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- 26/09/2017 02:05
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Panamá mostró un desempeño positivo al cierre del año 2016, alcanzando un crecimiento del 4.9%, a diferencia de la región latinoamericana, que evidenció una contracción en su economía para ese mismo año. Se destaca que el país, se posicionó como el segundo de la región en competitividad (del Índice de Competitividad Global), superado solo por Chile. A nivel mundial, Panamá ocupó el puesto 42 de 138 economías, quedando entre los 50 primeros países más competitivos.
‘Aunque el país es competitivo en infraestructura en pilar de instituciones, deja mucho que desear'.
No obstante, a pesar de contar con áreas en las que el país es muy competitivo, como infraestructura, estabilidad macroeconómica y sofisticación del mercado financiero; en otras áreas tales como el pilar de instituciones, los resultados dejan mucho que desear. Además, se identificó a la burocracia gubernamental como el segundo factor más problemático para hacer negocios (después de corrupción), convirtiéndose en uno de los elementos qu e afectan negativamente nuestra competitividad.
Lo anterior sugiere la imperante necesidad de mejorar el funcionamiento del sector público para que pueda tener una gestión que le permita ser más competitivo y más amigable hacia los ciudadanos. Hacer uso de la tecnología y de la innovación es clave para simplificar los procesos y mejorar la calidad del servicio que se le presta a los ciudadanos. De acuerdo al informe ‘Simplificando Vidas del Banco Interamericano de Desarrollo - 2016', ‘la innovación debe estar en el corazón de la reinvención del Estado moderno y la modernización de la gestión pública, pues se trata de una región cuyo grado de desarrollo institucional no se corresponde con su desarrollo económico y donde predominan las economías emergentes de ingreso medio'.
La competitividad de una nación influye en el nivel de bienestar de la población, por lo cual las acciones del Estado deben procurar incluir al ciudadano, brindándole una institucionalidad sólida y que atiende con agilidad, eficiencia y con transparencia, sus requerimientos. Impactar a la población, minimizando los costos de transacción entre las partes involucradas (Estado y población) es una tarea donde la digitalización, el uso de redes sociales, simplificación de trámites, entre otros, juegan un papel importante para el país.
En el informe ‘Simplificando Vidas' se midió la calidad de los servicios del Estado y la satisfacción de los ciudadanos, donde se confirma que la simplificación y la digitalización de los trámites públicos son la esencia para mejorar la calidad de los servicios y que dicha calidad, impacta positivamente en la confianza que tiene el ciudadano no solo en la institución sino también en el Estado. Además, los resultados indicaron que lo que más valoran los ciudadanos es el tiempo que dedican a los trámites y el trato que reciben, ya sea por el desempeño de los empleados públicos o por las facilidades que brindan las instalaciones, por lo que las políticas públicas deben ir encaminadas a mejorar estos aspectos sin olvidar la medición periódica que permita la evaluación de la efectividad de las mejoras.
La Autoridad de Innovación Gubernamental, siendo consciente de la necesidad de la población, presentó el Decreto Ejecutivo No. 357 de 9 de agosto de 2016 para la Modernización Gubernamental Digital, que establece un mandato presidencial para la simplificación de trámites, el fortalecimiento de las direcciones de informática y la medición de avance en esta materia, atendiendo el objetivo de ‘brindar eficientes y eficaces servicios gubernamentales'.
En conexión con lo antes expuesto, se puso en marcha del Programa Panamá en Línea por la suma de $30 millones, en una operación integral a cinco años con el Banco Interamericano de Desarrollo.
Estas dos grandes acciones son un paso importante para la modernización del Estado panameño lo que facilitará los trámites a los ciudadanos con calidad, eficiencia y pertinencia, elevando su nivel de bienestar e impactando su competitividad.
ANALISTA DEL CENTRO NACIONAL DE COMPETITIVIDAD