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Vencer a la tuberculosis, un reto cada vez más difícil
- 24/03/2020 06:00
- 24/03/2020 06:00
Cada 24 de marzo se conmemora el Día Mundial de lucha contra la Tuberculosis, a fin de incrementar la concientización pública sobre las devastadoras consecuencias, sociales y económicas, que esta enfermedad produce en quienes la padecen. Sin embargo, este hecho no habría sido posible sin el aporte del médico alemán Roberto Koch, quien realizó un valioso descubrimiento para la humanidad el 24 de marzo de 1882, al descubrir la bacteria Mycobacterium que causa la tuberculosis (TB). Gracias a este trabajo Koch recibió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1905.
A pesar del progreso actual en el control de la tuberculosis, esta enfermedad continúa siendo un gran problema mundial de salud pública, estimándose cerca de nueve millones de casos nuevos por año, pero detectándose sólo cerca de seis millones de casos en los todos los países, por lo que el llamado actual que señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), es a encontrar los casos perdidos y tratarlos adecuadamente, principalmente en grandes ciudades y poblaciones vulnerables.
En Panamá, según los últimos reportes del Ministerio de Salud (Minsa), en 2017, las áreas de mayor incidencia con tuberculosis fue la comarca Guna Yala, Bocas del Toro, la comarca Ngäbe-Buglé, Colón y Panamá Este respectivamente. Mientras que, en 2018, la comarca Guna Yala reportó 165 casos nuevos, seguido de Bocas del Toro con 102, y San Miguelito con 68 casos por cada 100,000 habitantes.
Dilcia Sambrano, científica panameña y especialista en microbiología ambiental, explicó que la tuberculosis, la cual se transmite por vía aérea, es una enfermedad infecciosa que se puede prevenir y curar. “Aunque se presenta principalmente como una enfermedad pulmonar, afecta también otros órganos y tejidos, y puede ser mortal si el paciente no recibe el tratamiento adecuado”, compartió.
Mientras que Ciara Ordóñez, coordinadora de asuntos médicos en Glaxo Smith Kline Vacunas, subrayó que la tuberculosis es una enfermedad reemergente con altas tasas de mortalidad en el mundo. “El refuerzo de la vigilancia de la tuberculosis y las estrategias de identificación temprana ha contribuido al avance en el control y la prevención de la enfermedad”, dijo.
“Sin embargo, para adoptar estas estrategias en países de alta incidencia y reducir la carga de tuberculosis a nivel mundial, necesitamos vacunas alternativas y biomarcadores potenciales que complementen el tratamiento con fármacos anti-tuberculosis, darles seguimiento a los pacientes con la infección pulmonar activa y aportar a la reducción de la enfermedad”, recalcó la científica.
Ordóñez, quien realiza investigaciones sobre tuberculosis, plantea evaluar los anticuerpos inmunoglobulina 'M' y su rol como potencial biomarcador durante la infección con Mycobacterium tuberculosis, haciendo experimentos en laboratorio con ratones.
Se calcula que los esfuerzos mundiales por luchar contra la TB han salvado 58 millones de vidas desde el año 2000. Para acelerar la respuesta a la TB en los países, con el fin de alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los Jefes de Estado de varias naciones del mundo celebraron en septiembre de 2018, la primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la TB, en la que se comprometieron fehacientemente a poner fin a esta enfermedad.
El lema de este 2020: 'Es hora de actuar', pone el acento sobre la urgencia de adoptar medidas para cumplir los compromisos adquiridos por los líderes mundiales, entre ellos: aumentar el acceso a la prevención y el tratamiento, establecer la rendición de cuentas, garantizar una financiación suficiente y sostenible principalmente para la investigación, además de poner fin a la estigmatización y la discriminación de personas con TB, reseñó la OMS en su portal web.
En este Día Mundial de la TB, la OMS hace un llamamiento a los gobiernos, las comunidades afectadas, las organizaciones de la sociedad civil, los prestadores de atención de la salud y los asociados nacionales e internacionales para que unan sus fuerzas para lograr la cobertura sanitaria universal y erradicar la enfermedad a nivel mundial.
