Desigualdad y discapacidad en Panamá, un gran camino por recorrer

Un 4,5% de los panameños sufre de algún tipo de discapacidad, lo que representa más de 903.000 personas en el país, según los datos del más reciente Censo 2020 realizado el año pasado. Al igual que otros tipos de poblaciones vulnerables, aquellas personas que tienen una discapacidad, ya sea física, intelectual o emocional, cuentan con necesidades especiales que deben ser tomadas en cuenta en una sociedad para brindar igualdad de oportunidades a estos individuos.

Aspectos como la salud, la educación, la comunicación, y los cuidados y atenciones tendrían que ser acordes con las demandas de las personas con discapacidad. Sin embargo, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), todavía hay brechas en la accesibilidad dentro de estos campos, y más para los individuos con discapacidades, que solo empeoran la falta de formación profesional y barreras financieras.

Actualmente en Panamá existen tanto instituciones gubernamentales como privadas que apoyan a la población con discapacidad del país a superar estas dificultades para lograr la equidad de oportunidades.

Principalmente el país ratifica la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, así como la Convención Interamericana para la Eliminación de todas las formas de Discriminacion contra las personas con Discapacidad, lo que permite a entidades como la Secretaría Nacional de Discapacidad (Senadis), brindar diferentes herramientas a esta población para salir adelante al igual que los demás.

Por otro lado, el país tiene tareas pendientes en cuanto a la discapacidad entre la población y la accesibilidad, de acuerdo con el último estudio realizado en el país por la OPS. El sistema panameño no está diseñado para una vigilancia integral de la incidencia y prevalencia de la discapacidad en todas sus formas, así como su obligatorio reporte, y aunque la desigualdad es palpable en cualquier estrato social, las personas con discapacidad en zonas rurales tienen todavía más problemas en el acceso a comodidades esenciales para su discapacidad, ya sea física o intelectual.

En comparación con años anteriores, el país ha tenido grandes avances, logrando la implementación de programas sociales a través de Senadis e incentivando la inclusión en la educación. Esta última con la creación de herramientas como la Oficina de Equiparación de Oportunidades de la Universidad de Panamá (UP).

Aunque hay esfuerzos para aminorar la desigualdad en Panamá, todavía existe un gran camino por recorrer en cuanto a derechos y oportunidades que permitan a las personas con discapacidad llevar una vida digna en cualquier punto del país.