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- 27/04/2014 02:00
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A la hora pactada todo estuvo al punto. La cubertería, los cristales, todo listo también en la cocina y las botellas buscando su temperatura adecuada.
Los invitados se fueron congregando y ya, con un poquito de hambre, se dio inicio a la primera cena maridada en el Hotel Westin de Costa del Este, con la colaboración de Felipe Motta Wine Store.
Para la ocasión, Basilio Barros, sommelier de Felipe Motta presentó vinos españoles, más específicamente, de la isla de Mallorca, de la bodega Ánima Negra. Se trata de mezclas de cepas locales, poco conocidas en nuestro país, pero qeu ofrecen resultados muy interesantes
El primer vino de la noche fue Quíbia, 50% callet, 50% premsal, vino blanco, joven de color pálido verdoso con 6 meses de crianza en tanques de cemento. Niveles de glicerol alto, aroma marino, mineral y en boca, mineralidad y notas cítricas.
Para acompañarlo, el chef Juan Portales, del restaurante Costa Nova del Hotel Westin ofreció una ensalada de hojas verdes con pepino, tomates cherry, nueces confitadas y queso azul.
La velada continuó con AN2 (Ánima Negra 2), el segundo vino tinto de la bodega. Elaborado bajo el concepto de terroir, se busca la expresión de cada planta, logrando destacar algunas notas férricas y calcáreas del terreno con un coupage de 65% callet, 20% mantonegre y 15% syrah de viñedos de entre 40 y 60 años de edad.
El vino posee un color granate con bordes rubí en una intensidad media. Su movimiento es ligero, tiene aromas de frutos rojos frescos (cereza, fresa, ciruela) y en boca, su entrada es dulce, con notas minerales, alta acidez en medio y taninos suaves y algo de amargor al final.
Se acompañó con unos raviolis de ricotta y pesto.
PAra el plato fuerte, se sirvió el vino principal de la noche, Ánima Negra, procedente de viñedos antiguos (60-80 años), con un coupage de 95% callet y 5% de mantonegre y fogoneu. LA maceración pre fermentativa y post fermentativa potencian su intenso color. Tiene aromas de fruta madura, compota de fresa, notas especiadas, tocino, vainilla, café y cacao. En boca, su entrada es dulce, continua con algo de acidez y notas vegetales y con mun final muy intenso con una carga tánica alta.
El plato fuerte presentado por el chef fue un filete New York con tomillo y mostaza dijon con espárragos y puré de camote con miel.
Para el postre, nos trasladamos al Alto Penedés para disfrutar de una cava de la casa Codorniú, con un coupage de macabeu, xarel•lo y parellada, elaborada con el método Champenoise. Cuenta con notas cítricas, manzana, durazno y maracuyá, combinadas con sutiles aromas a tostados procedentes de sus 9 meses de crianza.
El postre, una deliciosa tarta de frutas con salsa de maracuyá.. Dulce final.