Estrés al volante

Actualizado
  • 27/04/2014 02:00
Creado
  • 27/04/2014 02:00
Conducir un auto debería ser una actividad relajante por la sensación de poder y libertad

Es un escenario invariable. Las principales arterias de ingreso a la ciudad obstruidas durante la madrugada de un día laboral, interminables filas de vehículos, bumper con bumper, intentando ganar cada metro posible. Los arcenes, que se supone son áreas destinadas para aparcar o maniobrar durante una emergencia, son convertidos en carriles adicionales por los conductores más avivados, lo que solo contribuye a acrecentar el tranque o embotellamiento. Cada vehículo rebasado genera nuevas situaciones de riesgo.

Las debidas normas de circulación y solidaridad entre conductores desaparecen, convirtiéndose la carretera en una verdadera ‘jungla de asfalto’, donde pareciera que acaba triunfando siempre la ley del más fuerte, del más vivo, del que más se arriesga en el juego mortal que se vive en las calles de la metrópoli.

Por mucha disposición y buen ánimo con que nos levantemos por la mañana, resulta casi imposible no dejarse vencer por la frustración y el abatimiento al ser testigo de toda clase de infracciones y maniobras que ponen la vida de los conductores y transeúntes en peligro. La tensión que se acumula tras el volante acaba de ser nefasta, no solo para nuestros reflejos y capacidad de reacción, sino también para nuestra salud y bienestar general.

MANEJANDO EL ESTRÉS

Mucha de la tensión y ansiedad que acumulamos al manejar tiene su origen en la necesidad de cumplir un horario, y llegar a un sitio en un tiempo determinado. Por ello es recomendable salir siempre con antelación suficiente para evitar que tranques o imprevistos nos pongan contra el reloj. Actualmente los medios de comunicación y, sobre todo, redes sociales como @traficologo o @protegeryservir, constituyen un excelente instrumento para mantenerse informado de accidentes, embotellamientos o cortes de calles, lo que facilita la planificación de rutas alternas.

Cuando nos encontremos en medio de un tranque, realmente no hace mucho sentido estar cambiando constantemente de carril o encimando al vehículo que nos precede. La ganancia de tiempo será mínima comparada con el estrés y el riesgo adicional de sufrir una colisión. Aunque creas tener la razón, no es recomendable ponerse a discutir de carro a carro con otro conductor, insultarlo o realizar gestos obscenos. Nunca se sabe quién es el otro conductor, su estado mental, incluso si puede ir armado. Es mejor evitar cualquier situación de riesgo.

DESPLAZAMIENTOS EN LA URBE

Para desplazarse a algún compromiso o reunión dentro de la ciudad, muchas veces resulta más conveniente dejar el carro propio estacionado y servirnos del transporte público, ya sea selectivo o colectivo. Hasta hace tan solo unos años en la ciudad capital se notaba bastante la diferencia en el volumen del tráfico entre las horas punta y las que no lo eran, pero en la actualidad el flujo vehicular se mantiene prácticamente constante durante todo el día en las principales calles y avenidas. Tomar un taxi, por ejemplo, no nos libera solamente de la responsabilidad de tener que manejar en un tráfico pesado, sino también de la dificultad y pérdida de tiempo de encontrar estacionamiento cerca de nuestro destino.

PROFESIONALES EN LA VÍA

Si la conducción supone por si misma un factor de estrés para muchas personas, especialmente lo es para aquellas que hacen del manejo su modo de vida. Conductores de taxis, autobuses y camiones de carga pasan muchas horas seguidas al volante, acumulando cansancio y tensión que puede llevarlos a perjudicar seriamente su salud. Respetar los periodos de descanso es fundamental, teniendo precaución de no ingerir comidas muy pesadas, ni tomar alcohol u otras sustancias que afecten a los sentidos y la capacidad de reflejo durante el manejo.

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