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- 25/01/2021 00:00
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En el diálogo nacional por la Caja de Seguro Social (CSS) urge definir una solución sostenible que garantice el futuro del programa de pensiones a largo plazo en un escenario marcado por el envejecimiento de la población como la causa de todas estas reformas que se están dando mundialmente.
Y aunque el tema parece ser bien complejo, hay quienes consideran que para salvarlo del estado en que está, se requieren hacer ciertos cambios en el sistema actual y algunos ajustes en las cotizaciones.
A esa conclusión llegaron un grupo de especialistas en un conversatorio con este diario. Un esquema que ven favorable es el de capitalización individual, un modelo que combina el ahorro con una posible prolongación de las cotizaciones y que ya se viene aplicando en varios países de América Latina como Uruguay México, Chile, entre otros. En algunos casos, coexisten junto a otros modelos ya existentes y se cotiza por 30, 40 años o más. Actualmente, en Panamá se cotizan 20 años (240 cuotas) y la edad de jubilación para las mujeres es de 58 años y los varones 62.
“El mundo está evolucionando hacia los sistemas de capitalización individual y esto obedece a que el diseño es más justo porque la gente recibe efectivamente lo que aporta. No hay una persona que gane ni otra que pierda", señaló el consultor y estudioso del subsistema de beneficio definido del Invalidez Vejez y Muerte (IVM), Jorge Nicolau, para quien "el modelo actual está quebrado y no existe la posibilidad de pagarle las pensiones a todos" .
En seguridad social se denomina capitalización individual a un sistema de ahorro personal para la vejez. Le permite a la persona acumular en su cuenta y tener al final una pensión de acuerdo al esfuerzo que hace.
Tienes un ahorro tuyo que estás capitalizando, que te garantiza que vas a cobrar tu propia pensión", apuntó el banquero Roberto Brenes, quien destacó que "cualquier sistema que se haga va a necesitar un ajuste gradual", pero a las personas que ya están esperando por jubilarse "no se les podría hacer este ajuste" .
“Personalmente, dijo Brenes, pienso que un ajuste importante es el número de años que tú cotizas. 20 años no es nada. Los uruguayos empiezan a jubilarse a los 30, los alemanes a los 40 o 42. Entonces, la edad de jubilación se vuelve irrelevante porque lo que tú quieres es que la persona esté el tiempo suficiente en el sistema".
Brenes señaló que el mundo está evolucionando hacia sistemas mixtos con tres pilares en específico.
En primer lugar, dijo que un buen sistema de pensiones no solamente da las pensiones sino que es una fuente importante de ahorro nacional, por ejemplo, en países como Uruguay, México, tienen grandes ahorros.
Un sistema que hemos mirado, aunque no es el que realmente se proponga, es el uruguayo e invitó a que lo estudien. "Tiene un pilar básico que lo paga el Estado. El famoso 120 a los 65 de aquí es algo similar que ellos ajustan", comentó Brenes.
El segundo es un pilar de ahorro. Hay una pensión muy chica pero básicamente un pilar de ahorro.
Y el tercero es el voluntario entre empresas y trabajadores donde ellos para mejorar sus pensiones les crean incentivos para que hagan su ahorro, conjunto dentro de las empresas siempre a nombre del trabajador.
Según estudios de la Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) en los últimos 24 años, 79 países aumentaron las tasas de cotización, 62 la edad de retiro, 52 modificaron su fórmula de cálculo, que es la que calcula los montos de pensiones de un sistema de beneficio definido que depende sobre todo del monto aportado del salario y de las cuotas. "Estos son los parámetros que han tenido que modificar estos países, y a pesar de que en Panamá, nos han dicho que no debemos tocar las medidas paramétricas, aquí vemos que la realidad del mundo es otra. Es decir, este tipo de sistema no subsiste si no se hacen ajustes paramétricos periódicos para tratar de buscar un equilibrio financiero", manifestó el especialista en sistemas de pensiones, Jorge Mesa.
