Cuando el arte rompe la barrera digital

Cuando el empresario mexicano Martín Mobarak incendió un cuadro de Frida Khalo en medio de una fiesta, el mundo también ardió. ¿Es lícito trasladar el arte al mundo digital, eliminando todo rastro de él en nuestro entorno directo? Es la pregunta que se hicieron miles de internautas al enterarse de lo ocurrido.

Para Mobarak, creador de Frida. NFT, la respuesta es bastante evidente. "Esto va a cambiar la vida de miles de niños", dijo el millonario, segundos antes de que las llamas cubrieran la obra 'Fantasmones siniestros', un dibujo original, tomado de los diarios de Khalo, el cual tenía un valor de $10 millones, cuando lo adquirió en 2015.

El plan del empresario de origen libanés era convertir la obra incinerada en 10,000 NFT (Tokens no fungibles), que espera vender en noviembre, a razón de tres Ethereum cada uno. Considerando que actualmente el Ethereum ronda los $1560, la ganancia superaría los $46 millones, parte de los cuales, según Mobarak, se destinarán a diversas fundaciones como la Association of Children with Crouzon syndrome, Association for Children with Autism, The Autism Society, Fundación Origen y otros centros de ayuda a niños con enfermedades raras.

Mobarak no considera que la pintura fue destruida, pues, en sus palabras, la obra "transicionó permanentemente al metaverso el 30 de Julio de 2022" (fecha en que se quemó).

Es decir, que sigue existiendo, sólo que en el metaverso y al alcance de más personas, que la podrán "tener" y disfrutar de ella.

Un planteamiento compartido por artistas como Antonio García Villarán, quien ve en los NFT una plataforma para que los creativos puedan vender su arte sin intermediarios y maximizar sus ganancias. "Yo he hecho NFTs y se han vendido casi todos", declaró el pintor español, durante su participación en el pódcast 'The Wild Proyect'.

Villarán ve en esta tecnología una ventana para que las obras puedan ser apreciadas por más personas. "Lo bueno de los NFTs es que pueden estar expuestos en muchos museos a la vez", algo que posibilita incentivar la culturización de las personas.

A la voz de Villarán, se suma la de Javier Arrés, quien pasó de servir copas en los hoteles, a ganar más de un millón de dólares en el mundo del cripto arte. "No necesitas intermediarios para hacerte rico", dijo Arrés en una entrevista para Business Insider.Pareciera ser que todo es irídico dentro de este "nuevo mundo", pero no todo lo que brilla es oro, pues este nuevo mercado está plagado de especuladores y estafas, algo que Arrés reconoce "hay mucho timo", sobre todo con los intermediarios que te ofrecen hacerte rico con estas nuevas tecnologías.La Asociación Colombiana de Ingenieros de Sistemas (Acis), explica que los NFT son altamente volátiles, pues son capaces de experimentar grandes variaciones de precio e inclusive reducir su valor, de un momento a otro.

Prueba de esto es la enorme pérdida de dinero que sufrió el cripto empresario iraní Sina Estavi en 2021, cuando compró el NFT del primer tuit publicado en la historia por 2.5 millones de euros, y terminó vendiéndolo en $280, constituyendo una de los fracasos económicos más grandes en la era de los criptoactivos.

Algo que, según Mitch Lacsamana, coleccionista de NFT, se debe a la falta de "valor real" que poseía el NFT. “¿Cuál es la propuesta de valor real aquí? Creo que el tiempo probablemente nos lo ha dicho, y probablemente no sea nada”, dijo Lacsamana, en entrevista con Forbes.

A su vez, Blake Moser, quien posee una galería de casi 400 NFT, considera que la razón de esta llamativa depreciación de valor es que “los postores se dieron cuenta de lo que era: un truco publicitario. Una forma de obtener exposición”.

Nadie puede negar que el cripto arte es especulativo, pese a esto, los defensores de los NFT como modelo de negocios sostienen que el negocio del arte tradicional también lo es; "con el arte pasa algo que no sucede con ningún otro producto, pues su valor se multiplica exponencialmente, según el renombre del autor", explica Villarán.

Pese a esto, todavía hay colecciones como Bored Ape Yacht Club, que mantienen un buen nivel de valor, por lo que, no podemos tomar el caso de Estavi como la norma.

El cripto arte como negocio todavía deja muchas interrogantes, pero no se puede negar su utilidad al momento de agilizar el mercado y facilitar la preservación de las obras.

El tiempo dirá si el cripto arte y los NFT son una revolución o un mecanismo para estafar. De momento, la barrera que divide lo digital de lo físico parece reducirse cada vez más.