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- 17/07/2012 02:00
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FLORENCIA. Quién sabe qué pensaba Renzo Piano (Génova, 1937) cuando estudiaba en la Facultad de Arquitectura de Florencia y, en sus horas de ocio, se le veía frecuentar la arquitectura de los grandes genios del renacimiento, Filippo Brunelleschi, Simone Talenti, Arnolfo di Cambio, Neri di Fioravanti, Benci di Cione, todos dotados de fuerza creativa y renovadoras ideas.
El padre de Renzo, un constructor de la edilicia, le llegó a decir: ‘Sólo un tronco fuerte sostiene ramas y hojas eternamente… ese es un tema para ingenieros y no para mediocres del diseño’.
Pese a todas las adversidades, el joven Renzo termina sus estudios en la Facultad de Arquitectura de Milán (1964), pero deja huella de su perspicaz carácter en Florencia, a través de escritos sobre la genialidad del Renacimiento Florentino, con una tesis sobre ‘Modulación y Coordinación Modular’.
En breve, entra dentro del fascinador mundo de la edificación, trabajando en la compañía de construcción de su padre, donde ejercitará la profesión de arquitecto.
EL JOVEN EMPRENDEDOR
Renzo Piano es reconocido entre los arquitectos de más embargue internacional, vencedor del premio Pritzker en 1998 y considerado entre las 100 personalidades más influyentes del mundo, como también entre los 10 más importantes de la categoría Arte y Entretenimiento por la revista Time. De muy joven funda el estudio Piano & Rogers, con sede en Londres, Inglaterra, ganando el concurso internacional para la construcción del Centre Georges Pompidou, mejor conocido como Beaubourg, en 1971, en París, Francia. Un proyecto muy audaz, considerado el manifiesto de la arquitectura high tech. En la capital francesa, el Beaubourg está en la lista de los cuatros monumentos más visitados por los turistas.
Para crear este edificio, Renzo Piano imaginó: ‘Una alegre máquina urbana... una criatura que podría haber surgido de las narraciones de Jules Verne, a tal vez un improbable bote encallado’.
La profesión del arquitecto es una labor de aventura, un quehacer de frontera, suspendido entre arte y ciencia, confinado entre invención y memoria, suspendido entre el coraje de la modernidad y la prudencia de la tradición.
THE SHARD
El jueves 5 de julio del año en curso, en Londres, se inauguró The Shard y su creador es Renzo Piano. Con sus 87 pisos y 310 metros de altura, el edificio es considerado el rascacielos más grande de Europa, presentándose indiscutiblemente como un nuevo símbolo londinense.
‘La ciudad vertical’, como la concibió el italiano, empezó a construirse en el año 2000 y fue financiada por la familia real de Qatar y la inmobiliaria Sellar Property Group de Londres. Que la familia real de Qatar haya financiado esta magna obra en Reino Unido ha causado discrepancias en la sociedad británica. Algunos detractores de la colosal empresa han declarado que The Shard es un himno solemne al lujo y a la ostentación, ícono de una ciudad que ya le quitó el título a New York de ciudad refugio para ultra- millonarios de todo el mundo.
Irónicamente a The Shard le llaman ‘La astilla’.
PIRÁMIDE
¿Cuál fue la intención que motivó al arquitecto italiano en esta nueva realización?
‘No ha sido construido en esa forma, por capricho o por puro caso -explica Renzo Piano- su forma piramidal sigue el descendiente peso de sus funciones (oficinas, hotel, apartamentos, restaurantes) y recuerda la cimera y formas espirales de las iglesias de Londres, construidas por el arquitecto de St. Paul, Christopher Wren’.
En verdad es una pirámide con ochos costados en formas quebradizas y sobrepuestas, construidas en torno a un núcleo paralelepípedo central en cemento armado y metal, que contiene la estructura portante y los ascensores; idea genial que le permite colocar las paredes a manera de fragmentos externos desvinculadas entre sí, dando la idea de astillas de cristales brotadas de la tierra y proyectadas hacia el cielo.
De tal manera repite lo que es la verdadera invención de la ingeniería postmoderna de los últimos tiempos, el secreto está en la estructura portante central, que permite ilimitada posibilidad al diseño arquitectónico, bizarrías, intrepideces a las que hay que acostumbrarse porque cada día aparecen más y más formas en las estructuras.
En italiano, la palabra arquitecto (architetto) es una palabra compuesta, donde archi proviene de ‘archein’ que significa ‘estar al comando, el primero, el capo’.
Renzo Piano es uno de los promotores de estas nuevas maneras de proyectar y el Shard London Bridge es un valido ejemplo, porque refleja el toque creativo y la idea que lo llevó, desde pequeño a escoger esta profesión, dibujar barcos encallados, palacios de cristales y ser el arquitecto constructor de sus propios sueños.