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Crisis de la Organización Mundial de Comercio: Impacto para Panamá
- 06/01/2020 00:00
- 06/01/2020 00:00
La fecha de 10 de diciembre de 2019 pasará a la historia como el día en que la Organización Mundial de Comercio (OMC), con sede en Ginebra, perdió el poder de hacer cumplir las reglas del comercio internacional derivadas de los acuerdos multilaterales.
En esa fecha, el mandato de dos de los tres jueces restantes (el mínimo establecido para que sus decisiones tengan efecto), del Órgano de Apelación de la OMC expiró.
Las esperanzas de que fuesen reemplazados se vieron frustradas tras 12 años de sistemático veto a todos los nombramientos por parte de Estados Unidos.
La consecuencia inmediata de esta crisis es que las catorce disputas llevadas ante la OMC y que se encuentran en instancia de apelación quedarán en el limbo. Una de ellas es la de Panamá en su conflicto con Colombia en torno a los aranceles impuestos a los textiles y calzados provenientes de la Zona Libre de Colón.
El Órgano de Apelación, al cual comúnmente se le denomina la “Corte Suprema” del comercio internacional, compuesto por un panel de siete jueces era la última instancia en el sistema de resolución de controversias entre los países miembros. Este sistema de solución de diferencias fortalecía particularmente la voz de las economías pequeñas y medianas. Las violaciones por parte de estados poderosos de las normas existentes de la OMC podían ser sancionadas efectivamente.
Estados Unidos, es uno de los países que más hizo uso del mecanismo de arbitraje. Es el Órgano de Apelación que el pasado octubre, por ejemplo, falló a su favor en el contencioso entre Airbus y Boeing, dos meses después de haber autorizado a este país a aplicar contramedidas contra la Unión Europea (UE) por valor de $7,500 millones en este mismo conflicto comercial.
Antes de Donald Trump, las administraciones de Bush y Obama ya había bloqueado las designaciones de jueces a manera de protesta por la manera como opera la OMC.
Entre los reproches que Estados Unidos le hace a las OMC, es que le limita la capacidad a este país para combatir las prácticas comerciales injustas de China y otros países.
Los líderes mundiales se han comprometido con reformar la institución, pero no logran alcanzar un consenso sobre el contenido de dicha reforma en un contexto caracterizado por desafíos complejos para el sistema comercial internacional y crecientes tensiones entre ciertas potencias comerciales, lo cuales han dado como resultado la proliferación de medidas y contramedidas que ahora pesan sobre el desarrollo comercial y hacen que las negociaciones sobre el futuro de la OMC sean más difíciles.
El panorama actual es incierto. “Este es un escenario de pérdida para todos que agravará el contexto económico global”, lamentó el Director General, Roberto Acévedo, añadiendo que frente a esta situación, los países podrían optar por "medidas temporales" o "mecanismos alternativos", pero siempre en el contexto del sistema de solución de disputas, que es visto como el único que puede ofrecer un trato equitativo a un país pequeño en litigio contra una potencia comercial.
Acevedo reconoció también que el riesgo de que los países pierdan confianza y tomen medidas unilaterales está presente, pero advirtió de que esto aumentaría la incertidumbre, lo que a su vez redundaría en menos inversiones, menos crecimiento económico y menos creación de empleo.
La “ley de la Selva” o el poder del más fuerte, corre el peligro de regir el comercio mundial en los próximos años, en particular con respecto a los conflictos que oponen los Estados Unidos a potencias como China o la Unión Europea.
Los expertos coinciden en señalar que si bien la globalización actual apunta a que haya una apertura más completa de los países y del comercio internacional, el nuevo paradigma de los intercambios se va a centrar en el futuro en una mayor regionalización de las transacciones y en la construcción de bloques concretos. De hecho, los grandes grupos regionales ya están en proceso de organizarse para tener un peso económico.
La UE manifestó que “no apoyará ni condonará un sistema de relaciones económicas basadas en el poder.” En espera de encontrar una solución satisfactoria para todos los 164 miembros de la OMC, la UE, Noruega y Canadá exploran la posibilidad de crear un mecanismo de arbitraje alternativo.
Se espera que a esta iniciativa se sumen China y otros países en desarrollo tales como Argentina, Brasil, Chile, Turquía.
Por su parte, Suiza se moviliza con otros 59 países desarrollados y en desarrollo para asegurar el éxito de la próxima Conferencia Ministerial de la OMC en junio de 2020 en Kazajistán.
Los trabajos y debates en los que participe Panamá en el seno de la OMC en Ginebra son vitales para el país, pues lo que resulte tendrá incidencia en la economía panameña.
Panamá es una economía que ha prosperado gracias al comercio internacional, de manera que debe con fuerza apoyar el multilateralismo y toda propuesta que ofrezca instrumentos funcionales y transparentes para hacer frente a los desafíos actuales de una economía con una multiplicidad de retos y oportunidades.
| Estados Unidos++ es uno de los países que más hizo uso del mecanismo de arbitraje.
| El nuevo paradigma de los intercambios se va a centrar en el futuro en una mayor regionalización.
| Panamá es una economía que ha prosperado gracias al comercio internacional, de manera que debe con fuerza apoyar el multilateralismo.