El barrio de Chualluma en Bolivia, es único en la ciudad de La Paz ya que todas sus paredes están pintadas de colores que resaltan los rostros de las cholas,...
- 23/03/2021 00:00
- 23/03/2021 00:00
En calidad de jugador (2B y SS) y luego de mánager, Leo Ernest Durocher fue uno de esos personajes que dedicó su existencia al béisbol, dejando un considerable legado en las mayores. Respiraba béisbol. Fueron algo más de 46 años de actividad continua (entre 1939-1945 incluso como mánager y jugador) en los diamantes para este ya legendario personaje.
Como jugador, Durocher fue de comportamiento más bien regular, su ofensiva se limitó a 1320 hits en 17 temporadas, sin embargo, fue muy solvente como infielder (especialmente en el SS). Durocher llegó a jugar con los NYY de Ruth y Gehrig; de hecho, en 1928 participó en la Serie Mundial y ganó anillo de campeón.
Una marca importante que tiene Durocher es que fue el primer jugador de los Dodgers en dar hit en un juego de Estrellas (1936, sencillo ante el recordado Lefty Grove). Sus dotes de mando, su pasión por ganar y un ego bien cimentado, le abrieron la posibilidad de ser mánager-jugador con los Dodgers de Brooklyn durante siete temporadas. Fueron tiempos de aprendizaje insuperable para Durocher: en 1941 llevó a su equipo a ganar el banderín de la Nacional y a la Serie Mundial frente a los Yankees, clásico que perdería en cinco juegos.
Muchas son las cosas que hay que mencionar al pasearnos por la trayectoria del gran Leo Durocher, nacido un 27 de julio de 1905 en West Springfield, Masachusetts. Fue mánager de cuatro divisas hasta 1973: Dodgers (1939-46), Gigantes de Nueva York (1948- 55) , Cubs de Chicago (1966-1972) y Astros de Houston (1973). Durante esa travesía como timonel logró Durocher: 2008 victorias (10° mayor de la historia ) y 1709 derrotas para un porcentaje de triunfos de .540. Esto se tradujo en tres campeonatos de liga y un título de Serie Mundial (con los Gigantes en el célebre clásico donde Willie Mays hizo su inmortal atrapada).
En 1946, siendo mánager de los Dodgers, tuvo que ejercer mucha presión para que sus jugadores blancos aceptasen como compañero a Jackie Robinson; es famosa (aparece también en la película “42” que narra la gesta de Jackie) la arenga de Durocher a los peloteros: “No me importa si el chico es amarillo o negro, si tiene rayas como una cebra. Yo soy el mánager de este equipo y digo que juega. Es más, digo que puede hacernos ricos a todos. Y si alguno de ustedes no puede usar el dinero, me ocuparé de que lo intercambien”.
Tanto en el rol de jugador como de timonel proyectó Durocher una imagen de combativo, rudo y abrasivo. No es de extrañar que Durocher iguale en la tercera casilla de expulsiones (94) como mánager a un hombre como Earl Weaver. Su filosofía de juego era ganar a toda costa; decía que los chicos buenos llegaban séptimo. Durocher se contaba entre los amigos de personajes duros y con lazos con el bajo mundo, como Dean Martín y Frank Sinatra.
A los 68 años, en 1973, se retiró del béisbol activo, aunque nunca del todo pues lo llevaba en los genes.
Tanto fue su apego, que en 1976 intentó dirigir a un equipo de la liga japonesa (los leones de Saitama Seibu); su estancia fue breve ya que por motivos de salud tuvo que abandonar el cargo.
Leo Durocher falleció a los 86 años de edad, en Palm Spring, California, el 7 de octubre de 1991, sin poder ver cómo era exaltado al Salón de la Fama (como mánager vía Comité de Veteranos ) en enero de 1994.
Entró a Cooperstown acompañando a los jugadores Steve Carlton (vía cronistas ) y Phil Rizzuto (vía veteranos ).
Cuando uno rememora la historia del béisbol en el siglo XX, necesariamente debe encontrarse con la controvertida y legendaria figura de Leo Durocher. Un hombre del juego desde la raíz.