Polonia responde a Rusia

Actualizado
  • 26/05/2024 23:00
Creado
  • 24/05/2024 18:42

Aclaratoria de los hechos expuestos en el artículo “La victoria contra el nazismo: prohibido olvidar” de Evgeny M. Boykov, Embajador de Rusia en Panamá, publicado en el Diario Estrella de Panamá el 08 de mayo de 2024.

“La llamada «liberación por el Ejército Rojo» impuesta por la fuerza a Polonia y a los países de la región, consistió en arrebatar la soberanía al Estado polaco.

En realidad, el Ejército Rojo, al ocupar sucesivos territorios en el marco de sus operaciones militares contra Alemania, lo que hizo fue entregárselos a las autoridades comunistas, que imponían por la fuerza una ideología comunista.

El Ejército Rojo permaneció en territorio polaco durante casi medio siglo, y hasta 1956 sin ninguna base legal. Su presencia permitió la instalación de autoridades títeres en Polonia que no eran soberanas ni gozaban de apoyo popular, amañando elecciones para adoptar un sistema comunista rechazado por la inmensa mayoría de los polacos.

Al Ejército Rojo le siguieron divisiones de la NKVD, quienes llevaron a cabo la política de Stalin de exterminio de personas con opiniones, clase e ideología diferentes, según los criterios utilizados por Stalin y sus colaboradores.

Las autoridades rusas, restando importancia a la corresponsabilidad de la Unión Soviética en la destrucción de la paz en Europa, pretenden hacer recaer sobre Polonia la responsabilidad del estallido de la guerra. Y para ello, recurren a interpretaciones históricas basadas en una propaganda soviética rechazada desde hace mucho tiempo. La misma propaganda que ocultó la existencia del protocolo secreto del Pacto Molotov-Ribbentrop, que culpó a Alemania de la Masacre de Katyń, y que ocultó la verdad sobre los millones de víctimas de la represión estalinista.

Actualmente las autoridades rusas, queriendo evitar cualquier ajuste de cuentas con el pasado, tratan a toda costa de negar su responsabilidad por los crímenes comunistas cometidos, reprimiendo a los historiadores independientes, obstruyendo la investigación científica y criticando cualquier manifestación de un punto de vista diferente.

Es de esperar que las autoridades rusas sigan intentando distorsionar la historia. El blanquear y justificar las acciones de la URSS en las décadas de 1930 y 1940 (incluidas las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, como el Telón de Acero) les sirve para legitimar la agresiva política exterior del Kremlin, ejemplificándola en la criminal agresión a gran escala de Rusia contra Ucrania.

Polonia cree firmemente que el futuro debe construirse sobre hechos históricos y con respeto a las víctimas de los regímenes totalitarios. La manipulación de la historia para utilizarla con fines políticos actuales debe encontrar y encuentra la firme oposición de la comunidad internacional”.

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