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Edwin Aguilar, el goleador perseverante
- 13/03/2020 00:00
- 13/03/2020 00:00
En la búsqueda del gol 'extraviado' después de las eliminatorias que lo condujeron a su primera Copa Mundo, el fútbol panameño lleva dos años intentando hallar al delantero que le dé ante las defensas rivales de las selecciones de la Concacaf, capacidad de anotar. Tras décadas anteriores en las que el gol panameño tenía nombre: Ernesto 'Cascarita' Tapia, Víctor René Mendieta, Rommel Fernández, Julio y Jorge Dely Valdés, Luis 'el Matador' Tejada, Blas Pérez, Gabriel Torres, etc., todos los delanteros jóvenes que se asomaron insinuando “aquí estoy”, hasta el momento no han cuajado.
Con el puesto vacante, en el último amistoso de la Selección contra Guatemala, un viejo conocido de la afición, el atacante Edwin Aguilar dijo “ténganme en cuenta” sobresaliendo y regresando con gol, al convertir el segundo tanto que selló la victoria canalera 2-0 en el Estadio Nacional Doroteo Guamuch Flores, de ciudad de Guatemala.
El espigado jugador de 1,86 metros de estatura, con recorrido por el fútbol mexicano, venezolano y colombiano en cuyas ligas profesionales dejó su huella, es hoy pieza fundamental del Tauro FC. Lleva anotados 3 goles en el presente torneo Apertura 2020 y forma la dupla más efectiva del campeonato junto con su compañero Cristhian Martínez.
Excelente cabeceador, jugador técnico y con capacidad táctica para abrir defensas y facilitar la incorporación de sus compañeros al ataque, Aguilar siempre se insinuó desde joven como un atacante que podía marcar época en la Selección, pero diferentes circunstancias le imposibilitaron para alcanzar el objetivo. Hoy, con 34 años, en el último tramo de su carrera, busca hacerse un espacio.
Con el estadio 'Cascarita' Tapia de fondo después de una mañanera jornada de entrenamiento con el Tauro, se abre con su cordialidad característica al diálogo.
Contento con todo lo que he venido mostrando con el Tauro desde el arranque de la temporada, obviamente ello me abrió la oportunidad de volver a la Selección. Vengo desde hace varios años haciendo las cosas bien, tanto aquí con Tauro, como en Colombia y Venezuela, lo cual ha mostrado mi potencial. He sido afortunado porque las lesiones me han respetado en estos últimos años, pudiendo disputar muchos partidos. No sabría cómo medir en una escala mi nivel actual.
(riéndose) No sé, por mí me pondría un 11. La verdad es que me siento muy bien y eso es lo importante, porque si uno como futbolista se siente bien de salud y mentalmente, es fundamental para que dentro de la cancha salgan las cosas.
Sí, sí, pasan cosas en la vida cotidiana de cada uno que tiene que aprender a sobrellevar tanto en la cancha como fuera, soy una persona de hogar, de casa, eso te hace tener una estabilidad mental para rendir. Influyen mucho mi esposa, mis hijos, ayudan a que uno esté bien y en buen nivel.
Tengo que ser muy claro, en mi posición había dos delanteros por delante que tenían todo el respeto de la afición panameña como Luis Tejada y Blas Pérez, dos jugadores que se imponían (por decirlo así) no solo a mí, sino también a otros delanteros que por allí mostraron un gran nivel. No puedo decir que nos bloquearon, ellos crearon un estilo y una forma, fueron muy importantes para la Selección contribuyendo a llevarla a un Mundial, esa parte es indiscutible, son un ejemplo a seguir. Goleadores históricos que marcaron una época, por allí pasa un poco el porqué no tuve tantos minutos con la Selección.
En ese momento me dio tristeza porque tenía muchas ganas de estar en la Selección, estaba en un gran nivel, acababa de salir goleador en Venezuela, pasó el tema de la confusión en el trato y me llevó a sentirme muy triste; tomé la decisión en un momento de calentura, nunca hubo una conciliación para conversar, para sentarse ...bueno se alcanzó el objetivo y la Selección con el profe Bolillo lograron ir al primer mundial, como panameño y aficionado al fútbol fue uno de los más bellos regalos que nos pudieron dar a toda la afición.
Mi madre me inculcó que cuando haga una cosa, la haga de la mejor manera. Estoy procurando terminar una carrera universitaria, he ahorrado, y sigo el plan de que hasta que me divierta haciendo lo que hago, lo voy a disfrutar; cuando no me divierta jugar al fútbol, tomaré una decisión. Sé también que debo devolverle algo al fútbol por todo lo que me ha dado, y si me da la oportunidad de poder enseñar, con mucho gusto lo haré.
