Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 31/07/2024 00:00
- 30/07/2024 19:40
El uso tradicional del cobre, tanto para la manufactura y la industrialización, seguirá estando más vigente que nunca. Su demanda continuará creciendo, pero a tasas menores, aún así “seguirán siendo muy significativas”.
A estas conclusiones llegó Carlos Urenda, gerente general del Consejo Minero de Chile, quien hizo una radiografía sobre el comportamiento que tendrá el cobre dentro de los próximos años, durante su participación en el Foro Internacional sobre Minería y Metales estratégicos para el Desarrollo Sostenible e Inclusivo, que se realizó en la ciudad de Panamá, este martes 30 de julio.
Según Urenda, son varias las proyecciones que se tienen sobre qué tanto crecerá la demanda del cobre para las próximas décadas. Por ejemplo, dijo, hay algunos que dicen que para el 2040 será de alrededor de once millones de toneladas, lo que implicaría un crecimiento a una tasa anual de 2%.
Mencionó que otros señalan que al 2043 esa cifra rondaría los seis millones, con una tasa anual de aumento de 1,1%. Mientras que para el 2050, algunos han establecido una producción de más de 20 millones de toneladas.
“Obviamente las proyecciones de aquí tienen mucho que ver en cómo va creciendo la demanda, no solo en la cantidad que vamos a necesitar, sino en cómo va creciendo la demanda. Asimismo, hay mucha dispersión en las proyecciones de demandas, pero, incluso, las más bajas son una oportunidad enorme de lo mucho que se va a necesitar el cobre”, comentó el gerente general del Consejo Minero de Chile, quien recordó que la demanda actual del cobre, en estos momentos, es de 25 millones de toneladas.
La demanda del cobre será más relevante ante el rol protagónico que tendrá con la transición energética, específicamente con la electromovilidad y energías renovables. Algunos dicen que esta demanda con la transición energética representaría cifras altas entre un 15%, 20% o 25%, enfatizó Urenda.
Asimismo, comentó que “con la demanda de la transición energética, hay muchas proyecciones distintas y conclusiones. Por ejemplo, hay algunos que dice que la economía se quintuplicará en 10 años”.
Fundamentalmente, el cambio industrial mundial hacia las energías renovables, los vehículos eléctricos y el floreciente sector de la inteligencia artificial han reforzado colectivamente las perspectivas de la demanda de cobre.
Por su parte, S&P Global prevé que los precios del cobre suban a largo plazo como resultado de la transición hacia las energías limpias, a pesar de las aprensiones que prevalecen a corto plazo.
La organización pronostica que la demanda de cobre se duplique hasta los 50 millones de toneladas métricas en 2035, especialmente de Estados Unidos, China, Europa e India, reportó Euro News.
Según datos de Statista, la producción total de cobre en 2023 ascendió a unos 22 millones de toneladas métricas frente a los 16 millones de toneladas métricas de 2010.
Suponiendo que la obtención del mineral continúe al mismo ritmo, prevé que la producción mundial de cobre alcance los 30 millones de toneladas métricas en 2036. Sin embargo, este aumento previsto es muy inferior al aumento previsto de la demanda.
Wilson Monteiro, director global de negocios de la corporación multinacional tecnológica ABB, también enfatizó en que la demanda de cobre está a punto de triplicarse para el 2050, en comparación con los niveles de producción de 2020, con un aumento proyectado de los 20 millones de toneladas producidos en 2020, a un estimado de 57 millones toneladas. Esto significa que el mundo tiene el desafío de mantener un repunte anual en la producción de cobre de entre el 20% - 30% en los próximos siete años, es decir, una capacidad a la par de los principales productores, Chile y Perú, combinados.
“Las nuevas operaciones mineras son una necesidad cada vez más urgente y hay una serie de proyectos de la industria a la espera de decisiones, sin embargo, muchos inversores están esperando hasta que el precio sea el adecuado y esto supone un gran riesgo de cuello de botella, cuando se trata de construir la infraestructura necesaria a tiempo”, comentó Monteiro.
Mercados como China, Europa y Estados Unidos marcarán la diferencia sobre el nivel de la demanda de cobre que se requerirá, ya que son los principales mercados, dijo.
Por otro lado, las minas de cobre de todo el mundo han sufrido importantes dificultades en sus niveles de producción. Por ejemplo, las minas de cobre de Zambia, específicamente, las de Konkola, propiedad de la empresa minera india Vedanta Resources, que llevan varios años en una disputa legal y fiscal.
Del mismo modo, se encuentra la mina de cobre en Panamá, que es propiedad de First Quantum Minerals, que cerró recientemente debido a la declaración de inconstitucionalidad del contrato entre el Estado y la empresa canadiense, por parte de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).