Las autoridades de la Caja de Seguro Social (CSS) han dado un paso importante y necesario con la creación de la Coordinación Nacional del Programa Contra la Tuberculosis de la institución.
Para frenar la aparición de casos de tuberculosis en Panamá el programa de la CSS implementa un plan piloto cónsono con las estrategias de la OPS/OMS a nivel mundial, para lograr erradicar la enfermedad, en su totalidad, en 2035.
La estrategia busca mejorar los procesos en un hospital y dos unidades de Atención Primaria del área metropolitana y promover a la vez, el estudio de los sintomáticos respiratorios (personas con tos con expectoración o flema mayor de 15 días), que se utilizará como punta de lanza para disminuir la enfermedad considerada como “la infección más letal del mundo”.
Estos procesos serán replicados en el resto de las unidades ejecutoras del país, mediante la confección de documentos institucionales, trabajo que se lleva a cabo con la integración de otros programas de salud y direcciones específicas de la institución.
“La tuberculosis se transmite de persona a persona a través de la inhalación de los micorganismos suspendidos en el aire, cuando una persona enferma tose y expulsa la saliva al ambiente”, detalla la CSS en su sitio web.
La doctora Idalina Cubilla, quien cuenta con un doctorado en epidemiología, explicó que estudios observacionales han encontrado una asociación entre la tuberculosis activa con la dieta, el estado nutricional y factores socioeconómicos como el tipo de vivienda del paciente.
Luego de estudiar por más de dos años la tuberculosis en Colón, Cubilla y su equipo de investigación documentaron la alimentación de estos pacientes y evaluaron su estado nutricional. Para lograrlo, se aplicó un instrumento para medir constructos relacionados con la intención de comer comida saludable en este grupo de pacientes. “Sobre la muestra evaluada, más del 50% de los participantes se encontraba desempleado, el 80% eran hombres, y tenían un promedio de 13.7 semanas de síntomas de tuberculosis al momento de su detección”, señaló la científica.
“El patrón de frecuencias de consumo de alimentos encontrado en pacientes con tuberculosis de la provincia de Colón estuvo constituido por el consumo diario de vegetales, frijoles secos y lácteos, baja frecuencia de consumo de frutas y granos integrales, y alta frecuencia de consumo de azúcares añadidos, bebidas para deportes o jugos de frutas y carnes procesadas”, puntualizó Cubilla.
La OMS hizo énfasis en que las personas que tienen infección de tuberculosis latente, tienen más probabilidades de tener la enfermedad de tuberculosis. Entre las personas en alto riesgo de presentar la enfermedad de tuberculosis, están aquellas personas con infección por el VIH, las que se infectaron con las bacterias de la tuberculosis en los últimos dos años, bebés y niños pequeños, personas que se inyectan drogas ilícitas, ancianos y aquellas que tienen otras enfermedades que debilitan el sistema inmunitario.
Las personas enfermas con coronavirus (Covid-19) y TB muestran síntomas similares como tos, fiebre y dificultad para respirar. Ambas enfermedades atacan principalmente a los pulmones y, aunque ambos agentes biológicos se transmiten principalmente a través de contactos cercanos, el período de incubación desde la exposición a la enfermedad es más largo en la TB y suele presentar un inicio lento, según describió la Organizaciòn Panamericana de la Salud (OPS).
Aunque la experiencia sobre infección por COVID-19 en pacientes con TB es limitada, se prevé que las personas enfermas con TB y coronavirus pueden tener peores resultados de tratamiento, especialmente si el tratamiento de la TB se interrumpe.
El organismo reseñó que los pacientes con TB deben tomar las precauciones recomendadas por las autoridades sanitarias para protegerse del COVID-19 y continuar su tratamiento según lo prescrito.
La provisión de tratamiento preventivo de la TB debe mantenerse como sea posible ya que beneficia tanto a los pacientes y al control de la epidemia de TB, como a reducir el impacto negativo de la pandemia del Covid-19, reafirmó la OPS.