Cuando uno es joven piensa que tiene el mundo en las manos, no tiene idea de en qué momento vuela la vida y pasa muy rápido. Cuando llegué a la selección mayor para un partido contra Trinidad y Tobago en 2005, ya estaba eliminada y la dirigía el profesor Cheché Hernández. Me convocan junto con Gabriel Torres, éramos muy jóvenes (tenía 19 años), me tocó concentrar con Jorge Dely Valdés, un ídolo en Panamá, desde allí se marcó el futuro de mi carrera, de mis aspiraciones de trabajar y jugar. Me dije: esto es lo que quiero, es mi plan de vida, y me propuse metas. Trabajé luego muy duro, pasé momentos difíciles, me rompí la rodilla en Colombia, pero sabía que mis ganas y mis sueños no me los iban a quitar, que iba a tener revancha.
Tuve la fortuna de tener al entrenador Carlos Barra quien jugó en equipos importantes de México, me enseñó mucho, se volvió como un padre en aquel momento, tenía apenas 20 años, aprendí a esforzarme, a no bajar los brazos, a tener la ambición de ganar, de querer cosas y buscarlas. Fue la primera vez que salí de Panamá y anoté 12 goles, tuve inconvenientes con el visado y no pude seguir. Espero tener otra oportunidad en el fútbol mexicano.
Es verdad que no tiene mucho reconocimiento, pero tuve la dicha de jugar la Copa Libertadores y la Copa Suramericana, es un fútbol exigente, cada vez exportan más jugadores a Europa. Fui campeón goleador en la temporada 2014-2015, pero me hubiera gustado ser campeón del torneo con el Deportivo Anzoátegui, es una liga dura y no es fácil adaptarse. También jugué en el Deportivo La Guaira.
Es un fútbol que se adapta muy bien a mi estilo, muy técnico, si no eres muy técnico te pasa factura y tuve la dicha de jugar en el América de Cali, no seguí por temas económicos del club, si hubiera seguido tal vez hubiese crecido mucho más. Fui luego a Real Cartagena donde estuve en dos momentos, en el segundo marqué muchos goles y la hinchada me quiere mucho, desean que vuelva, ya es parte del pasado de mi carrera. Le doy gracias al profesor Richard Parra que me dio la oportunidad de volver, la liga colombiana le cae muy bien al futbolista panameño.
Hay goles que marcaron mi carrera, que me llenan, que me dan nostalgia o felicidad, por ejemplo, el penal que anoté en esa tanda de penales que nos dio el campeonato en la Copa Centroamericana de la Uncaf con la Selección en 2009; como el gol con el Tauro en la final contra Costa del Este en 2018; muchos goles que he marcado con el Tauro y la Selección van a estar toda la vida en mi memoria.
Todos los fines de semana los futbolistas estamos rindiendo y presentando un examen, pero cuando vas con la Selección estamos presentando una tesis, es más complicado, la exigencia aumenta, indudablemente no vamos a ganar por goleada, pero se busca tener una selección sólida que pueda defender bien y atacar mejor, y eso intentaremos.
Es una pregunta complicada, por allí sería con Luis 'Matador' Tejada, porque conviví con él en Tauro cuando estuvo acá y yo era muy joven, veía sus movimientos y el trabajo que hacía de aguantar la pelota cuando jugaba de espaldas. Además de ser muy técnico, le encanta jugar en corto, de pared, poner pases filtrados, copié mucho de él, de 'Patón' Phillips, de Luis 'La Jirafa' Parra en su momento; aprendí mucho de ellos.
No se me pasa por la mente cómo me gustaría que me recordaran, me hace muy feliz que hoy los fanáticos me admiren por la perseverancia, por ser un luchador y soñador, la gente me lo ha hecho saber por lo logrado con el Tauro y la Selección.
Es como fallarle al primer amor, como cuando estabas enamorado en el colegio y te fallaban, es muy difícil porque después de trabajar tanto, fallar en lo que te gusta hacer, lo que vives día a día para lograr, es una sensación triste y desconsoladora.
Ohh... no hay una comparación para describir esa sensación, es una explosión de sensaciones en el pecho y en la mente, es una liberación de felicidad, una mezcla de sentimientos como el primer amor, una sensación única que te llena, alivia, es el deber cumplido, el trabajo, no hay cómo describirlo.