Auto inteligente, menor riesgo de sufrir accidentes

Actualizado
  • 09/12/2012 01:00
Creado
  • 09/12/2012 01:00
COLOMBIA. Los seres humanos han demostrado ser ineptos al volante. Una cifra de la Organización Mundial de la Salud muestra que en 2020 ...

COLOMBIA. Los seres humanos han demostrado ser ineptos al volante. Una cifra de la Organización Mundial de la Salud muestra que en 2020 cerca de 150 mil personas morirán cada mes en accidentes automovilísticos, y en 90 por ciento de los casos, ellos mismos serán los culpables. ‘Son poco fiables’, dijo a Semana Juan Pablo Bocarejo, experto en seguridad vial. ‘No solo se cansan y se distraen sino que asumen riesgos por llegar más rápido a pesar de las normas y señales de tránsito’, dijo a Semana.

Con esa idea clara, no es raro que muchos hoy trabajen a sol y sombra para eliminar del volante a quien causa los problemas. Google fue el que tomó la pole position en la materia al diseñar el primer prototipo de carro autónomo, dotado de cámaras, sensores y computadores, con lo cual puede andar por las calles sin necesidad de un chofer.

Pero en poco tiempo casi todas las marcas de autos comerciales han seguido al gigante de internet al darse cuenta de que invertir en seguridad es rentable pues los compradores pagan todo tipo de mejoras si tienen que ver con su protección personal. Con ese espaldarazo y el de los gobiernos locales, el desarrollo de estos autos ha tomado una velocidad y fuerza tales que los más optimistas calculan que en cuestión de diez años serán una realidad.

Tom Vanderbilt, autor del libro Traffic y experto en movilidad, ha visto el desarrollo vertiginoso de este campo.

En 2008 observó el prototipo de la Universidad de Stanford y la firma Volkswagen, un Passat conocido como Junior que en aquella época, y como gran cosa, podía ir a 40 kilómetros por hora en una pista. Hoy Junior puede ir a 112 kilómetros por hora en una vía pública y sin un humano que lo conduzca. ‘Puede ver a los peatones y ciclistas. Entiende los semáforos. Se mete a una vía a la altas velocidades’, le dijo a Vanderbilt Chris Urmson, quien hace parte de ese proyecto.

Y los ejemplos abundan. El año pasado un carro autónomo de la BMW fue de Múnich a Ingolstadt por una autopista de alta velocidad.

Audi hizo en 2010 algo similar con un prototipo que recorrió sin chofer 156 curvas cerradas en Pikes Peak, una región montañosa de Colorado. La flota de Google ya ha completado más de 500 mil kilómetros en pistas y vías, incluyendo la calle Lombard, en San Francisco, California, la más estrecha, empinada y sinuosa de Estados Unidos.

La Volkswagen, con su carro Shelley, equipado con sensores y cámaras, llegó a andar a una velocidad de 190 kilómetros por hora en un hipódromo.

Además, la legislación ha avanzado. En octubre de este año California aprobó el uso de estos carros por vías públicas, con la salvedad de que solo pueden transitar si va una persona con licencia en la silla del piloto para tomar el control cuando lo necesite. Se trata del tercer estado que lo hace, después de Florida y Nevada. Esta medida no solo ayudará a las compañías automotrices a probar sus carros en el terreno sino que es un guiño para toda la sociedad de que la cosa va en serio.

ALTA TECNOLOGÍA

Aunque al principio ver que nadie maneja el carro puede ser aterrador, según la experiencia de Vanderbilt, cualquiera en poco tiempo se siente más seguro al mando de un computador que con un individuo lleno de indecisiones y distraído por su BlackBerry. Como peatón le pasa lo mismo. ‘Me siento más tranquilo caminando en un lugar como Nueva York si las calles están llenas de máquinas inteligentes que no sufren de fatiga, rabia y que no se distraen por el teléfono ni porque vieron una niña linda al otro lado de la calle’, dijo a Semana.

Todo lo anterior suena a ciencia ficción pero lo cierto es que la tecnología ya existe. El llamado control de crucero, introducido hace una década, funciona con un sistema de radar que monitorea la posición del carro que va adelante, lo que le permite al vehículo acelerar y frenar automáticamente a medida que el otro disminuye la velocidad.

BONDADES DE LOS AUTOS

Así mismo son cada vez más frecuentes los carros de alta gama que se estacionan automáticamente.

General Motors está introduciendo un sistema similar pero especializado en los trancones. El carro se mantiene sobre las líneas blancas que delimitan el carril y va a una distancia prudente del carro delantero. Ford está desarrollando algo parecido bajo el nombre de Traffic Jam Assist. Volvo ya tiene un sistema conocido como City safety que frena en seco cuando una cámara o un láser detectan un vehículo o una persona en su ruta. También se ven modelos que pueden medir el grado de alcoholemia del chofer. Cuando este sobrepasa los límites permitidos, el vehículo no arranca.

Aún así, según Vanderbilt, la llegada del carro fantástico, como el de la popular serie de televisión de los años ochenta, será un proceso lento. ‘Al principio la conducción automatizada se encontrará, como es de esperarse, en ambientes predecibles, como trancones o autopistas monótonas’, dice.

Según Juan Pablo Bocarejo, experto en seguridad móvil de la Universidad de los Andes, para llegar a la idea de auto fantástico se requiere no solo de carros como el de Google sino también de vías inteligentes equipadas con sensores y cámaras ‘que puedan comunicarse con los autos para dar información sobre el nivel de tráfico, a qué velocidad se puede ir o si hay una vía en mal estado’, dijo a Semana. También se necesita de comunicación entre los vehículos para que estos, entre otras cosas, cedan el paso sin problemas.

El costo aún es alto. Cada unidad de Lidar, ese aparato que Google usa en el techo de los vehículos, vale 70 mil dólares. Se calcula que un carro autónomo en total hoy cuesta 1 millón de dólares. Pero otros sistemas como el City Safety de Volvo está por el orden de los 2 mil dólares, un precio que no es exagerado para un auto de lujo. Aún así, los expertos en la industria creen que en la medida en que se masifiquen estas características el precio de la automatización bajará.

Lo Nuevo
Suscribirte a las notificaciones