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- 29/08/2013 02:00
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Recientemente se ha traído a la palestra la necesidad de modernizar el marco jurídico que regula la profesión del contador público en Panamá. La ley actual data de hace más de 35 años y han sido muchos los avances de la profesión en este tiempo y los cambios regulatorios que ha tenido, en especial luego de los escándalos contables que surgieron a partir de la caída de la empresa Enron en los Estados Unidos.
Panamá, un país conectado con el mundo y cuya economía abierta ofrece servicios internacionales a través de su Canal Interoceánico, de sus puertos, de su hub aéreo, del turismo y de su centro financiero, entre otros, ha logrado grandes beneficios para los nacionales. Su capacidad competitiva ha mejorado con el tiempo hasta alcanzar en los últimos años tasas de crecimiento mayores a casi todos los países de América Latina.
Los contadores públicos son importantes agentes del sistema bancario y financiero porque contribuyen con su dictamen de auditoría a añadir valor a la información financiera, que es base para la toma de decisiones de inversión. Por tanto, la auditoría externa se torna en una función de interés público que beneficia la estabilidad y transparencia de las instituciones que actúan en nuestros mercados financieros.
Es importante comprender que una tarea fundamental del regulador bancario es tutelar los derechos de los depositantes. Los Estados regulan los bancos para vigilar el manejo prudente que estos dan al dinero recibido en depósito.
Vemos la función del auditor externo como uno de los tres marcos más importantes de control de gestión de los bancos. Primero está el control que los bancos están obligados a ejercer a través de un buen gobierno corporativo que incluye gestión de riesgos, control interno y auditoría interna. Segundo está la certificación de los estados financieros del auditor externo, luego de realizar su trabajo de auditoría. Y tercero, la función de supervisión que ejerce la Superintendencia de Bancos.
Por esta razón, la calidad del trabajo del auditor externo está bajo observación de los reguladores del sistema financiero en general y del regulador bancario en particular. A los reguladores nos interesa modernizar el marco jurídico de esta profesión, de acuerdo con las mejores prácticas internacionales, para impulsar la competitividad de nuestro centro financiero internacional.
SUPERINTENDENTE DE BANCOS