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Pedagogía alternativa: una mirada al futuro escolar
- 10/09/2022 00:00
- 10/09/2022 00:00
Después de dos años de confinamiento, existe una constante conversación sobre cómo puede mejorar la educación en Panamá. Tanto padres como instituciones educativas han empezado a reflexionar sobre la creación de un mejor sistema educativo.
En Panamá, con la aceleración en el aprovechamiento de la tecnología, la pandemia ha demostrado la utilidad y necesidad de implementar instrumentos del entorno digital y nuevas prácticas en el aprendizaje.
El blended learning, también denominado b-learning, es solo una de las diferentes pedagogías alternativas. Se basa en la combinación de enseñanza a distancia con formación dentro del aula, con el objetivo de complementar ambos métodos para una experiencia educacional optimizada.
YMCA es un colegio particular dedicado a la formación integral de sus estudiantes desde que inician en la etapa preescolar hasta su culminación en la escuela media.
Este tipo de enseñanza comprende no solamente el ámbito académico como los múltiples idiomas (inglés, francés y portugués) que se imparten en el centro educativo, sino como mencionan las líderes de YMCA, Lourdes Álvarez y María Fábrega, también es primordial “la actividad de mente, cuerpo y espíritu” apoyándose en los valores del respeto, responsabilidad y solidaridad para formar individuos completos dentro de la sociedad.
Con el fin de elevar el nivel de formación académica en Panamá, han unido fuerzas con Maureen Warner, consultora de educación y liderazgo, para instruir a los profesores del futuro como líderes que puedan servir de guía a sus alumnos de manera equitativa, tomando en cuenta que no todos los niños dentro de un aula aprenden de la misma manera.
El educador del futuro es versátil, detecta limitaciones dentro del aula de clases y lo resuelve rápidamente para no dejar a ningún niño rezagado.
La Dra. Warner, en una entrevista, enfatiza el rol de los padres en esta iniciativa, como un rol activo dentro de la enseñanza del niño, al igual que herramientas tecnológicas en el proceso de aprendizaje, especialmente si se trata de edades tempranas. También comenta sobre el atraso educacional en las escuelas públicas del país y cómo esto es siempre visible en los números y los datos sobre estudiantes panameños.
Una de las evidencias más palpables sobre el fracaso en la educación con metodología tradicional son los resultados del país en los informes PISA, llevados a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde usualmente Panamá se posiciona en los últimos lugares.
La última vez que el país participó en las pruebas PISA fue para el año 2018, cuando de 79 países Panamá ocupó la posición 76 en matemática, 75 en ciencias y 71 en lectura. En esta misma prueba, un cuarto de los participantes dijo haber repetido un grado en escuela primaria y/o secundaria. Y un 60% dijo haberse ausentado de clase alguna vez.
Estas estadísticas llaman a un cambio en nuestros planes de estudio y forma en que se imparte el aprendizaje. YMCA y Maureen Warner apuestan por un tipo de educación menos robótica y que lleve a los estudiantes al análisis, en vez de depender de la memorización. “Los tiempos cambiantes necesitan nuevas fórmulas”, comenta Fábrega al referirse a los cambios de la educación pospandemia.
Al brindar su opinión sobre este tema, el sociólogo y profesor de la Universidad de Panamá, José Cambra, denuncia que el gran desafío para la educación alternativa, como el blended learning, es la brecha digital y la desigualdad monetaria, con niños de escasos recursos, que asisten a escuelas públicas, y sus profesores no cuentan con los recursos económicos para recibir educación a distancia y el gobierno no parece inmutarse para cambiar la situación.
En Panamá abundan escuelas públicas con infraestructura que no es apta para el proceso de aprendizaje, sin internet ni recursos, además de bancas y tableros, ¿cómo podemos cambiar la educación pública sin el apoyo de las autoridades competentes?
A pesar de las adversidades, el profesor Cambra también piensa que la iniciativa de blended learning es excelente y debería implementarse en más escuelas, pero las limitantes de niños de clase baja y la indiferencia del Gobierno panameño pesa más que las iniciativas positivas de profesores en la educación pública, según analiza.
Otra de las iniciativas de pedagogía alternativa ejemplares del país es Innova-Nation, de la mano de su directora fundadora Karin Sempf. Se trata de un programa de emprendimiento juvenil que busca despertar el interés por el mundo desde una edad temprana en jóvenes, y desarrollar sus habilidades en campos como la ciencia y la tecnología.
