Un museo que le rinde tributo a los aretes perdidos

Actualizado
  • 08/02/2024 00:00
Creado
  • 07/02/2024 15:15
Este nuevo espacio cultural documenta la historia y cultura de Panamá a través de distintas piezas

El Museo de los Aretes Perdidos nació en el año 2023 con la visión de llevar la historia de los aretes. La Alianza Pro Desarrollo Humano ‘Viodelda Cenci Romagnoli’ tuvo la iniciativa de crear esta experiencia virtual, para explicar los secretos detrás de los aretes perdidos y presentarlos para que el público pudiera apreciar su valor artístico, cultural y sobre todo el significado íntimo y personal que representa para sus dueños.

Un equipo multidisciplinario de historiadores, antropólogos, sociólogos, psicólogos, diseñadores, fotógrafos y programadores se unió para crear esta plataforma virtual que ofrece una experiencia cultural y educativa. El Museo de los Artes Perdidos es accesible a todo el público a través de su portal digital.

En el futuro se busca poder cumplir con el “gran objetivo”, es decir, poder tener un espacio físico. “En esta primera etapa del museo hemos innovado al ser el primer museo virtual de Panamá y para nosotros es un orgullo y a la vez una responsabilidad ser los pioneros en este campo. Sabemos que esto es solo el inicio de un largo camino y no tenemos dudas que en el futuro tendremos un espacio cultural para poder compartir con todos las historias que hay detrás de cada arete”, comentó Jorge Isaac Camacho Cuéllar, presidente de la Alianza Pro Desarrollo Humano Viodelda Cenci Romagnoli durante una entrevista con La Estrella de Panamá.

El Museo de los Aretes Perdidos busca inspirar a las personas a apreciar el valor del orfebre. “Detrás de cada obra de arte hay algún artista, esto aplica para las canciones, libros, retratos, pinturas y por supuesto para los aretes. El arete es una expresión de arte que trasciende al objeto, ya que el objeto en si, solo es el inicio de una historia que está por escribirse. Cada arete perdido se convierte en el hilo conductor cultural para el encuentro de personas unidas por la esperanza de encontrar su par, guardando historias que pueden pasar de generación en generación”, agregó.

La identidad de este nuevo centro cultural tiene varias características. De acuerdo con el portal del mismo, una de ellas es la misión: salvaguardar y rescatar las historias y las tradiciones detrás de los aretes perdidos, celebrando la diversidad de culturas y épocas que han contribuido a su creación y significado.

También se busca explorar el significado personal de los aretes perdidos que han sido testigos de momentos significativos en la vida de individuos a lo largo del tiempo, desde celebraciones hasta rituales, en la cotidianidad de pueblos y civilizaciones.

Otro pilar es el de promover la educación y el entendimiento. “Creemos en la importancia de educar sobre la historia y la cultura, a través de los aretes perdidos, como un hilo conductor que nos une, nos enseña y nos da identidad”, subraya el sitio web.

El Museo de los Aretes Perdidos plantea conectar con una audiencia global, ya que a través de la plataforma virtual, aspira a conectar a personas de todo el mundo con la belleza y la historia de los aretes perdidos, eliminando las barreras geográficas y culturales para el acceso a este conocimiento ancestral.

Las salas

La identidad del museo se encuentra intrínsecamente conectada con cada una de sus salas. ‘El Hilo Rojo’ es la primera. En ella se cuenta la historia de los aretes. “Los aretes son parte de la vida de hombres y mujeres desde tiempos ancestrales, más allá de un accesorio de orejas, indica su relevancia en la historia”.

En la sala se cuenta la historia de la señora Carmen Cecilia Quirós Mendoza, quien detalla cómo era el arte de abrir los “huequitos de las orejas”, para colocar los aretes a las niñas, práctica común de la tradición panameña hasta el siglo XX.

‘El Dorado de Panamá’ es la sala del Museo de los Aretes Perdidos que presenta los “aretes perdidos” de la época prehispánica, que datan de unos 1,300 años aproximadamente, los cuales fueron encontrados en excavaciones realizadas en el Sitio Arqueológico El Caño, en la provincia de Coclé.

En la sala ‘El Dorado de Panamá’ se puede apreciar cómo se adornaron las orejas de algún jefe supremo de la región prehispánica denominada el “Gran Coclé”, las cuales fueron descubiertas por la arqueóloga Julia Mayo y su equipo, en El Caño, puntualiza el portal.

“Los hallazgos de estas tumbas, se cree corresponden a la población que habitó la región en los años 700-1000 d.C. (...) La ubicación geográfica del Gran Coclé permitió interacciones culturales significativas con otras regiones. Se han encontrado materiales y objetos importados como el jade, la obsidiana y la cerámica, lo que sugiere que había un comercio activo y además una importante interacción cultural con otras culturas indígenas”.

La sala ‘La Reina del Pacífico’ documenta cómo a través de dos aretes perdidos las damas de la ciudad colonial podían vivir y quiénes eran. Aquí se presentan imágenes de piezas que fueron halladas en el área de la Plaza Mayor, donde habitaba la élite de la sociedad panameña, en un horizonte arqueológico asociado específicamente al periodo de 1640 a 1671.

La sala lleva este nombre porque Panamá fue el primer asentamiento europeo fundado en todo el litoral Pacífico de América, en el año 1519 y se conocía – en aquella época- como “La Reina del Pacífico”, por su esplendor económico, entre otros motivos.

En esta sala se destaca el rol de la mujer en aquella época, ya que “contribuyó, de manera significativa, en diversos ámbitos, más allá de la conformación de la sociedad española en el continente recién conocido”.

“En conclusión, la participación femenina en la economía dejó un marcado impacto en la productividad y en el tejido social, ya que algunas no solo se dedicaban al comercio de alimentos y vestimenta, sino que también gestionaban negocios propios. Todo esto subraya el valioso aporte de las mujeres en diversos aspectos de la sociedad de aquel tiempo”.

Por último, se encuentra la sala ‘Aretes Fundadores’ en la que recoge los primeros 50 aretes de la colección de mujeres de este siglo. “Más que elegir a estas 50 mujeres, ellas eligieron confiar en este proyecto, un proyecto que nace de la pasión por rescatar y difundir el patrimonio humano de nuestra nación, registrando las emociones, vivencias y esperanzas guardadas a través de este objeto. Es importante señalar, que no solo nos confiaron sus aretes, sino que compartieron con nosotros las historias que hay detrás de cada arete perdido. Y esto para nosotros tiene un gran valor que es completamente incalculable.’”, ponderó Camacho Cuéllar.

Luego de realizar las investigaciones sobre los artes, añadió Camacho Cuéllar que la pieza “sin duda” representa para el panameño y panameña, “más que un simple adorno de uso común, la identidad del ADN pluricultural, lleno de matices y culturas que se han sumado a través de los años y que producen una esencia nacional única”.

Uno que es el grupo de Bohuslan Big Band fue en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber

En la plaza toca:

Porque Puma Zumix Grupo juvenil que interpreta...

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones