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La República Cooperativa de Guyana retiró su reconocimiento al estado que promueve el movimiento guerrillero Frente Polisario y puso fin a una relación de cuatro décadas con lo que se sumó a los 164 países del mundo que no tienen relaciones con esa entidad.
En un comunicado difundido el fin de semana, el ministro de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de Guyana, Hugh Hilton Todd, dijo que su gobierno "no reconocerá" al estado que promueve el Polisario y en adelante "dará su pleno apoyo a los esfuerzos de las Naciones Unidas hacia una solución pacífica y mutuamente aceptable" en el diferendo sobre el Sahara marroquí.
Guyana había reconocido a esa entidad en 1979 y el Partido Progresista Popular (PPP), en el poder desde agosto pasado, mantuvo esa posición a lo largo de los cinco periodos anteriores en los que gobernó el país.
Desde su independencia de Gran Bretaña en 1966 y luego de convertirse en república en 1970, el país estuvo gobernado hasta 1992 por el partido Congreso Nacional del Pueblo (PCN), que fracasó en su objetivo de convertir a Guyana en un estado socialista alineado con la izquierda internacional.
El nuevo gobierno del presidente Irfaan Ali, un político moderado de 40 años experto en planificación urbana, ha dado un giro a la política exterior. El PPP le arrebató el poder al líder del PCN, David Granger, en las elecciones de marzo pasado, con lo que Cuba y Venezuela, los principales soportes ideológicos del Polisario en la región, perdieron un aliado estratégico.
Esta nación de poco menos de un millón de habitantes, enclavada en la parte noroccidental de Sudamérica, es codiciada por el descubrimiento en el 2015 de importantes reservas petroleras además de contar con una variedad de recursos minerales y forestales. Este año comenzaron las exportaciones petroleras que podrían llegar a promediar, en un futuro cercano, un millón de barriles diarios.
Así las cosas, el presidente Ali gobernará con un viento económico favorable, pese a la pandemia del coronavirus que ha dejado hasta el momento 5,000 contagios y 150 muertos. La explotación petrolera permitirá un crecimiento record mundial superior al 30% del PIB, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional. La relevancia económica que adquiere Guyana lo convertirá en un actor de primera línea entre las naciones del Caribe anglófono, lo que dará un giro a la política exterior regional.
Por otro lado, la ruptura de relaciones de Guyana con el Polisario, dado el calado del evento político y diplomático, ha irritado a la oposición interna y a sus socios en Caracas y La Habana. El diario opositor Kaieteur News, vinculado al PCN, criticó la iniciativa con argumentos ideológicos que desconocen la realidad internacional y la evolución histórica del tema del Sahara marroquí.
Analistas internacionales consideran que el paso dado por el gobierno de Guyana, significa actuar con pragmatismo y realismo político frente a un hecho que no tiene vuelta atrás.
"En política exterior no puede actuarse con viejos esquemas ideológicos propios de la Guerra Fría. No puede vivirse en el pasado. El Sahara, por legitimidad histórica y legalidad internacional, es un territorio de Marruecos, y Marruecos por ningún motivo va a permitir que se lo disputen", opinó el experto chileno en política internacional, Fernando del Río.
Recordó que en los últimos 30 años los distintos gobiernos democráticos de Chile, tanto socialistas como conservadores, han mantenido la posición de las principales democracias del continente respecto al Polisario.
"Después de 45 años de vigencia, la entidad del Polisario no reúne los requisitos fundamentales para ser declarado un estado como son el control de un territorio, poseer un gobierno sobre una población y, el requisito principal, tener independencia", recalcó.
El gestión del Polisario se centra en unos campamentos, en territorio de Argelia controlados por el ejército de ese país, donde sobreviven en condiciones infrahumanas unos 40,000 refugiados. Desde esos campamentos, de acuerdo a la prensa española, entre 3,000 a 5,000 milicianos, mal armados y peor entrenados, han declarado recientemente el fin del cese al fuego, vigente desde 1991, para enfrentar al ejército de 235,000 soldados de Marruecos, que posee uno de los armamentos más sofisticado de la región.
"Los presuntos combates, luego de la intervención del ejército de Marruecos para desbloquear la semana pasada el paso internacional de Guerguerat, que une la frontera común con Mauritania, que había sido tomado por milicias de ese movimiento guerrillero, son igual de ficción que la existencia del estado inventado por el Polisario", comentó Del Río.
Por otro lado, el expresidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), profundo conocedor de esa región, reiteró esta semana lo que debería ser la salida al diferendo. "Seamos racionales, el problema del Sahara solo puede encontrar una solución a través de negociaciones entre el Frente Polisario y Marruecos", opinó.
"Las soluciones propuestas por Marruecos deben ser exploradas. Una de ellas puede, además, dar una satisfacción razonable a ambas partes", añadió en declaraciones recogidas por la prensa española.
Marruecos ha reiterado que respalda negociaciones políticas para superar el impase. Desde el 2007 el rey Mohamed VI puso sobre la mesa una propuesta de plena autonomía para las provincias del sur, dentro del Sahara marroquí, que ha sido reconocida por el Consejo de Seguridad de la ONU como una alternativa viable y creíble para superar el conflicto. Esa propuesta autonómica ha sido respaldada por la comunidad internacional incluyendo la mayoría de países latinoamericanos.
Derecho de Guyana
En una evidente ambivalencia, el diario Kaieteur News criticó, por un lado, que el nuevo gobierno "desconoce la posición asumida por el PPP en los últimos 40 años". Pero, por el otro, concedió que "Guyana tenía el deber de reafirmar su derecho a determinar con quién se relacionará y los principios en los que deben basarse esas relaciones".
El rotativo reconoció que "el impactante anuncio" de la ruptura de relaciones "aisla más al Polisario", y "representa un triunfo para Marruecos". "Se trata de un cambio total de la posición del PPP. Hasta ahora, el PPP nunca ha retrocedido en esta posición", señaló.
Contrario a las críticas opositoras, los analistas consideran que Guyana gana el respeto del resto de países del Caribe que no reconocen al Polisario y se alinea con la posición de la mayoría de países de la Unión Africana y del mundo árabe que recientemente han abierto consulados en el Sahara marroquí.
Desde finales del año pasado y lo que va del 2020, 17 países africanos y árabes han abierto consulados en El Aaiún, la genuina capital saharaui, y la ciudad industrial y turística de Dajla, en reconocimiento al derecho de Rabat sobre esos territorios.
Los más recientes a finales de octubre y comienzos de noviembre fueron Burkina Faso, Emiratos Árabes Unidos, Guinea Bisáu, Guinea Ecuatorial, Suazilandia y Zambia a lo que se suman Costa de Marfil, Djibuti, Gabón, Gambia, Guinea Conakry, Islas Comoras, Liberia, República Centroafricana, Santo Tomé y Príncipe y Senegal. Han anunciado la próxima apertura de consulados en el Sahara marroquí, Barhein, Catar, Jordania y Libia.
Los analistas consideran, además, que la posición de Guyana refuerza su reclamo ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, presentado en el 2018, por su disputa territorial con la dictadura de Venezuela por dos tercios de su territorio en la región del Esequibo; un paralelo entre la legitimidad legal e historia de Marruecos sobre el territorio de sus provincias en el sur del Sahara.