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- 13/12/2021 00:00
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Desde el anuncio de la transformación del gigante social Facebook a Meta, la conversación sobre innovación y lo que un mundo enteramente en el ámbito de la realidad virtual (RV) podría representar para los procesos tecnológicos, políticos, educacionales y de entretenimiento, se hace presente, dejando en evidencia la necesidad de ahondar el conocimiento sobre las consecuencias de este nuevo camino de integración tecnológica.
El metaverso, un término acuñado por el escritor de ciencia ficción Neal Stephenson, en su novela Snow Crash de 1992, se presenta como una nueva ciudad de desarrollo completamente virtual, donde los usuarios podrán crear una “segunda vida” en la que pueden descubrir nuevas fronteras, implementar nuevos diseños de negocios y disfrutar de nuevas experiencias de entretenimiento. Su diseño fue soñado en los años 1980-1990, y desde su concepción el metaverso ha recorrido un largo camino y está preparado para convertirse en un producto tecnológico viable para 2035.
Es importante tener en cuenta lo que significa la palabra, sus connotaciones y su potencial (tanto positivo como negativo) para poder navegar esta nueva realidad de manera efectiva. Pero, este nuevo espacio llega en medio de un panorama que no beneficia su expansión, según indicó al diario The New York Times, Zoe Weinberg, fundadora de un fondo de incubación de tecnología que trabaja para contrarrestar el autoritarismo digital: “Los entornos virtuales potenciarán las campañas de desinformación, espionaje y vigilancia. Las luchas por el control de la infraestructura física del metaverso bien podrían agravar los conflictos globales”.
Aún cuando el discurso dado por Zuckerberg incluye tonos de inventiva, el concepto de esta nueva realidad se encuentra en su momento de apogeo y descubrimiento, lo que, de no llevarse de manera correcta podría incrementar desafíos de conectividad y brechas tecnológicas en el mundo. “El metaverso podría permitir que regímenes o grupos extremistas con la motivación adecuada den un paso más allá”, apuntó Weinberg, “las capas envolventes de texto, voz y elementos visuales en los entornos virtuales podrían proporcionar formas nuevas y convincentes de transmitir contenido engañoso o extremista”.
El pasado jueves, Zuckerberg a través de Facebook anunció la apertura de Horizon Worlds, el mundo de realidad virtual de avatares, para cualquier persona mayor de 18 años en los EE. UU. y Canadá. Horizon Worlds lanzó en versión beta el año pasado para seleccionar a los usuarios de Oculus VR, que respondieron a las invitaciones para unirse al mundo virtual. Con este nuevo anuncio, ya no será necesario que los usuarios reciban una invitación especial.
Con este lanzamiento, Facebook, ahora Meta, toma un paso importante para su visibilización mundial, dando apoyo significativo a la transición hacia el Metaverso físico y sus consecuencias. ¿Significa esto que mantener una conexión física a través de un aparato específico podría cambiar el comportamiento humano? Esta interrogante mantiene a los expertos en dos corrientes: beneficios y desventajas de la realidad virtual en contextos cotidianos.
Según Zuckerberg, el metaverso también podría presentarse como una “puerta de innovación y experimentación” para el bienestar de la humanidad. Con el concepto de metaverso, “se podrían mejorar los estándares de vida virtuales y eliminar los limitadores que convergen en cada plataforma digital y canal digital en uno”, según indicó el editor en jefe de la revista digital Programming Insider, Marc Berman.
Por el lado positivo, Berman señaló algunas ventajas en la implementación de la Realidad Virtual del metaverso, tales como: la posibilidad de probar productos antes de su compra, permitir las citas médicas de forma global y expedita, realzar la experiencia real de los videojuegos adaptables, visitar diversos países desde la comodidad del hogar, y aumentar la interacción entre empresas y clientes alrededor del mundo.
Estas nuevas fronteras que serían posibles con una integración correcta del metaverso se amplían con la llegada de las regulaciones de protección a la privacidad y uso de la tecnología para el antiespionaje. “El metaverso es la convergencia del espacio virtual y físico, tiene el potencial de superar las limitaciones que enfrentamos en la vida real”, apuntó Berman, “Si el metaverso es real, podría ser el gran avance que toda industria necesita para elevarse al siguiente nivel”.
En el ámbito laboral, la creación de la Realidad Virtual y la Realidad Amplificada ha apoyado la evolución de los procesos experimentales para encontrar formas de resolver varios problemas sociales y mejorar la productividad de las empresas mediante la combinación de teléfonos inteligentes, redes 5G, criptomonedas y plataformas de redes sociales.
El panorama empresarial se está convirtiendo rápidamente en la frontera clave para el metaverso. La empresa de asesoría y contabilidad internacional, PricewaterhouseCoopers (PwC), pronosticó en un informe de 2021 que “las tecnologías de realidad virtual y realidad aumentada traerán un impulso de $1.5 mil millones a la economía global para 2030”, en comparación con $ 46.5 mil millones en 2019.
Asimismo, la utilización del blockchain como base para las plataformas del metaverso permite asegurar la autenticidad de los datos creados en la cadena de base de datos, evitando la manipulación de datos privados y conexiones entre empresas. Las posibilidades dentro del metaverso apuntan hacia la importancia de mantenerse a la vanguardia de las medidas de ciberseguridad y privacidad de datos, así como el monitoreo actualizado de las amenazas de ataques cibernéticos avanzados y la protección de datos privados altamente sensibles.
La llegada de Horizon Worlds también ha dejado interrogantes sobre la protección de los usuarios en esta versión de prueba. Si bien los usuarios deberán ser mayores de 18 años para poder ingresar, no será sino hasta haberlo probado en la región norteamericana, que se establecerá una medida de confianza a las innovaciones del metaverso de la mano de Zuckerberg.
“Nuestra esperanza es que en la próxima década, el metaverso llegue a mil millones de personas, albergue cientos de miles de millones de dólares en comercio digital y respalde trabajos para millones de creadores y desarrolladores”, apuntó Zuckerberg en un comunicado el pasado octubre.
Además, Facebook indicó en un comunicado recopilado por la cadena NBC que invertirá alrededor de $10 mil millones durante el próximo año desarrollando tecnologías para construir el metaverso. Meta describe a Horizon Worlds como una “experiencia social de realidad virtual en la que pueden crear y explorar juntos”. Sin embargo, con la incertidumbre de la pandemia y la falta de regulaciones en la seguridad y privacidad del internet en diversos países, un metaverso podría verse en conflictos con el recibimiento de la mayoría de la población cibernauta.
Como explicó Weinberg, la base de este metaverso se verá respaldada por tecnologías como “hardware, redes informáticas y herramientas de pago”, por lo que los países que mantengan el control de estas tecnologías “tendrán una ventaja e influencia internacional significativa, como ahora sucede con los países que dominan cuestiones como las rutas de transporte o el suministro de petróleo”.
Estas variables podrían representar un futuro difícil para la implementación del metaverso en países en desarrollo, con una extensión no mayor a regiones norteamericanas, asiáticas o europeas que posean un desarrollo de infraestructura activa para soportar dicho mundo virtual; mientras que las amenazas de monitoreo civil por parte de instituciones gubernamentales y privadas a través de la concentración de información sensible en Horizon Worlds, podría llegar a tomar consecuencias en el alejamiento de usuarios alrededor del mundo.
En todo este contexto y en su posible impacto a a futuro en las economías y negocios internacionales, es importante mantener una mirada a los controles que cada país mantendrá sobre la implementación de las nuevas tecnologías y en las formas en las que estas realmente podrían beneficiar a sectores como el educativo, el de salud y el turístico.