El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
El balón rueda también en los museos
- 31/08/2022 00:00
- 31/08/2022 00:00
Atrapar al tiempo en detalles que nos recuerden un momento, magnifiquen un hecho, un personaje, un evento, un objeto, etc., ha sido una forma de registrar y atesorar la historia, nuestra historia.
En el deporte (a veces) algún objeto que parece simple a primera vista adquiere luego dimensiones impensadas, valorado en afectos colectivos o sumas de dinero, que los convierte en foco de atracción o prenda deseada. Tres hechos se han presentado este año como focos de atracción mediática de lo que suele definirse como memorabilia deportiva.
El primero aconteció el 5 de abril, cuando la camiseta que Diego Armando Maradona usó el 22 de junio de 1986, en el célebre partido ante Inglaterra en la victoria albiceleste 2-1, marcado con una de las mayores trampas y uno de los momentos más memorables ocurridos en un juego mundialista (un gol con la mano y el otro en una corrida y definición magistral irrepetibles), se vendió por la casa de subastas Sotheby's en la cifra récord (entonces) de $9 millones. Era propiedad del exjugador inglés Steve Hodge, quien se la pidió a Maradona al concluir aquel encuentro.
Este domingo, seis meses después, un cromo (figurita, estampa o tarjeta) impuso un nuevo récord para los coleccionistas. El cromo del legendario beisbolista Micke Mantle, de los Yankees de Nueva York, fue comprado por $12,6 millones. Mantle estuvo toda su carrera en los Yankees, ambidiestro, participó 20 veces en el juego de las estrellas y fue siete veces campeón de la serie mundial. El cromo que data de 1952, de la empresa Topps, fue adquirido por $50 mil en una feria de coleccionistas, en 1991, por el empresario Anthony Giordano. Ambas piezas –la de Maradona y la de Mantle– fueron adjudicadas a coleccionistas privados.
El tercero, que lo ubicamos aquí por razones de nuestra presentación, pero que en realidad sucedió entre los dos, ocurrió el jueves de la semana pasada, 25 de agosto. Tuvo menos repercusión mediática que los dos anteriores, aunque fue un gran gesto de significado altruista; el exjugador alemán Lothar Matthäus regaló al proyecto Legends –lanzado oficialmente el 27 de junio– la camiseta que poseía de Diego Maradona desde cuando disputó la final que ganó Argentina 3-2, la Copa Mundo de 1986.
Matthäus, que fue su rival en dos finales (1986,1990), perdiendo una y ganando otra, entabló también con Maradona una amistad y había intercambiado camisetas en el partido que coronó a Argentina campeón y a Maradona el mejor jugador del mundo. Legends es un proyecto de museo.
Resulta curioso, aunque a todos nos parezca que sabemos lo que es un museo y casi todos hayamos asistido a uno de ellos, que la última definición de lo que es un museo se ha aprobado el miércoles pasado, 28 de agosto, en Praga, República Checa, en la vigesimosexta conferencia general del Consejo Internacional de Museos (ICOM, por sus siglas en inglés). Consta de 71 palabras en español y recibió el 92% de votos a favor.
Independientemente de la nueva definición del ICOM que rige mayoritariamente para los que se cobijan bajo los parámetros de la Unesco, en el mundo del fútbol hay varios espacios definidos como museos.
Uno de los sobresalientes es el National Football Museum, en Manchester, Inglaterra. Tiene más de 2.500 objetos relacionados con este deporte, numerosas obras de arte, fotografías y exposiciones temporales. Son seis plantas que recogen el pasado y el presente del fútbol, que vincula a mayores, jóvenes y chicos con espacios interactivos. Como es de suponer, allí exhiben el acta con la que Cobb Marley y su grupo de amigos dieron partida de nacimiento al fútbol, en 1863; la camiseta del primer partido internacional (1872) y el balón de la final del mundial de 1966 que conquistó Inglaterra.
En el continente americano, la Conmebol en su sede de Luque, Paraguay, cuenta con el Museo del Fútbol Sudamericano, un espacio donde hace registro de sus históricas competencias en Sudamérica. Uruguay tiene su Museo del Fútbol en Montevideo, en las instalaciones del estadio Centenario, el recinto deportivo legendario donde se disputó la primera Copa del Mundo.
En México está el Salón de la Fama del Fútbol Internacional, en Pachuca. Por supuesto, Brasil y Argentina también cuentan con estos espacios, ya sea de sus respectivas confederaciones o de los clubes más emblemáticos de cada país.
Regularmente los clubes profesionales destacados, principalmente de Europa, han designado espacios propios para mostrar su exitosa historia; reconocidos son, por ejemplo, los tours en Barcelona para visitar el museo del FC Barcelona y conocer el Camp Nou, o el del Real Madrid en la capital española cuyo recorrido culmina con los visitantes a pie de grama del estadio Santiago Bernabéu.
Ubicado en Madrid, España, en uno de sus sitios representativos, la Puerta del Sol, el museo Legends, The Home of Football está programado para abrir el 15 de febrero de 2023.
La idea y el impulsor de esta ha sido el argentino Marcelo Ordás, un coleccionista que llevaba desde hace 30 años buscando cómplices para darle vida al proyecto. Los ha encontrado en España y en Europa; le han respaldado el proyecto LaLiga, el Ayuntamiento de Madrid y la UEFA, igual que un apreciado número de figuras estelares del fútbol.
Los boletos para visitarlo están disponibles en su página web, se ofrece como el lugar en el que se podrán ver las piezas que utilizaron todos los campeones y subcampeones en la Copa Mundial FIFA, Champions League, LaLiga, Eurocopa, Copa América, JJOO, Mundial de Clubes, UEFA Europa League, Copa Intercontinental, entre otras.
El museo tendrá 7 plantas, 4.200 metros cuadrados, en los que también dicen ofrecer “experiencias inmersivas, museológicas y tecnológicas de última generación”, un game área metaverso, cine 4D. En la azotea tendrá un restaurante denominado LaLiga 29's para que los comensales disfruten del menú y de una apreciada panorámica de la Puerta del Sol.
Marcelo Ordás había pujado por obtener la camiseta de Maradona del partido ante Inglaterra, pero los $9 millones que se especula pagaron por ella un grupo de Emiratos Árabes, estaban a años luz de sus posibilidades. Ahora, la obsequiada por Lothar Matthäus el jueves, ha pasado a ser la pieza más emblemática de ese espacio entre las 4 mil, todas relevantes, que ha logrado reunir Ordás. Una alegría caída del cielo para un nuevo museo del fútbol, sin desembolsar dinero por ella.