El bloqueo ante del dolor coital

Actualizado
  • 13/06/2019 02:05
Creado
  • 13/06/2019 02:05
¿Sabías que un alto porcentaje de los problemas sexuales es de origen psicológico y está asociado a conflictos en la relación de pareja?

A sí es, para mostrar las evidencias de ello, hoy abordaremos un tema muy común, pero que las mujeres callan: el vaginismo. A esta disfunción sexual se le conoce como la presión ‘involuntaria' que realizan las mujeres en su área génito-muscular a la hora del encuentro sexual y, especialmente, frente a la antesala de la penetración o coito. Lo más difícil de este problema es que, por ser involuntario, (ocurre sin ser conscientes de ello) la persona se da cuenta tarde de lo que está ocurriendo. La dificultad aparece con encuentros sexuales fallidos o frustrados, ya que las chicas reportan dolor al ser penetradas, lo que provoca la suspensión del encuentro sexual. Es valioso distinguir que a la articulación motora de los músculos en forma de espasmos involuntarios se le denomina vaginismo, pero al dolor sostenido que se experimenta, antes (de forma psicógena) durante y después de la penetración, se le denomina dispareunia. El vaginismo y la dispareunia van de la mano, disfunciones que están vinculadas por el dolor persistente y que al detectarlas se ha encontrado la prevalencia de razones de tipo psicológico por encima de las orgánicas.

Para abordar de forma prudente este problema tan controversial y evitar pronunciamientos sesgados y apresurados, es fundamental partir de una visión de la sexualidad como área de la vida humana multidimensional, es decir, la sexualidad comprende, más allá de lo genital y lo erótico, aspectos de orden biológico, psicológico, clínico, moral, cultural y maritales, lo que hace compleja su detección y comprensión.

Entre las causas de orden biológico destacan fisuras intravaginales durante o posparto, aparición de la menopausia o prematura menopausia —disminuyen los niveles de estrógeno, provocando el descenso de la lubricación vaginal—, inflamación de las paredes vaginales e infecciones de trasmisión sexual.

Entre las causas psicológicas suelen aparecer una baja autoestima, autoconcepto negativo de sí mismas, no sentirse merecedoras de placer, miedo a perder el control en el orgasmo, experiencias sexuales traumáticas y abuso sexual.

Entre las causas clínicas se detectan problemas de tipo endocrino –que amerita regulación hormonal—, ingesta de drogas o alcohol, consumo de fármacos requeridos para tratamientos por depresión, ansiedad, trastorno bipolar, entre otros.

Por otra parte, existen elementos de orden moral y cultural, como prejuicios religiosos, culpabilidad, bochorno y vergüenza ante lo sexual, ausencia de información sexual adecuada, señalamientos culturales a la mujer por estar en un encuentro sexual sin estar casada y por último, los aspectos de orden marital o relacional, como agresión de cualquier índole (verbal, física, psicológica, económica, sexual), descalificación, amenazas de divorcio o muerte.

Los problemas maritales comprenden uno de los principales agentes de disfunción sexual, por tanto, no se puede subestimar. He allí la importancia de que el tratamiento sexológico, para atender el vaginismo, vaya de la mano con un acompañamiento de tipo psicológico y de terapia de pareja; esta tríada garantizará el éxito de la detección y el mejoramiento progresivo de dicha disfunción.

Si deseas exponer alguna pregunta relacionada con temas de salud sexual o de pareja, puedes hacerlo a través de: sexsaludenpareja@gmail.com. o @sexsaludenpareja.

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