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- 10/07/2021 00:00
- 10/07/2021 00:00
El mayor torneo futbolístico de selecciones nacionales de Europa, llega a su culminación, con su partido decisivo. Es el cierre perfecto para un torneo rico en emociones y calidad de juego. Con intensos duelos de octavos de final y caídas inesperadas como las de Francia y Alemania.
Tuvieron que transcurrir 55 años para ver a Inglaterra en la final de un torneo grande. La vez anterior fue en 1966, cuando el seleccionado inglés llegó a la final de un mundial (y de paso la ganó) proclamándose campeona. En esta ocasión, y luego de doblegar a la recia, casi heroica Dinamarca, Inglaterra en suelo propio tendrá que enfrentar a un rival de poderío: la Italia de Roberto Mancini.
El duelo frente a Dinamarca, le sirvió al cuadro inglés para saber lo que era jugar en desventaja. Por primera vez en el torneo, comenzaban un partido con el marcador en contra y enfrentando a un equipo con mucha maña a la hora de crear redes que entorpecieran los ataques rivales. Entonces, Kane se puso al mando y se retrasó unos metros en el campo, generando un mayor panorama de juego. Desde allí, alimentó las electrizantes galopadas de Sterling, sobre todo recorriendo el flanco izquierdo.
El triunfo sobre Dinamarca, supo a gloria. Inglaterra se instalaba en una final, después de incontables fracasos dolorosos.
Desde su llegada a la selección, Mancini encadena 33 encuentros sin caer. Y si este logro te parece poca cosa, he aquí uno mucho más grande: Mancini en estos pocos años consiguió transformar la mentalidad de la selección italiana, convirtiéndola en una escuadra mucho más fluida y protagonista en la tenencia del balón. Pero lo interesante es que sus virtudes no se detienen allí. Cuando Italia ha sido seriamente presionada (por ejemplo, por España en la vibrante semifinal) también sabe aguantar, defenderse con astucia, rechazar los embates enemigos. Es decir, que la Italia de Mancini no solo se siente cómoda jugando de una manera: sabe adaptarse. Y su versatilidad se hace evidente en cada juego. Ya no son los padres del cerrojazo defensivo, rudos, especulativos y conservadores. Esta Italia nos propone un juego más suelto, alegre y despercudido, que le trae excelentes dividendos.
Como casi siempre ocurre con Italia, su solidez empieza con un excelente portero. El joven Gianluigi Donnaruma es el reemplazo del legendario Gianluigi Buffon (176 partidos y más de dos décadas defendiendo el marco italiano). Donnaruma tiene apenas 22 años, mucha juventud en un portero. Aunque debemos reparar en su enorme experiencia, ya que debutó en el Milán cuando apenas tenía 16 años.
En el centro de la defensa, destaca el colosal Leonardo Bonucci. Pocos defensores tan feroces y cualitativos como Bonucci. De gran veteranía (34 años) y probada sapiencia defensiva, Bonucci encabeza la más solvente pareja de centrales de esta Eurocopa. Su socio, Giorgio Chiellini, compañero también en la zaga de la Juventus, es igualmente una garantía de solvencia. Sin duda pesarán en su favor los 217 partidos que suman entre ambos con la camiseta italiana.
Lamentablemente en el flanco izquierdo de la defensa, faltará Spinazzola, de excelente torneo. El jugador de la Roma se lesionó frente a Bélgica y estará varios meses fuera de circulación.
El centro del campo italiano se complementa con la perfección de un mecanismo de relojería. Jorginho (Chelsea) es el eje, el gran organizador, acompañado por los infatigables y creativos Massimo Verratti (PSG) y Nicolo Barella (Inter). Y como si esto fuera poco, en el banco de suplentes espera un mediocampista que puede funcionar igual de bien que cualquiera de los tres titulares: Manuel Locatelli (Sassuolo).
Y si vamos a elegir a alguien en ataque, este sin duda será Lorenzo Insigne. Menudo, de juego alegre y centelleante, desequilibrador e impredecible. Un verdadero peligro para cualquier defensa.
El inicio de Inglaterra en esta Eurocopa, no deslumbró ni entusiasmó a nadie. Pero el equipo que dirige Southgate ha ido de menos a más, eliminando todos los obstáculos, mostrando una defensa inexpugnable que nadie se esperaba. Y si al principio del torneo, extrañábamos mayores chispas en el ataque inglés, estas han estado surgiendo, sobre todo en los pies de Sterling y Kane.
El defensa central Harry Maguire (Manchester United), tantas veces vilipendiado se ha mostrado impasable. Igualmente sólido ha estado el muchas veces errático portero Pickford (Everton). El centro del campo ha visto complementarse con mucha solidez a Kalvin Phillips (Leeds United) y Declan Rice (West Ham United). Y en el ataque, todos vimos el despertar de Harry Kane (Tottenham) en una Eurocopa que lo vio venir de un inicio apagado a un presente centelleante. Además, tiene a su lado al eléctrico Raheem Sterling (Manchester City), sin duda el más determinante de los jugadores ingleses en esta fase final de la Eurocopa.
Alineaciones y bajas.
La escuadra inglesa cuenta con todos sus efectivos, con la excepción de Dean Henderson (Liverpool) que sufre una lesión de cadera. Por su parte Italia padece la baja del lateral izquierdo Spinazzola (Roma), que fue titular indiscutible mientras estuvo sano. Tampoco estarán disponibles Sensi y Pellegrini.
Estas son las alineaciones posibles:
Italia: Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Chiellini, Emerson; Barella, Jorginho, Verratti; Chiesa, Immobile, Insigne.
Inglaterra: Pickford; Walker, Stones, Maguire, Shaw; Phillips, Rice; Saka, Mount, Sterling, Kane.
Son dos escuadras muy parejas. Es posible que Inglaterra tenga en su favor, cierto factor anímico. Pero Italia ha mostrado a lo largo de esta fase final, un dominio casi total de las situaciones más disímiles. Y si bien es un equipo que prefiere proponer juego, también sabe defenderse cuando lo acosan. Esa multiplicación de virtudes la convierte en un rival temible.
Inglaterra está cosechando en este torneo los frutos de su propuesta por engrandecer las academias infantiles y juveniles de los clubes profesionales. Los talentos renovadores de Grealish, Foden o Sancho, sirven para comprobarlo. Por su parte, Italia vive un renacimiento en su personalidad futbolística. Al menos por el momento, podemos decirle adiós a la habitual mezquindad futbolística, mientras vemos abrirse a los azurri a una mayor exuberancia.
Pero más allá de quien gane esta final, sin duda la Eurocopa ha resultado una excelente antesala a la próxima Copa del Mundo. Selecciones como España, Francia, Portugal, Alemania o Bélgica, que no llegaron hasta la última instancia, serán sin duda equipos con un enorme potencial. Igualmente, selecciones como Dinamarca y Holanda dejaron destellos que brillan como promesas de un futuro muy cercano.