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El avance del proyecto World, de la empresa Tools for Humanity, en Panamá sigue generando controversia. Este jueves, la directora nacional de Transparencia y Acceso a la Información (Antai), Sheila Castillo, dijo a este medio que la posible venta de datos biométricos de los panameños es algo que la mantiene “muy preocupada”.
“Lo estamos analizando con mucho cuidado en la oficina de protección de datos; el problema es que no hemos recibido una denuncia concreta sobre este caso”, indicó.
Las palabras de la funcionaria se dan luego de la publicación de este medio sobre el caso, el cual ha captado una imagen biométrica del ojo de cerca de 15.000 panameños.
La Antai emitió un comunicado en el que señalaron que “el dato biométrico es un dato sensible”. “Es un tipo de dato personal cuya utilización puede generar discriminación o colocar en grave riesgo al titular, por condiciones étnicas, raciales, religiosas y otras [...] por lo que se encuentra sujeto a regulación y requiere de mayores garantías, protección y control para su uso debido y correcto tratamiento”, alegó.
El abogado Ernesto Cedeño solicitó el jueves que se abriera una investigación al respecto. “Muestro mi preocupación por la proliferación en Panamá del escaneo de iris de ojos por dinero, que en otros países ha sido prohibido. He pedido las investigaciones del caso con base en lo que existe en nuestra carta magna panameña”, expresó en su cuenta de X (antes Twitter).
Desde Tools for Humanity afirmaron que toda persona que participa del programa tiene que “dar su consentimiento explícito en la aplicación”, aceptando los términos y condiciones. “Son solo dos o tres pantallas, con menos de 40 palabras, con un lenguaje bastante claro, que explica para qué se va a usar la fotografía del iris”, dijo Javier Tuirán, director de comunicaciones de la compañía para América Latina.
Tuirán explicó que el programa toma una fotografía de alta resolución del ojo de una persona y, con esa fotografía, se desarrolla un “código numérico único”. “No es una foto del iris, es una representación numérica del ojo que permite identificar que la persona en efecto es un ser humano real”, relató.
Este medio consultó a Ángel Agrazal, especialista en prevención de fraude documental, para saber más detalles sobre las posibles implicaciones de una vulneración de los datos biométricos. “Si la biometría cae en manos de quien no debe tenerla pueden generarse consecuencias éticas y de seguridad, porque es una información única e inmutable, que está vinculada directamente con la persona que la da”, analizó.
“Una persona puede sufrir robo de identidad para hacer transacciones en su nombre sin que se entere y después será muy difícil que pueda demostrar su inocencia”.
Agregó que esto representa un “riesgo de privacidad permanente”, ya que “no sabes cómo, dónde o cuánto tiempo serán usados”.
“Esta información puede permanecer en bases de datos que pueden ser hackeadas o vendidas nuevamente”, ponderó.
Otro punto que mencionó es la posible utilización de esta información en sistemas de blanqueo de capitales, al crear una cuenta bancaria a nombre de una persona que no sabe que lo están haciendo.