Los riesgos físicos y emocionales ante la falta de intimidad

  • 16/04/2020 00:00
La Universidad de Anglia Ruskin, en Gran Bretaña, demostró tras una investigación que las personas que no mantienen coito están en riesgo de enfermarse, y esto afecta más a hombres que a mujeres

Es común escuchar los beneficios que tiene el sexo en nuestro cuerpo, pero qué le pasa al organismo de forma física y emocional cuando la práctica no es recurrente o es casi inexistente.

La Universidad de Anglia Ruskin, en Gran Bretaña, demostró tras una investigación que las personas que no mantienen coito están en riesgo de enfermarse. La falta de sexo, sobre todo después de los cincuenta, aumenta en más de dos tercios la probabilidad de sufrir enfermedades graves.

En el estudio se analizaron 5,700 mujeres y hombres en Inglaterra a punto de cumplir medio siglo de vida, según reseñó la revista Semana.

Los resultados de la investigación arrojaron que los hombres son los más perjudicados ante la falta de sexo, pues tuvieron 69% más posibilidades de sufrir cáncer y 41% más riesgo de desarrollar una enfermedad crónica. En cambio, las mujeres tienen 64% más probabilidades de reportar molestias y enfermedades, aunque ninguna muy grave.

El estudio llevado a cabo por científicos se efectuó durante cuatro años, en este periodo analizaron la salud de los participantes y su actividad sexual. El trabajo, publicado en la revista Archives of Sexual Behavior mostró que quienes mantienen una actividad sexual alta tienen apenas 15% más probabilidades de desarrollar artritis o diabetes en los siguientes cuatro años.

Los investigadores aún desconocen la relación entre el sexo y la salud. Pero los autores de las pesquisas afirmaron que se debe, en parte, a que el sexo es una actividad física, y todo ejercicio, incluido este, viene con sus beneficios para la salud.

El sexo genera inmunoglobulina A (IgA), uno de los anticuerpos que ayudan a prevenir infecciones y resfriados.

En tanto, la Universidad de Tufts, en Massachusetts, Estados Unidos, arrojó, tras una exploración, “que el sexo genera inmunoglobulina A (IgA), uno de los anticuerpos que ayudan a prevenir infecciones y resfriados. Pero practicarlo dos veces por semana aumenta en un 30% los niveles de este anticuerpo”. Si no se practica sexo la probabilidad de generar IgA es más baja.

Por otro lado, expertos afirmaron que una de las preocupaciones más frecuentes en estos tiempos de cuarentena es la abstinencia prolongada y sus afectaciones en el organismo cuando ya se es sexualmente activo.

Estudios apuntaron que la abstinencia sexual no es una causa de atrofia del tejido eréctil del pene, siempre que se trate de un periodo limitado. Investigaciones demostraron que la dificultad para mantener erecciones satisfactorias se empieza a manifestar a partir del año de abstinencia.

Especialistas en sexología manifestaron que hay que tomar en cuenta que por abstinencia también se entiende “ausencia de masturbación”. Sin embargo, es posible, según los expertos, que tras el periodo de cuarentena un individuo pueda sufrir uno o más episodios de disfunción eréctil debido al estado de inactividad y estrés acumulado durante estas semanas.

Otras repercusiones

El psicólogo especialista en sexología Pedro Rondón Navas difiere con los científicos, ya que considera que la falta de intimidad perjudica el estado emocional, sin embargo, no el fisiológico. “Esto puede tener repercusiones en el deseo y también en la frecuencia sexual. La ausencia de coito hace que las personas evadan o inhiban su deseo sexual, ya que generalmente no disfrutan de los encuentros sexuales”, aseguró.

Rondón mencionó que el sexo no es una motivación básica, como los es el hambre o el sueño. “No te vas a morir si no tienes actividad sexual. Depende de cada persona. Hay gente que deciden ser castas, otros, por motivos religiosos generalmente, permanecen célibes, están los asexuales, orientación sexual en la cual no hay interés en ningún tipo de actividad sexual. La abstinencia sexual es también una decisión personal”.

El especialista apuntó que mientras menos actividad sexual exista, menos deseo sexual se va a generar. Desarrollar fantasías sexuales ayuda a incrementar el deseo y la frecuencia sexual.

Manifestó que en caso de que la persona desarrolle síntomas depresivos o ansiedad incontrolada puede afectar su sistema inmunológico, de lo contrario no.

Rondón advirtió que la ausencia de intimidad no afecta las funciones cerebrales, pero tampoco va a generar serotonina, oxitocina, dopamina y otros neurotransmisores que favorecen los estados de ánimo positivos. “Le será más complicado superar situaciones de estrés o sentirse bien consigo mismo”.

Otros de los aspectos que expuso el sexólogo es que no tener relaciones sexuales puede conllevar a problemas de disfunción eréctil, deseo sexual hipoactivo, deseo sexual inhibido, dificultades para el cortejo, vaginismo, disfunción orgásmica y eyaculación rápida.

Las relaciones sexuales van más allá del placer, pues su incidencia en el estado de ánimo es evidente, además de los cambios positivos de humor y el fortalecimiento de las relaciones amorosas, practicarlo también tiene beneficios para la salud.

De acuerdo con el miembro de la Asociación Británica para la Salud Sexual y el VIH, el doctor Mark Lawton, la abstinencia sexual puede desencadenar en varios problemas de salud, que podría identificar mediante los siguientes síntomas, si tiene tiempo que no practica actividad sexual.

Uno de los primeros puntos que manifestó el especialista es la infelicidad y estrés, porque mediante el sexo se liberan endorfinas que impactan en los centros de placer y generan dopaminas, las cuales tienen la capacidad de mitigar el dolor y el estrés, lo que, a su vez, dará una sensación de felicidad y relajación.

Asimismo, apuntó que la actividad sexual reduce los niveles de cortisol, la hormona responsable del estrés.

Y es que, la abstinencia sexual afecta la mente y el estado de ánimo. Estudios revelaron que no tener relaciones sexuales causa una baja autoestima, mal humor, y, en algunos casos, depresión.

La terapeuta sexual Sari Cooper indicó en unos de sus análisis que el sexo puede hacer que el individuo viva por más tiempo.

“Algunas personas que se abstienen de tener relaciones sexuales, comienzan a sentirse más lentas, con menos vitalidad, y hambre de tenerlas”, señaló.

“Las mujeres pueden tener, incluso, otros problemas como calambres menstruales, menos lubricación (sobre todo a medida que envejecen y reducen hormonas como el estrógeno), o debilitamiento de las paredes vaginales”, precisó.

La especialista aclaró que uno de los mitos que persiste ante la ausencia del sexo es la restauración del himen y aseveró que es totalmente falso. Sin embargo, sostuvo que el dejar de tener sexo por un tiempo puede provocar que las siguientes relaciones sexuales haya dolor.

La explicación de la terapeuta radicó en que los nervios y músculos se tensan, lo que hace que sea doloroso.

“Quizás hay ansiedad por tener relaciones sexuales, luego de abstenerse por mucho tiempo, lo que puede provocar tensión, y por consiguiente dolor e incomodidad”, puntualizó.

Para equilibrar la carencia sexual expertos aconsejan implementar una alimentación saludable, sin grasas ni azúcares ni café, y con ejercicio, para liberar la carga retenida.

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