Ciclistas, atletas, patinadores y paseantes de la capital colombiana tienen una cita infaltable desde hace 50 años: la ciclovía de los domingos y festivos,...
- 08/08/2021 00:00
- 08/08/2021 00:00
La industria marítima auxiliar (IMA) es una actividad generadora de divisas, pero al igual que el turismo y otras actividades, son generadoras de “ingresos netos”, por ello es clave la introducción de normas claras y poner en orden esta actividad económica, para fomentar su gestión ante los retos y realidades de un mercado local, que pierde ante las empresas no comprometidas con Panamá.
En efecto, por ingreso neto se refiere a actividades que producen un ingreso en divisas, que no requiere un intercambio de bienes, con excepción de los abastecedores de buques, que cambian un bien por una divisa. Si el cambio es contra un producto agrícola o contra licores, por ejemplo, si existe un intercambio que puede ser de un producto importado o nacional.
El servicio de lanchas, que llevó los productos al barco, que es cliente del abastecedor, sí es un generador de ingresos netos, porque no se intercambia casi nada más que el servicio. Por ello la divisa entra sin descuento contra una importación de bienes o muy poco descuento. Es una de las actividades preferentes para la adquisición de divisas, así como lo es el turismo.
Las actividades de “Renta Neta” deben ser estimuladas por los gobiernos por ser las de mayor beneficio para el país, por tener esta gran ventaja frente a otras actividades comerciales.
Las embarcaciones de panameños que se dedican a prestar actividades a embarcaciones que visitan nuestras aguas, son entonces generadoras de divisas netas y por ello un pilar fundamental de nuestra economía.
La competencia contra empresas extranjeras, que ven esta oportunidad, se va a dar con seguridad, porque nuestras aguas ofrecen muchas ventajas, como lo son la afluencia de barcos a los puertos más importantes de Latinoamérica y una de las rutas marítimas principales, que atraviesa justamente nuestro istmo. Muy importante es la posición geográfica, que es la que hace posible que las anteriores existan. Tenemos la conectividad entre norte y sur América y muchos barcos que transitarán nuestras aguas.
Algunos barcos que transitan las aguas panameñas, ni cruzan el canal, ni utilizan nuestros puertos, pero sí realizan actividades importantes en nuestras aguas. Estas actividades son brindadas por empresas dedicadas a servicios dentro del importante sub sector de las Industrias Marítimas Auxiliares (IMA).
Panamá y los prestadores de servicios de IMA, tiene un gran reto frente a prestadores de servicios marítimos de países extranjeros. En este caso nos referimos a empresas foráneas que no están debidamente regulados, ni registradas. Son empresarios de países que generalmente, no permitirían que una empresa panameña, se instalara en sus aguas, facturara a sus clientes directamente, desde su país y ni siquiera pagará impuestos en Panamá.
Esta empresa captura una actividad de renta neta, una oportunidad local panameña, y la ha trasladado a su país de forma directa. Esto ocurre con países como Estados Unidos, países europeos y algunos latinoamericanos, que no permitirían hacer esta actividad de esta manera en sus propias aguas.
Panamá debe ponerse a tono con esas mismas prácticas, para poner consolidar sus propios ingresos netos, basados en un instrumento legal que regule de forma integral a la IMA, que agregue valor al sector y pone en las mismas condiciones a nuestro mercado con relación a las prácticas generalmente aceptadas en los países que las aplican.
Lo que hacen en nuestras aguas, no se diferencia para nada a las actividades de piratería del S XVIII, o a los saqueos coloniales de África y de las Américas y que aún continúan sin mucho empeño de controlar por países, entidades y personas. Increíblemente, muchos la justificarán sin argumentos reales y sólidos.
Si se regulan y pagan impuestos en Panamá, no habría problemas al respecto, aunque una buena porción de estas divisas, tomará vuelo y ya la actividad no presenta una renta neta.
Las empresas 100% panameñas, si representan para el país, una renta neta pura.
No es de extrañar que muchos gobiernos de terceros países apoyen estas actividades extraterritoriales, por que son por lo general países en los que se computa el PNB. El Producto Nacional Bruto, se determina por la producción que ciudadanos o residentes en ese país, producen dentro del país y fuera de él. Diferente es para los países que computamos solo la producción dentro del país, que se conoce como Producto Interno Bruto o PIB.
Por ello, veremos embajadas impulsando a sus empresas y procurando por su gestión diplomática, que nuestro país acepte esa situación, que es totalmente perjudicial para nuestra economía, porque captura y envía afuera importantes divisas que deben impactar nuestra economía, fortaleciéndola y no debilitándola.
Es importante analizar también que debido a que Panamá no tiene banca central y ha estado siempre totalmente dolarizada, la “masa monetaria” de nuestra economía, la forma el saldo entre todos los dólares que entran por venta de bienes y servicios y los dólares que salen al exterior por la adquisición de bienes y servicios de ellos
Por ello, quitarle una porción a la masa monetaria de nuestra economía, reduce el circulante que dinamiza nuestra economía. Esto no lo permitirían nunca otros países que justamente, se aprovechan de nuestra debilidad.
Para todos los países del mundo, el ingreso de divisas es sumamente importante para su economía. Países de gran producción, como China, reciben sus ingresos en divisas por las ventas de bienes, manufacturados en su territorio, que son exportados a terceras naciones. Igualmente, el ingreso de divisas puede deberse a actividades de Ingresos Netos, como es el turismo, actividades marítimas y otras. La producción local, financiada con moneda local, es intercambiada por divisas de otras naciones, en dólares, euros, etc.
El país adquiere divisas fuertes contra un producto financiado con moneda local y además con un margen de utilidad. En esta actividad el país adquiere divisas que pueden ser usadas para reservas o para adquirir bienes y servicios de otros países.