También estimula la participación en concursos intercolegiales de emprendimiento, programas de inmersión en ecosistemas, entrenamientos y talleres como algunas de las actividades que se realizan.
Este proyecto surge de las experiencias de Sempf. “Participé en varios programas, festivales y conferencias a nivel internacional y fue justo en el de Dell, en Toronto, en el que vi a jóvenes adolescentes presentar una idea de negocio frente a más de 250 personas, me percaté de que ese tipo de experiencias no existían en nuestro país”, añade refiriéndose a cómo nace en su mente la idea de crear algo parecido a lo que hoy conocemos como Inna-Novation Academy.
Sempf tuvo la oportunidad de impartir clases a niños sobre temas de emprendimiento y finalmente en 2018 nace Inna-Novation. También explica que la juventud panameña debe tener espacios donde desarrollarse como líderes que tomen sus propias decisiones en su entorno, trabajar en equipo y desarrollarse en los cambios de la sociedad. El sistema actual de educación no permite ese tipo de oportunidades. “Necesitamos complementarlo con actividades y programas que promuevan la creatividad, el pensamiento crítico y prepararlos para vivir durante la cuarta revolución mundial”, comenta.
La metodología de Innova-Nation se compone de cinco simples elementos: primero que todo “la chispa”, basada en actividades interactivas para el desenvolvimiento de los jóvenes como festivales; la ignición, eventos abiertos al público como paneles y talleres; el tercer ámbito son las herramientas y cursos donde se les brinda a los estudiantes los implementos para volverse emprendedores e innovadores; la integración donde los estudiantes exponen sus ideas fundadas en los conceptos previamente aprendidos, y finalmente, el lanzamiento donde los chicos tienen oportunidad de crecer y convertirse en mentores para otras generaciones.
Panamá no es el único país que ha empezado a implementar este tipo de actividades para niños y adolescentes posconfinamiento. El profesor Cambra también explica que países como Uruguay han llevado a cabo el blended learning y otras metodologías alternativas de manera exitosa desde antes de la pandemia.
También, en universidades de la localidad, el b-learning se ha venido dando, pero en menor medida; plataformas como Moodle y las entregas online de proyectos universitarios son parte de la experiencia de jóvenes adultos en sus instituciones educativas.
Por otra parte, la educación inclusiva, que es una forma de transformación social, es un derecho para los niños y jóvenes con discapacidades y dificultades sociales basado en el enfoque de proteger a los mismos de ser marginados social y académicamente. Se basa en dar igualdad de oportunidades a partir de las cualidades únicas de cada niño, sin importar su condición.
La Organización de Naciones Unidas aboga por la inclusión dentro de las escuelas, como un elemento clave de la educación. Celebrar las diferencias de los estudiantes es parte de la formación del futuro, evita el bullying y cultiva la empatía entre niños. “La educación inclusiva es capital para lograr educación de alta calidad para todos los estudiantes, incluidos aquellos con discapacidad, así como para el desarrollo de sociedades inclusivas, pacíficas y justas”, exponen expertos en la Convención sobre Derechos de las Personas con Discapacidad.
En cuanto a la tecnología dentro de la educación, en los últimos años ha incrementado la revolución digital que ha llegado al 50% de la población, transformando las sociedades y, por ende, el entorno de aprendizaje.
Kishore Singh, experto de las Naciones Unidas sobre derechos de educación advierte que solo el uso adecuado de la tecnología puede brindar beneficios a estudiantes en formación, pero también puede volverse un arma de doble filo si es utilizada para otro tipo de fines. Si bien es cierto las redes sociales y el internet en diversas ocasiones han sido uno de los medios para excluir y hacer daño a jóvenes dentro del ámbito escolar, lo que puede parecer solo una broma de internet, puede volverse algo mucho más serio.
Sin embargo, Magdalena Claro, consultora de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, es positiva en cuanto a esta problemática: “Hay diversos esfuerzos que utilizan las TIC para ayudar a personas con problemas visuales, auditivos, de aprendizaje y otras limitaciones a integrarse y permanecer en el sistema educativo. Como en el caso de género, aquí las nuevas tecnologías abren un problema nuevo y al mismo tiempo una oportunidad para las personas con necesidades especiales”.
Es lo que se explica dentro de su documento proyecto para Unesco titulado: “El papel de las tecnologías de la información y las comunicaciones en la educación inclusiva”.