Mitos y realidades sobre la vacuna contra el virus del papiloma humano

Actualizado
  • 10/03/2022 00:00
Creado
  • 10/03/2022 00:00
Para los expertos, las dos medidas más importantes para prevenir el cáncer de cuello uterino son: vacunarse contra el VPH y realizar las pruebas de tamizaje para el diagnóstico precoz de rutina, de acuerdo con las recomendaciones médicas
La mayoría de los casos de infección por VPH desaparecen espontáneamente, por efecto del proceso sobre las defensas altas del cuerpo.

El cáncer cervicouterino es el tercero más frecuente entre las mujeres de América Latina y el Caribe. En 2020, en Panamá se presentaron 346 nuevos casos y se produjeron 194 fallecimientos a causa de este tipo de cáncer provocado por el virus del papiloma humano (VPH), según las estadísticas del Observatorio Global de Cáncer.

No obstante, desde hace más de 15 años hay vacunas que protegen contra este virus, el cual sigue afectando a la población mundial y Panamá no escapa de esa realidad. De acuerdo con el Observatorio los VPH son un grupo de más de 150 virus relacionados y a cada variedad (cepa) se le asigna un número, por ejemplo: VPH-16 y VPH-18, siendo estos dos los responsables del 70% de los casos de cáncer de cuello uterino a nivel mundial.

En el país, la vacuna contra el VPH está contemplada dentro del Plan Ampliado de Inmunización (PAI) para niñas y niños de 10 años de edad. Su aplicación se realiza en dos dosis, una inicial a partir de los 10 años y una segunda dosis que se aplica de 6 a 12 meses después de aplicada la primera dosis, en el caso de Panamá. Si la aplicación de la vacuna ocurre después de los 15 años serán requeridas tres dosis, sin embargo, aún existen mitos y tabúes –principalmente de los padres– que no permiten a los hijos colocarse la vacuna para su debida protección, puesto que consideran que los predispone al inicio precoz de las relaciones sexuales.

Pese a ello, los expertos insisten en que las dos medidas más importantes para prevenir el cáncer de cuello uterino son: vacunarse contra el VPH y realizar las pruebas de tamizaje para el diagnóstico precoz de rutina, de acuerdo con las recomendaciones médicas.

El VPH es una infección a la que más del 80% de la población mundial ha estado expuesta sin saberlo.

Abdiel Iván Díaz, miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional contra el Cáncer (Ancec), comentó a La Estrella de Panamá que es un mito o una falacia pensar que una vacuna sea impulsora de las relaciones sexuales, sino todo lo contrario.

“Está ampliamente probado que la vacuna contra el VPH protege contra la infección por este virus y sus enfermedades relacionadas, como el cáncer, desde que se desarrolló hasta que fue aplicada en el ser humano”, dijo.

Además, “una vacuna no es la que va a decir cuándo una persona tiene o no relaciones; de hecho, en el país la juventud está teniendo encuentros sexuales desde los 12 años y no tiene que ver con la vacuna. Se trata de un tema de educación en casa y que se puede ampliar con instrucción en la escuela. Ningún estudio clínico ha evidenciado que las pacientes vacunadas inicien una vida sexual anticipadamente”, resaltó el médico ginecólogo y obstetra.

También, añadió que desde 2009 en Panamá se comenzó a aplicar esta vacuna y hasta hoy ha tenido éxito.

Al consultar si esta vacuna produce infertilidad, el galeno aseguró que tampoco existe tal evidencia, además es una vacuna que se viene aplicando desde hace más de 20 años.

“Una persona puede tener el VPH y no desarrollar ningún tipo de cáncer, porque ello depende de la vacuna y del tipo de cepa que tenga”, explicó.

Aseguró que es importante que las niñas y niños se vacunen para evitar el aumento de los casos de VPH en el país, ya que está comprobado que los jóvenes están iniciando relaciones sexuales a edades muy tempranas.

“Es importante que las mujeres se realicen chequeos médicos con su ginecólogo y dejen la vergüenza, además de llevar una vida saludable para lograr un buen sistema inmunológico, lo cual ayuda a que no se desarrollen lesiones cancerosas en su sistema reproductor, así como en el del hombre”, recomendó.

