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Los juegos Panamericanos: Una radiografía al deporte panameño
- 13/11/2023 00:00
- 13/11/2023 00:00
Los Panamericanos de Santiago pasarán a la historia estadísticamente como los más exitosos para Panamá, luego de obtener por vez primera dos preseas de oro, aunque al mismo tiempo mostraron el estado crítico de nuestro deporte.
Santiago de Chile vio coronar a la dupla bolichista de Willian Duen y Donald Lee, y a la vallista Gianna Woodruff, quien se convirtió en la primera fémina panameña en obtener un primer lugar en la máxima competición del continente.
Las primeras tres medallas doradas en nuestra historia, la obtuvieron Carlos Chávez (1955), Idelfonso Lee (1971) e Irving Saladino (2007).
A ellos se unieron la medallista de plata Atheyna Bylon (boxeo) y los de bronce, Eduardo Beckford (boxeo), Kristine Jiménez y Lilian Cordones (judo), Carolena Carsten (taekwondo) y Alberto Gálvez (karate).
Indudablemente que cada uno de ellos e inclusive los que no lograron preseas, hicieron el mejor de sus esfuerzos para cumplir el objetivo, a pesar de que algunos no contaban ni con el nivel, ni la mejor preparación para tan exigente competencia.
En este punto hay que hacer un alto. Los juegos de Santiago quizás sean calificados como uno de los mejores organizados, pero no entre los más sobresalientes, técnicamente hablando, y, aun así, un altísimo porcentaje de nuestros atletas se vieron superados por sus oponentes o por las circunstancias.
La ausencia de verdaderos cracks en innumerables disciplinas, como el baloncesto, voleibol, natación y atletismo, no solo mostró niveles técnicos muy bajos, sino que le restó brillo a la misma competición.
El atletismo fue uno de los ejemplos más fehacientes al resentirse la ausencia, entre otras, de las jamaiquinas Elaine Thompson, Shelly Fraser-Pryce y Shericka Jackson, de la estadounidense Sha'Carri Richardson y de la venezolana Yulimar Rojas, todas campeonas olímpicas.
Precisamente en esta disciplina se registraron más de diez pruebas, por lo menos, cuyos resultados resultaron inferiores en tiempos, a los hechos en los Centroamericanos de San Salvador.
Al entronizarse de lleno el profesionalismo y multiplicarse la cantidad de competencias en casi todos los deportes, se ha dejado con pocas opciones a los juegos regionales y ya no es suficiente la acostumbrada medalla y una réplica de la mascota como premios.
Los organizadores, buscando paliar el inconveniente, invitaron a figuras icónicas del atletismo, como los estadounidenses Mike Powell y Carl Lewis, el dominicano Félix Sánchez y la chilena de origen colombiano, Ximena Restrepo.
En lo referente a Panamá, la actuación en Santiago podría catalogarse de similar a la de San Salvador, donde si bien se alcanzó una mayor cantidad de preseas de oro en comparación a otras ediciones, fue palpable y marcadas nuestras deficiencias.
En los Panamericanos, solo nueve atletas de seis deportes lograron preseas, de una delegación de 90 deportistas en 20 disciplinas; y de estos nueve, solo cuatro estuvieron en el podio de San Salvador.
Es decir, que de los veintidós atletas galardonados en los Centroamericanos y del Caribe, solamente Bylon (oro), Woodruff (plata), Beckford (bronce) y Carsten (bronce) volvieron a ser premiados.
Es importante señalar que solo la mitad de los medallistas de San Salvador estuvieron en Santiago, aunque un gimnasio escolar pueblerino se hubiera llenado a toda su capacidad, con los deportistas que fueron a ambas competencias y no marcaron.
Para el educador físico Pedro Aguilar, la actuación en ambas competencias regionales “fue muy pobre”, si se toma en cuenta el millonario presupuesto que Pandeportes anualmente aporta en “estímulo deportivo” al alto rendimiento.
“Hay atletas que han cobrado más de un cuarto de millón de dólares y no sacaron medalla en estos juegos; y hay otros, que recibieron 100 mil dólares en un ciclo (olímpico) y no le han dado una medalla a Panamá”, señaló Aguilar.
“Estas son cosas que hay que sopesar y evaluar, porque no estamos hablando de las mismas condiciones que había, por ejemplo, en los segundos juegos Panamericanos (1955), donde Panamá logra una de oro”, añadió.
El veterano educador indicó que es una gran oportunidad para que la dirección técnica de Pandeportes, analice cada resultado con los atletas y sus respectivas organizaciones deportivas.
En esa línea, sostuvo que no sería justo evaluar el rendimiento de un atleta que entrena en el exterior con uno que lo haga en Panamá, donde una gran mayoría de los gimnasios provinciales siguen en reparación, después de seis o siete años que fueron demolidos.
En el caso del atletismo, no podría evaluarse en la misma página el trabajo y rendimiento de Gianna Woodruff y Alonso Edward, quienes viven y entrenan en Estados Unidos, con el de los fondistas Chamar Chambers y Didier Rodríguez, que lo hacen en nuestro país.
Asimismo, habría que evaluar en su justa dimensión el desempeño de los pesistas veragüenses que estuvieron en los Panamericanos, quienes entrenan desde hace siete años en el garaje de una casa, porque Pandeportes aún no culmina los trabajos en el gimnasio donde lo hacían en el pasado.
Los cuatro atletas, campeones regionales juveniles en su momento, no solo se vieron superados en toda la línea por sus respectivos colegas, sino que levantaron mucho menos peso al que están acostumbrados.
De igual forma, la actuación de los deportes de conjunto que, como el béisbol, dejó escapar en tres ocasiones la posibilidad de obtener una medalla, tras pasearse invicto en la primera fase (3-0) y, al final, terminar en la cuarta casilla.
En tanto que el baloncesto masculino se ubicó en el último lugar de la tabla entre ocho conjuntos, y en su compromiso de cierre, terminó superado por Puerto Rico por cuarenta puntos (89x49).
El Instituto de Deportes debe enfocarse mucho más en los semilleros de cada disciplina, porque son los que mostrarán al final de cada gestión, si el deporte está bien encaminado.
Es imperante de que tanto el Ministerio de Educación como Pandeportes definan su papel en la gestión deportiva de base, que se encuentra en las comunidades, en los barrios y en las escuelas.
Es indudable que se debe apoyar a las otras tipologías del deporte, entre ellos, el de alto rendimiento, pero no decantarse por ellos como si los demás no existieran.
Un claro ejemplo es el atletismo, al que se le entrega significativas sumas de dinero anualmente en estímulos deportivos, pero su federación se ve a gatas para el desarrollo de sus diversas categorías, además de no poder usar el estadio Rommel Fernández.
“Nunca el atletismo estuvo tan abandonado como ahora e inclusive nos pidieron sacar nuestros implementos del Rommel”, precisó el vicepresidente de la federación, Ricardo Concepción.
Indicó que tienen programado realizar los campeonatos sub-13 y sub-15 en el interior del país, pero sin la seguridad de contar con el respaldo del Instituto de Deportes.
Señaló que el director de Pandeportes les manifestó que no pueden brindar más recursos económicos, ni para hacer arreglos a la pista del Rommel ni mucho menos para eventos nacionales o internacionales.
“Sin embargo, nos advirtió que, si viajamos en diciembre a un torneo juvenil en San Salvador, debíamos hacerlo con uniformes y vestimentas adecuadas”, añadió.
Llegado a este punto, preguntamos. ¿Qué acciones debieran tomarse en materia deportiva para mejorar nuestras actuaciones?