquen cello, violín, saxofón y otros instrumentos para que los niños puedan ver a personas que ya se formaron en la música y entiendan lo bonito que es estudiarla y hacia dónde pueden llegar.

Hago canciones que tengan una misión específica, como estimular alguna parte del cuerpo o para que aprendan una acción como ir al baño. Normalmente todas mis canciones van con un juego de dedos, porque así los niños explotan su creatividad y su imaginación.

Cuando está lista, se la canto a mi hija, y si veo que la repite o me pide que se la cante otra vez, determino el éxito de la canción. Luego pasa a producción musical y video.

Me gustaría que tomaran más en cuenta la parte artística, porque hay muchos chiquitos que se refugian en la música. No solamente al tocar un instrumento, sino también en el baile, la pintura y las diferentes artes para plasmar sus emociones.

Creo que es un recurso maravilloso, ya sea para enseñarles otra manera en la qué dedicar su vida, pero también cómo manejar sus emociones por medio del arte.