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- 05/01/2012 01:00
- 05/01/2012 01:00
WASHINGTON. ¿Podría el 2012 poner patas para arriba la sabiduría popular? La opinión general es la siguiente: La reelección del presidente Obama es vulnerable por la débil economía y el elevado desempleo. He aquí lo que podría ocurrir: La economía mejora gradualmente y aunque el desempleo sigue siendo alto (más del 8%), lo que cuenta políticamente es la sensación palpable de que las cosas están yendo en la dirección correcta. Eso le permite a Obama sostener, como ya lo está haciendo, que sus políticas están reparando, lentamente, la calamidad económica que heredó de los republicanos.
A lo que le responden: La retórica y las normas anti-empresariales de Obama han impedido una recuperación; la Ley para una Asistencia Médica Asequible (‘Obamacare’) y las nuevas reglamentaciones crean incertidumbres que disuaden la contratación; y Obama no ha encarado la explosión de la deuda federal.
El triunfo de una de estas dos narrativas podría determinar la elección. Si Obama convence a los norteamericanos de que ha establecido el camino hacia una recuperación cada vez más vigorosa, gana. Si los republicanos logran persuadir a la población de que las políticas de Obama producirán más estancamiento, ganarán. Aunque el debate importa, el desempeño real de la economía —para mejor o peor— decidirá la manera de pensar de muchos norteamericanos. Y eso dependerá de fuerzas y acontecimientos sobre los cuales los candidatos tienen poco o ningún control.
¿CUÁL ES EL PANORAMA PARA 2012?
Muchos pronósticos esperan un crecimiento modesto. He aquí algunas cifras de IHS Global Insight, una importante firma consultora. La economía se expandirá un 1.8%, casi lo mismo que en 2011 (cálculo: 1.7%). Los empleos de la nómina crecerán en alrededor de 145,000 por mes, elevándose gradualmente; es una cantidad decente pero probablemente no reducirá la tasas de desempleo. En verdad, el crecimiento normal de la fuerza laboral y la perspectiva de que algunos trabajadores previamente desalentados comiencen a buscar trabajo indican que la tasa de desempleo (8.6% en noviembre) quizás promedie 8.7, sólo levemente por debajo del 9% de 2011.
Este pronóstico describe una economía que avanza con mucho esfuerzo; si se materializa, favorecerá a los republicanos. ‘Los consumidores enfrentan demasiados [aspectos] negativos para permitir una robusta recuperación del consumo —un mercado laboral débil, altas cargas de deuda, precios de la vivienda que aún no han tocado fondo, incrementos de precios que han superado el crecimiento de salarios, y una falta de confianza en la capacidad del gobierno para mejorar las cosas’, expresa IHS.
Pero el pronóstico dominante podría ser demasiado sombrío. Comenzando con la crisis financiera de 2008, las predicciones económicas han sido habitualmente incorrectas. En este momento del año pasado, fueron demasiado optimistas; ahora podrían ser demasiado pesimistas. Muchos indicadores exceden las expectativas. Las solicitudes iniciales de seguro de desempleo semanales, que alcanzaron un pico de más de 600,000, están ahora a 400,000 —nivel asociado con un desempleo bajo o declinante. La construcción de viviendas se elevó un 9.3% en noviembre, comparado con octubre, y un 24.3%, comparado con noviembre de 2010.
LAS VENTAS SEGÚN OBAMA
Para Obama, la economía contiene dos grandes ventajas potenciales.
Primero, hay una enorme demanda acumulada de viviendas y vehículos, porque ambos sectores se derrumbaron durante la recesión. La venta de automóviles y de camionetas, que sumó unos 17 millones anualmente en 2004 y 2005, cayó a 10.4 millones en 2009. IHS estima que en 2011 fue de 12.7 millones. La caída en la construcción de viviendas fue aún más profunda, de unos 2 millones de unidades por año en 2004 y 2005 a lo que se estima en 600,000 en 2011.
Segundo, la carga de la deuda del consumidor está bajando rápidamente, señala en su blog Timothy Taylor, jefe de redacción del Journal of Economic Perspectives. Las familias han saldado parte de su deuda. Otras han sido anuladas; las tasas de interés de muchos préstamos han bajado. En promedio, las familias dedicaron un 16.15% de sus ingresos a préstamos y alquileres en el tercer trimestre de 2011, según los datos de la Reserva Federal. Esa cifra es la más baja desde 1993, desde un pico de 18.85% en el tercer trimestre de 2007.
El resultado final es que más norteamericanos podrían estar en una posición favorable para comprar una vivienda o un vehículo, liberando parte de la demanda acumulada. La venta de viviendas podría ya estar resucitando. En noviembre, los contratos nuevos alcanzaron su nivel más alto en 19 meses.
En contraste, Europa y China presentan grandes riesgos. En Europa, Italia y España tienen casi 500,000 millones de euros en deudas que se vencen, informa el Institute of International Finance. Si no se pueden refinanciar —si los mercados de bonos no renuevan los préstamos a tasas de interés aceptables— entrarían en suspensión de pagos o necesitarían ser rescatados. De cualquier forma, Europa enfrentaría una mayor austeridad y una recesión más profunda. Eso perjudicaría las exportaciones de Estados Unidos y las ganancias de las empresas multinacionales norteamericanas.
El peligro de China es el reventón de una ‘burbuja’ de bienes raíces que, si ocurriera, provocaría quiebras de constructores, suspensión de pagos en préstamos bancarios y un crecimiento económico más lento. Los efectos se propagarían más allá de China, porque la construcción alimenta su demanda de cemento, acero, cobre y otras materias primas que se comercializan en mercados mundiales. Nuevamente, las exportaciones norteamericanas podrían sufrir.
Dadas todas esas posibilidades, evaluar la elección sobre la base de la economía es casi inútil. Es el comodín político de 2012 que —cuando se juegue— podría resultar decisivo, aunque accidental.