“Desde la Ancec estamos luchando contra el cáncer, por lo que invitamos a todos los padres a vacunar a sus hijos. Una persona puede desarrollar cáncer cervicouterino diez años después de tener una lesión, por eso es crucial la visita médica una vez se inicien las relaciones sexuales, porque la prevención salva vidas”, subrayó.

Mitos sobre la fertilidad

El Grupo Asesor Global para la Seguridad de las Vacunas (Gavcs, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó una revisión extensiva de la evidencia científica disponible y concluyó que no existe una relación causal entre la vacunación contra el VPH y la infertilidad.

Según esta revisión, la vacuna contra el VPH puede ayudar a proteger a las mujeres frente a los problemas de fertilidad que están relacionados al precáncer y cáncer de cuello uterino. La vacuna contra el VPH es una forma segura de proteger la salud y capacidad de tener bebés saludables.

A su vez recomiendan mantener las pruebas rutinarias de detección del cáncer de cuello uterino a pesar de haberse vacunado contra el VPH.

Un virus silencioso

El VPH es una infección a la que más del 80% de la población mundial ha estado expuesta sin saberlo. Ciertos tipos de VPH pueden causar verrugas genitales, cáncer de cuello uterino y otros cánceres en la vulva, vagina, ano y pene, y se transmite por el roce de piel con piel o piel con mucosas.

“El cáncer de cuello uterino se encuentra en el tercer lugar de causas de morbilidad del Instituto Oncológico Nacional. Por esto es tan importante la colocación de la vacuna a temprana edad –entre los 10 y 14 años–, para que pueda tener mayor efectividad y así prevenir todas las consecuencias de este virus. Cada año hay más de 14 millones de nuevas infecciones por VPH en el mundo”, explicó en un comunicado Keith Britton, presidente de la Ancec.

Mientras que Itzel de Hewitt, coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) del Ministerio de Salud (Minsa), detalló que “cerramos 2020 con un 62,7% de cobertura de la vacuna contra el papiloma en niñas y niños de 10 años con primera dosis y 42% de segunda dosis. Panamá se encuentra entre los países con mejores coberturas contra el VPH”.

La vacuna contra el VPH no tiene ningún efecto secundario, puede causar un poco de hinchazón o dolor en el lugar de la aplicación o un poco de mareo inmediato, por eso se recomienda dejar a los niños y niñas sentados por 15 minutos, pero no tiene efectos secundarios a corto, mediano ni largo plazo.

“Esta vacuna es tetravalente, ayuda a combatir otros cánceres, no solo el de cuello uterino, también cáncer de ano, nasofaringeo e incluso las verrugas genitales. Por eso es muy importante vacunar tanto a niñas como a niños. Se ha demostrado que en donde entra una vacuna se controla un brote”, agregó de Hewitt.

Cada 4 de marzo se conmemora el Día Internacional de Concienciación sobre el Virus del Papiloma Humano, una iniciativa promovida por la Sociedad Internacional del Virus del Papiloma (IPVS, por sus siglas en inglés), que se ha convertido en parte del calendario anual de muchas organizaciones comprometidas, entre ellas Ancec, a fin de abordar y generar mayor responsabilidad en la población sobre este virus que si no es detectado a tiempo, podría cobrar vidas.

Tratamientos

La mayoría de los casos de infección por VPH desaparecen espontáneamente, por efecto del proceso sobre las defensas altas del cuerpo.

Los tratamientos para eliminar verrugas, tanto en la piel, como en genitales, pueden implicar medicamentos en crema o técnicas quirúrgicas, como cirugía de láser o la crioterapia, procedimientos realizados por un ginecólogo-obstetra.

De acuerdo con los expertos, si la mujer tiene un buen sistema inmunológico estas lesiones precancerosas pueden desaparecer con el tiempo, por lo que es importante el examen de papanicolau para detectar si existe algún tipo de alteración y así someterse a un tratamiento de forma oportuna para eliminar el camino hacia un cáncer.

Hasta el momento, en Panamá solo existe la Ley N°3 del 5 de enero de 2000 o Ley general sobre las infecciones de transmisión sexual y el virus de la inmunodeficiencia humana, la cual establece el marco jurídico para la educación y promoción de la salud; para la investigación, prevención, capacitación, detección, vigilancia epidemiológica y atención integral, sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS), el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida).

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