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Economistas explican que caída de la inflación de -0,3 % a octubre no se percibe
- 22/11/2024 00:00
- 21/11/2024 20:06
La capacidad de comprar bienes o servicios en Panamá a octubre mejoró debido al reflejo de la variación interanual de la inflación, que cayó -0,3 %, según arroja el Índice de Precios al Consumidor (IPC) Nacional Urbano del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC), que publica la Contraloría General de la República.
Aunque la disminución del indicador representa la baja en el precio de algunos productos y servicios como prendas de vestir y calzado, comunicaciones, transporte, salud y recreación, por mencionar algunos, la realidad es que la percepción sigue alejada, pues los ingresos o salarios de la población no han crecido y, por lo tanto, el impacto es mínimo.
Los productos que bajaron en el IPC Nacional Urbano de octubre en comparación al décimo mes de 2023 fueron: prendas de vestir y calzado, y comunicaciones, ambos en 2,2 %; transporte 1,7 %; salud 1,2 %; recreación y cultura 0,8 %; muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar 0,4 %; y alimentos y bebidas no alcohólicas 0,3 %.
En cambio, entre los grupos de segmentos que registraron aumento en sus precios están: bebidas alcohólicas y tabaco 3,5 %; restaurantes y hoteles 2,7 %; bienes y servicios diversos 0,9 %; vivienda, agua, electricidad y gas 0,8 %; y educación 0.7%.
Históricamente, en Panamá la inflación es baja en comparación con otros países desde 1960, con una tasa anual promedio de inflación de 2,2 % (1996-2008), debido a que utiliza como moneda el dólar estadounidense, por lo tanto, el gobierno no monetiza su déficit. Sin embargo, cuando la inflación es alta en otros países, el efecto se traslada a los precios en Panamá, como ocurrió entre 1972 y 1974, cuando le impactó el precio del petróleo de Estados Unidos, según un análisis del IPC del Centro Nacional de Competitividad.
El mismo reporte rescata la relación entre la inflación y el salario mínimo, ya que sin considerar aumentos en la productividad de los trabajadores, el salario está estrechamente relacionado con el incremento de los precios y, por ende, con la disminución del poder adquisitivo.
El salario mínimo que se revisa cada dos años en Panamá y, el último que rige desde el 16 de enero de 2024, indica un aumentó entre 4,5 % y 7 %, según la región 1 o 2, donde el promedio es de $636,80 por mes. Los trabajadores con salario mínimo en las pequeñas y medianas empresas percibieron un aumento del 4,5 %, y los de empresas grandes 6 %; mientras que en las bananeras 7 %.
Para el economista Aristides Hernández, la inflación en Panamá tiene tres caras por todos los indicadores que influyen en los precios más allá del IPC, están los materiales de construcción, los impuestos de importación y otros más, que al final forman una canasta y repercuten en la pérdida del poder adquisitivo, independientemente del estatus económico de las personas.
“Cuando se analiza la inflación, es la suma de una serie de comportamientos en el precio de los bienes y servicios, donde unos suben y otros bajan. Aquí están subiendo de precio cosas muy importantes como la comida y la vivienda, pero donde la comida está llevando a la gente, incluso a aquellos con un buen estándar económico, a reacomodarse y adaptarse para cubrir esa necesidad básica”.
A manera de ejemplo, Hernández citó la tecnología. “Antes, cuando se lanzaron los primeros televisores inteligentes, estos podían costar $3.000 o $4.500, pero hoy una televisión más sofisticada y más tecnología quizás no supere los $1.000 y pagues $400 o $500 por ella, a diferencia de otros productos, como alimentos cuyos precios fluctúan por diversos factores, como costos de producción, la temporada y el impacto del clima las inundaciones o las sequías u otros”.
Afirmó que “a la hora de tomar decisiones, el comportamiento de las personas cambia y se mueve, ya que aprendemos a elegir dentro de nuestras capacidades, a razón de una restricción presupuestal”.
No obstante, indicó que las preocupaciones del poder de compra no es igual para todos los grupos económicos, ya que mientras uno se enfoca en tener la capacidad para cubrir sus necesidades de comida, vivienda y transporte, también es cierto que otro grupo con un ingreso mayor se preocupa en cuánto le valdrá adquirir otro carro, su segunda vivienda o lo que le costará la salida al restaurante”.
Por su parte, el también economista Víctor Cruz aportó sobre la inflación y los salarios que “el crecimiento de los precios o inflación impactan directamente en los ingresos (salarios) de la población al disminuirse la capacidad de compra. En esta oportunidad el IPC, que influye en la inflación, cayó -0,3 %, eso quiere decir que a octubre de 2023 para adquirir equis bien, el consumidor pagó $1, pero que un año después a igual periodo por ese mismo bien, la persona pagó $0.97 o menos, reflejándose una baja en el precio, pero que no se percibe así de simple porque el salario no aumentó igual para todos”.
Recordó que Panamá goza de una inflación baja y, por lo tanto, ese impacto es mínimo. “Lo preocupante es que, luego de la pandemia, el nivel general de los salarios en el país ha decaído mucho, sobre todo por la gran cantidad de personas que quedaron cesantes durante la pandemia, muchas de las cuales, si han conseguido empleo, el salario es mucho menor a lo existentes previo a la Covid-19”.
A lo que se refiere Cruz es que, antes de la pandemia, las ofertas de trabajo estaban acompañadas de una remuneración más atractiva, a las que hoy, con un mayor número de responsabilidades, ni se acerca, es decir, más por menos.
Al comparar los salarios con las discusiones de la reforma de la Ley 51 de 2005 de la Caja de Seguro Social (CSS), Cruz afirmó que “viendo el problema de la CSS, si los salarios son bajos y la cotización a la seguridad social es determinado porcentaje, su jubilación [pensión por vejez] será mucho menor [a la de hoy], por lo cual es importante la generación de inversiones y fuentes de empleo con mejores salarios. Si las condiciones económicas no favorecen mejores empleos con mejores salarios, acceder a proyectos de este tipo se hace imposible, máxime que el Bono Solidario no parece una ayuda real y parte de la solución a una vivienda digna”.
A criterio de Cruz, “la promesa del presidente de la República, José Raúl Mulino, del chenchén, no llega porque apenas a escasos tres meses el Gobierno Nacional encontró las finanzas gubernamentales en muy mal estado. Solo la deuda externa, que ahora parece convertirse en ‘eterna’, dio al traste con nuestro grado de inversión. Este hecho hace difícil en estos primeros meses levantar la economía sin antes hacer una evaluación del aparato institucional a la espera de la aprobación del Presupuesto General del Estado”.
Y argumentó que, “si bien el Gobierno ha destinado recursos para pagar una parte de las deudas con proveedores estatales de poco más de $800 millones, es muy posible que ese dinero no sea suficiente para reactivar la economía, debido a las deudas contraídas y cierres de empresas producto de la pandemia y/o del desempeño de la economía en su conjunto, en los últimos cinco cinco años”.
Agregó que “siendo así, esta acción es parte de la solución al problema de falta de inversiones y empleo y, por ende, lo que realmente facilitaría que llegue el chenchén al bolsillo de la población”.