'La historia en manga de la era Showa'

Actualizado
  • 12/12/2021 00:00
Creado
  • 12/12/2021 00:00
El autor de manga Shigeru Muzuki se interesó a lo largo de su carrera en el tema histórico. Uno de sus grandes legados es una colección de cuatro tomos sobre Japón, tomando como referencia la era Showa (1926-1989)
Shigeru Mizuki

El ya mencionado por nosotros Shigeru Mizuki (1922-2015), prolífico autor de manga a quien consideramos una de las autoridades en yokais –espíritus, monstruos, entidades extrañas o apariciones–, en otra parte de su obra tocó temas históricos como Hitler: la novela gráfica, biografía del infame personaje de mediados del siglo XX; Operación muerte, una cruenta historia que describe el gyokusai –atacar hasta morir con dignidad– con que se “exhortaba” a los soldados japoneses en las guerras y la que nos compete en este caso, La historia en manga de la era Showa, cuatro tomos que juntos superan las 2 mil 100 páginas.

Showa 1926-1989

En Japón se amalgama el calendario gregoriano con las eras japonesas que se cuentan a partir del entronamiento y muerte de sus emperadores. Recientemente con la abdicación del emperador Heisei (1989-2019) iniciamos la era actual Reiwa (2019). O sea que en el calendario japonés, el nacimiento de este servidor en 1967 corresponde al año 42 de la era Showa.

Una de las tantas ilustraciones

Shigeru Mizuki nació en 1922 e inicia la creación de recuerdos a partir de sus cuatro años, es decir, el año uno de la era Showa. En los cuatro volúmenes mencionados relata desde dos puntos de vista lo acontecido en el país: El primero es la historia pura y dura de los hechos como ocurrieron, el segundo es un relato coloquial de las repercusiones de los acontecimientos en su vida y la de su familia. Los libros divididos por años inician con el volumen uno de 1926 a 1939, el dos 1939-1944, 1944-1953 el tres y finalmente 1953-1989, en que la muerte del emperador Hirohito cambia la era.

Lo que ofrece es un recuento pormenorizado de un período de la historia japonesa, pero narrado de forma interesante y amena, si usted sufrió la enseñanza de la historia en nuestro país, que atiborraba la memoria de innumerables fechas enlazadas con nombres de personas o lugares desconectados entre si, este libro será como una brisa fresca.

No minusvalore las ilustraciones, es un libro de historia en toda regla, los acontecimientos que se narran explican cómo hechos ocurridos en Japón y fuera del país tuvieron repercusiones internas no solo es su política de Estado, sino en la vida diaria, además de cómo el desplome de la bolsa en EE.UU. –la gran depresión– arruinó la economía de un Japón tambaleante que acababa de salir del devastador terremoto de Kanto en 1923.

Mizuki no solo presenta los hechos como tal, sino que los interpreta, asimila y vive, desde el poco interés de un niño pequeño, hasta verse envuelto en las políticas imperialistas del Japón de la era. Esas dos visiones, la informal y la histórica, describen lo sucedido junto con el descubrimiento, en su madurez, de la gran importancia de acontecimientos históricos trascendentales. Entre las maravillas de la mente infantil está probar la comida extranjera –las donas– aunque para ello deban caminar 40 kilómetros ida y vuelta al pueblo vecino.

Portadas de los cuatro tomos

Los dos primeros libros son los más duros, ya que abarcan el período del imperialismo rampante de Japón, el incidente de Mudken, la segunda guerra Sino-Japonesa y, por supuesto, la intervención en la Segunda Guerra Mundial. Esos volúmenes enseñan cómo cambia la vida del autor, al pasar de infante a ser reclutado para la Segunda Guerra Mundial, perder un brazo y transformar radicalmente su vida.

En los dos tomos siguientes somos testigos del surgimiento de Japón como potencia comercial y en la vida de Mizuki, la necesaria decisión de permanecer en Nueva Guinea donde estuvo acantonado o regresar a Japón, ahora en ruinas, para perseguir sus sueños.

El volumen tres de la serie condena totalmente la guerra y la devastación causada, deplora los ataques suicidas impuestos a la tropa, y la reinvención de Japón y su gente para tratar de sobrevivir a toda costa. En el ámbito personal, el cambio total de vida, los diversos oficios en los que labora hasta llegar a convertirse en autor de manga y dar un vuelco a su vida, pasa de ser el otrora niño pobre del campo a un personaje reconocido y adorado por millones de personas, no solo en su Japón natal, sino a nivel internacional.

Mizuki se dibujó a sí mismo de esta forma
El aspecto importante

La obra de Mizuki es un manga o cómic histórico en el más amplio significado de la palabra historia con mayúscula. Niños y adultos aprenden mientras disfrutan de lo que se estudia. ¿Qué mejor medio que un cómic para que los niños conozcan su historia y la asimilen de manera entretenida?

Lo relevante es que no es solo la obra de Mizuki la que enseña disfrutando, existe una serie llamada Manga de wakaru –entender o comprender en cómic– que trata temas escolares como física, química, cálculo diferencial e integral, entre otros. Son 48 volúmenes de los cuales aproximadamente 20 han sido traducidos al inglés, francés y español. Admito que siendo graduado en letras, lo poco que conozco de física lo aprendí gracias a uno de estos libros.

La enseñanza preescolar se basa en imágenes, colores y trabajos o tareas divertidas para que el niño disfrute mientras aprende, y hasta en temas que por su complejidad pueden resultar difíciles para los estudiantes mayores. Sería maravilloso que la escuela panameña desarrollara una metodología parecida, que hiciera agradable e interesante el aprendizaje de nuestra historia.

El autor es catedrático de la Universidad de Panamá y doctor en comunicación audiovisual y publicidad.

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