¿Votarías por un inútil para presidente?

Actualizado
  • 07/04/2024 00:00
Creado
  • 06/04/2024 15:27
En esta contienda electoral es recomendable estudiar al candidato sin apasionamiento. No hagas que el inepto derrote al más capaz
Las encuestas y la persuasión

Pareciera que las encuestas solo sirven para constatar el retroceso del candidato rival que se ganó un lugar en la mente del votante. En campañas electorales siempre hay que enfrentar a un candidato que va arriba en las encuestas; y, que acercándose el día de la votación se hace difícil alcanzarlo. Y bajarlo de ese sitio preferencial no se resuelve con caricaturas grotescas, con memes, o con ataques encabritados. Y, si no lo bajas no le podrás ganar. Es cuando tú y tus asesores de campaña deben descubrir cómo llegarle y persuadir a los votantes de ese rival para que no voten por él.

Entonces, a veces tu triunfo solo es posible si desalientas el voto hacia tu adversario. Y para lograrlo tienes que comunicarte con una parte de su público. Comunicarte no solo persuasivamente sino además, en el estilo comunicacional que mejor sintonice con la personalidad de esos votantes.

El tema de fondo aquí es la íntima relación que existe entre el tipo de personalidad que un individuo tiene y el tipo de comunicación política que le resulta más persuasiva. Para decirlo con un ejemplo: nunca vas a convencer a un extrovertido con el estilo de comunicación que prefieren los introvertidos.

Un debate con espadas, hachas y flechas

Estamos en pleno trabajo electoral para escoger a las autoridades que nos representarán en la institucionalidad del Estado. A nivel presidencial, son ocho los candidatos y todos tienen algo en común: ganar-ganar. En democracia la contienda no es fácil. Y, menos fácil cuando las “redes antisociales”, disculpen, las redes sociales con su bondad algunas y con su maldad otras, están al acecho del candidato, porque a través de ella mandamos información al electorado de lo que se es, de lo que se desea ser, y de lo que se podría ser. Para muchos sirve de distracción. En fin, una campaña electoral se ha convertido en una batalla comunicacional ante las redes sociales, en debates y entrevistas.

Las tertulias políticas están que revientan y, en verdad, sirven para los temas de análisis para el sector de la gente pensante. Por otro lado, los debates presidenciales pues, para mi entender, y pongo de ejemplo los tres últimos, hubiesen servido para contribuir con estrategias de programas de solución; y ha sido lo contrario. Han sido debates con espadas, hachas y flechas. Convertidos en un cuadrilátero, cuyo fin es destruir la imagen de sus contrincantes. Sirvieron para descalificarse entre los candidatos, unos más agresivos que otros. El sarcasmo, el cinismo y el regodearse en algunos fue la tónica a seguir.

El lanzarse diatribas es una mala estrategia para obtener el triunfo y siempre se da cuando un candidato se ve perder, es impulsivo y no mide las consecuencias. Hubo propuestas, lanzadas sin sustento alguno. Las promesas son de nunca acabar: Hubo quien se refirió a proyectos de leyes impulsados en la Asamblea Nacional, pero no materializados. ¿De qué sirve?

Perfil político

¿Cómo se podría calificar el perfil político de cualquier persona con las características antes mencionadas? ¿Ineptitud, incapacidad, obsesión por el poder, ansias de figurar, de llamar la atención? ¿Puede alguien así llegar a gobernar a un país? ¿Puede una persona con una enorme falta de inteligencia política llegar a ser representante, diputado, alcalde o presidente de una nación? La respuesta ‘políticamente correcta’ es que “no debe” llegar al poder. Sin embargo, personajes con este tipo de perfil sí llegan al poder.

Lo que sucede es que en la decisión de voto influyen elementos irracionales revestidos emocionalmente y que “endiosan” a los candidatos con un pasado nada admirable y apegados a banderías políticas y al amiguismo, al clientelismo y al animalismo cerebral a la hora de ejercer el voto.

La habilidad de un político inteligente

Hace un tiempo escribí sobre la inteligencia política: “Que para poseerla se debe tener talento, vivacidad, juicio y conocimiento sobre lo que es hacer el bien común. Y, que para hablar de política definitivamente debemos incluir al político. Es a él al que se le debe lo bueno que haga o lo malo, sea que pertenezca a un partido político o no. Depende de su habilidad para hacerse sentir. La imagen, el marketing político, es primordial; aunque hay los que tienen labia y usan las mentiras para convencer al electorado.

Pero, si observamos el comportamiento político en nuestro Panamá actual, salta a la vista la gran disonancia entre ética y política porque se aceptan valores contradictorios a la honestidad; y se vive en un estado de incoherencia que no es compatible con la estabilidad política del país. Y, al vivir en ese estado surge la rebeldía ciudadana”.

El voto emocional y el “animalismo cerebral” de un candidato

El consultor político y experto en psicología del votante, Daniel Eskibel señala: “Y, ocurre por la intervención de diversos elementos: la disposición del electorado, el carisma, popularidad y situación económica del candidato, el peso de una campaña inteligente, los errores de sus adversarios, la coyuntura política, y aspectos sociales y culturales deficientes. Puede ocurrir, porque el voto se decide de un modo más afectivo que intelectual. Por tanto, lo que está en juego no es el intelecto del votante sino sus afectos. ¿Cómo el inepto logra abrirse espacio en el mundo de la política? Por ejemplo, un suceso motiva que se le haga una entrevista en televisión. Como no tiene idea acerca de lo que el periodista le pregunta, pues simplemente se pone a hablar estupideces. Y, a golpear con descalificativos a sus oponentes. Y, algunos periodistas y políticos igualmente ineptos creen que está hablando de política y construyendo metáforas ingeniosas. Luego todo se va precipitando. Es como una bola de nieve. Más entrevistas, más debates, más discursos. Y, el entrevistado sigue sin entender nada de lo que le preguntan. Sus respuestas siguen siendo un monólogo sobre ‘lo que sea’. El asunto es que sea entrevistado”.

Los medios de comunicación en una contienda electoral

Ya es conocido que, en las campañas políticas, no se hable sobre ideas, propuestas o planteamientos ideológicos, sino en torno a las características carismáticas de los candidatos. De esta manera, el uso de la propaganda política en los medios sobresale no tanto por informar sino por persuadir, por valerse de las emociones, y seducir. Lo más importante es la vida personal (lo privado), la imagen, el escándalo y las propuestas engañosas, pero electoralmente atractivas. La principal herramienta de los partidos políticos para poder influir en el voto de los ciudadanos a su favor son los medios de comunicación impresos, digitales y las redes sociales; o, por medio de spots en radio que hacen ver al candidato adversario como el peor delincuente que podría tener el país.

Candidatura presidencial endiosada

En este punto el liderazgo se convierte en un asunto de fe porque el votante confía ciegamente en su candidato, cree en él, lo sigue y llega a estar de acuerdo con sus planteamientos. El problema está cuando ese votante justifica sus desaciertos y errores y lo defiende ciegamente. Lo endiosa. Y creen en él como el salvador de sus problemas. Y, eso implica convertirlo en un gobernante con poder malintencionado.

En esta contienda electoral es recomendable estudiar al candidato sin apasionamiento. No hagas que el inepto derrote al más capaz.

La autora es Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta.

Pensamiento Social (PESOC) está conformado por un grupo de profesionales de las Ciencias Sociales que, a través de sus aportes, buscan impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de estas disciplinas.
Su propósito es presentar a la población temas de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.
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