El tema con estos sistemas de beneficio definido, según Mesa, es que al hacer cambios a las fórmulas, a las edades y a las tasas de cotización se cambian las condiciones para las nuevas generaciones. "Las generaciones de los jóvenes sufren el favor de aquellos que venían atrás", añadió.
En Panamá existen dos subsistemas dentro del régimen obligatorio de la CSS: el subsistema exclusivamente de beneficio definido y el mixto.
Al subsistema exclusivamente de beneficio definido, algunos lo llaman “sistema solidario” en el cual todas las cotizaciones que haga usted y su empresa al programa del IVM de la CSS (13.5% de su salario mensual más el 18% del XIII mes) van a un fondo común de naturaleza pública, que se usa para pagarle a los pensionados actuales. Es decir, sus cotizaciones no son para usted, son “repartidas” entre otras personas: “los pensionados”.
Este sistema se creó en 1981 y está basado en que las cotizaciones que se hacen a los planes de pensiones, van a una cuenta de ahorro individual y con base a esa cuenta individual, que es de propiedad de los afiliados, se obtiene la pensión. Es decir que cada afiliado paga su pensión, la cual se compone básicamente de los aportes a los rendimientos y en el caso de aquellos que se hayan trasladado a un sistema anterior a este, aplican bonos de reconocimiento.
Según Mesa, unos 33 países del mundo han incluido esta reforma de capitalización individual. "El mundo tiende hacia allá y en América Latina 106 millones de personas ya son propietarios de $638 mil millones. Es una suma bien interesante y es importante que sepamos cuál es la diferencia entre los dos modelos (beneficio definido y capitalización individual)", expresó.
Mesa explicó que la principal diferencia del modelo de beneficio definido es que los aportes van a un fondo común, nadie es dueño de esos aportes y es un fondo que es para todos, pero en realidad no es para todos sino para el que se va pensionando.
“Aquí no hay herencia. Es decir que si una persona fallece y no tiene un beneficiario de pensión que le pueda suceder una pensión de sobrevivencia, entonces, ese dinero se pierde y no hay réditos para el afiliado sino una única alternativa que es la renta vitalicia. Es decir, todos compran una renta vitalicia pero no necesariamente todos la van a usar por el mismo tiempo. El monto de la pensión es definido y limitado”, dijo. Lo que han identificado, agregó Mesa, es que ese beneficio definido se ha convertido en un sistema de beneficio indefinido y no existe devolución de saldo. Resulta que por las condiciones laborales, muchas personas, especialmente de América Latina, no logran completar las cuotas necesarias (240) para pensionarse en el sistema de beneficio definido, "tienen cero" , pero esos recursos que ya pagó van a servir para que otras personas disfruten el beneficio del sistema.
“El pago de la pensión y jubilación depende de otras personas no de uno mismo. La administración regularmente es estatal, a través de un monopolio que normalmente son mal administradas. No son sostenibles financieramente", pues "lo que se ofrece aquí es una expectativa, una promesa que puede normalmente no cumplirse”.
Mientras que las cuentas de ahorro individual, el dinero es propiedad de los afiliados cien por ciento, por lo tanto hay una herencia en caso de que la persona fallezca. “Al momento que fallece y dependiendo de la modalidad de pensión que tenga o si fallece antes de la pensión, todo el saldo es heredable, los réditos le pertenecen, puede comprar varias alternativas de pensión. Por ejemplo, un retiro programado, renta vitalicia, una combinación de ambos", detalló. Mesa.
El especialista agregó que los montos de la pensión no tienen límites y dependen exclusivamente del saldo en la cuenta de ahorro individual. Hay devolución de saldos. "Aquí todo el mundo recibe una pensión. El pago no depende absolutamente de nadie, depende de lo que hay en la cuenta de ahorro individual. La administración puede ser pública o privada. Son sostenibles financieramente y la pensión es una realidad", puntualizó Mesa.