Los Estados Unidos se argentinizan

Actualizado
  • 21/08/2024 00:00
Creado
  • 20/08/2024 18:40
La llegada del entrenador Mauricio Pochettino para liderar la dirección técnica de los Estados Unidos, con la perspectiva del mundial 2026, da un giro a la visión estratégica y táctica del equipo

La Selección de los Estados Unidos se preparará con acento argentino para su presentación en la Copa Mundo 2026, al decidirse por otorgarle la conducción al entrenador Mauricio Pochettino, uno de los técnicos de esa nacionalidad con mayor perfil y logros en el fútbol europeo. Se suman así a una tendencia de reconocimiento en el continente americano, donde ya priman numéricamente los argentinos en la dirección de las principales selecciones nacionales (ocho).

Faltan por cortar algunos flecos pendientes en el contrato final para su presentación oficial, el currículo del técnico suramericano ha encajado en la figura relevante que estaba buscando la Federación de Fútbol de los Estados Unidos (U.S.Soccer) para el cargo, según han dejado saber sus directivos.

En su segundo mundial en casa el banquillo estadounidense volverá a estar ocupado por un conductor extranjero. La primera vez, en 1994, le correspondió a Bora Milutinovic, el ex técnico serbio que los llevó hasta los octavos de final; una época en la que se consideró un notorio logro al venir de quedar, cuatro años antes, penúltimos en Italia 90, y ante la incipiente actividad del fútbol profesional allí (no contaban con una liga de primera división activa).

Hoy las pretensiones tienen una cima más empinada para alcanzar, las aspiraciones se ubican en llegar mínimamente a semifinales, un escalón al que no han ascendido; tienen una liga profesional robusta, el fútbol ya no está entre los deportes últimos de la fila en inversión y preferencias.

Aunque el panorama de la selección por sus recientes resultados no es el más halagador. La llegada de Pochettino ha sido catapultada por el despido del técnico Gregg Berhalter, quien tuvo dos periodos, uno acorde con las expectativas y el siguiente con el descalabro propiciado por la baja actuación en la reciente Copa América. Les es urgente encontrar un nivel competitivo que en estos dos años infle de motivación a su afición en un respaldo amplio hacia el mundial.

La balanza inclinada

El galés Matt Crocker, director deportivo de la U.S.Soccer, quien estuvo vinculado al fútbol inglés como directivo en el club Southampton de la Premier League, dijo que para remplazar a Berhalter: “Solo quiero conseguir el mejor entrenador posible que pueda ayudar al equipo a ganar... Se han logrado avances, pero ahora es el momento de convertir esos avances en victorias”. Su sueño era convencer a Jürgen Klopp, el técnico alemán retirado del Liverpool que lo había ganado todo con los reds. Klopp no se dejó seducir.

El plan siguiente era Mauricio Pochettino con quien Crocker había coincidido en el Southampton en 2013. Allí el técnico realizó una meritoria campaña que le impulsaría a convertirse luego en el entrenador del Tottenham Hotspur, liderando una etapa brillante, hasta llevar al Tottenham a la final de la Champions League 2018-19.

Después dirigiría al PSG en Francia con el tridente Messi, Neymar y Mbappé, logrando el título de la liga y la Supercopa de Francia, sin alcanzar el objetivo de la Champions. Regresaría al fútbol inglés para dirigir al Chelsea en la pasada temporada, en donde ocuparon el sexto lugar, dándole paso a algunos jóvenes jugadores. Aunque tenía contrato para dos temporadas más, lo rescindió. Estar disponible, su valorado currículo, el hablar fluidamente el inglés y la amistad con Crocker, cerraron el circulo para su elección.

Sus etapas de jugador, en la que se desempeñó como un defensa central de carácter y confiable, al igual que en la función de entrenador, Pochettino las desarrolló principalmente en Europa, moldeando su visión entre el fútbol suramericano y el europeo. Su puerta de entrada como jugador se la abrió el club Espanyol de Barcelona; este club también sería el primero en dirigir como entrenador. Francia e Inglaterra son los otros dos países donde dejó huella.

El momento USA

El entrenador argentino no debería sentir excesiva presión en sus inicios dirigiendo al Team USA; el calendario de compromisos para afrontar, próximamente, son partidos amistosos, no tienen que disputar eliminatoria mundialista y la única competición oficial (de darse), sería la Copa Oro 2025 de la Concacaf, sobre la que todavía no hay mucha claridad de su realización debido al Mundial de Clubes en la agenda de la FIFA. Dos eventos que podrían colisionar al estar concebidos a disputarse en territorio estadounidense.

Sin olvidar la opaca presentación en la Copa América, Pochettino no va a recibir un equipo sin perspectivas, ni cualidades; esta camada es considerada la “generación dorada” del fútbol estadounidense. Nunca antes tuvieron una producción de jóvenes con tanta presencia en el fútbol de Europa como en la presente década, entre ellos Christian Pulisic, Sergiño Dest, Tyler Adams, Gio Reyna, Folarin Balogun, Yunus Musah etc.

Después de un aceptable mundial en Catar en donde llegaron a los octavos, se tiene la expectativa que con Pochettino, por el trabajo expuesto con los jugadores jóvenes y sus planteamientos tácticos, que podría contribuirles a que den el paso cualitativo que les falta; no se queden en una generación dorada más, que no alcanzó un objetivo reluciente.

El interrogante está puesto en la capacidad de adaptabilidad de Pochettino para llevar lo aprendido y desarrollado en los clubes profesionales en los cuales el contacto y la comunicación entrenador-jugadores es una labor diaria, a una selección, con los tiempos de contacto condicionados a las que está sometida una escuadra nacional. Pochettino disputó con la Selección de Argentina 20 partidos internacionales y jugó el mundial del 2002. Sabe la pasión que genera vestir la camiseta nacional, pero será la primera vez que dirija una selección; no siempre los entrenadores exitosos en clubes han podido replicar sus logros dirigiendo una selección.

Panamá, prueba en el camino

De concretarse en estos días, los primeros compromisos que le corresponderían a Pochettino con la selección norteamericana serían tres amistosos programados: primero el 7 de septiembre ante Canadá; tres días después, el 10 de septiembre, le sigue Nueva Zelanda. Luego el 12 de octubre en el Q2 Stadium de Austin, Texas, recibirá a Panamá.

Panamá se ha convertido en una selección atípica con incidencia en el devenir de los estadounidenses en los últimos años, la llegada de Gregg Berhalter a la dirección técnica se produjo en 2018 como búsqueda a una salida tras el fracaso de ser desplazados por la selección canalera del mundial del 2018, un cupo que tenían ‘asegurado’ antes de la última fecha.

A Gregg Berhalter le terminan expulsando anticipadamente de su segundo ciclo que estaba estipulado debería concluir tras el mundial 2026, por la derrota 2-1 que les propina Panamá en la fase de grupos de la Copa América dejándoles con una de sus actuaciones más deficientes y dolorosas en este torneo. Ganarle convincentemente a Panamá el 12 de octubre, en el tercer partido amistoso al que debe llegar con un conocimiento mayor del equipo y los jugadores, será un requerimiento mínimo que debe ofrecer Pochettino, de no lograrlo podría llegar a ser la primera espina en la garganta del camino que inicia.

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