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- 10/05/2019 02:00
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En el artículo anterior nos referimos al síndrome del pensamiento acelerado (SPA) en los salones de clases, un síndrome psíquico que, según el doctor Augusto Cury, psiquiatra brasileño, psicoterapeuta, educador, escritor y creador de la Teoría de la Inteligencia Multifocal (TIM), es producido por el exceso de información al que nos encontramos expuestos producto de la globalización, del mundo del entretenimiento, de los patrones de belleza que sobreestimulan la emoción, lo que a su vez produce en nosotros la construcción de muchos pensamientos que tienden incluso a no ocurrir, ya que el noventa por ciento de las cosas que pensamos no suceden.
Esto se traduce en un desgaste mental y corporal que puede venir acompañado de ansiedad, agitaciones, falta de concentración, insomnio, dolor de cabeza, irritabilidad, pérdida del interés por las cosas sencillas de la vida, pérdida de la memoria y la sensación de estar agotado constantemente. Reflexione: ¿Usted tendrá esto?
Es importante que todos identifiquemos esta condición. La semana pasada dirigí el texto específicamente a los docentes, ya que esta profesión desarrolla mucho estrés. En países como España se realizó una investigación en donde el ochenta por ciento de los maestros sufren de estrés; en Inglaterra, las autoridades tienen dificultad para la formación de personal educativo, ya que pocos aspiran a ese trabajo. Esto es altamente inquietante, pues estamos hablando de la necesidad de mejorar la calidad de vida de las personas que desarrollan una labor de prioridad para este país, como lo es la educación.
Dado que forman a otros seres humanos, es necesario intervenir para brindar salud emocional en las agitadas aulas de clases. Pero no solamente los educadores están expuestos al SPA, también lo están los médicos, los jueces, los policías, los bomberos, los custodios penitenciarios, los periodistas, los abogados, los ejecutivos, empresarios, los padres, entre otros, porque ejercen un alto trabajo intelectual.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
El doctor Cury señala en su libro Ansiedad , que todo individuo debe practicar una técnica psíquica que se llama ‘DCD: dude, critique y determine'. Hemos dicho que el SPA consiste en el hiperpensamiento que tenemos diariamente, ya que nuestra mente no para y no puede ser apagada. Por eso es que cuando dormimos soñamos, por lo que para disminuir el SPA que nos produce ansiedad debemos estimular nuestro cerebro con actividades que tiendan a la desaceleración, como practicar algún deporte, escuchar música clásica o, en el caso de los docentes, poner música instrumental en el aula o aprender a tocar un instrumento musical.
Asimismo, evite estar expuesto a mucha información, como. Al usar internet pasa que queremos tener varias páginas abiertas, contestar correos, hacer investigaciones, escribir por WhatsApp, cuando debemos enfocarnos en una actividad a la vez.
De igual manera, antes de dormir no debemos estar expuestos a todos estos estímulos visuales y sonoros que quedan registrados en nuestra memoria. Por ejemplo, si la última imagen vista fue una escena pertubadora, que me generó miedo, puede que después sienta preocupación.
Recientemente, estuve en un seminario y escuché que una de las características de los jóvenes de hoy es que pueden hacer muchas cosas al mismo tiempo. Esto puede ser confundido con la eficiencia. Después de haber aprendido acerca del SPA, tengo que diferir.
Lamentablemente nos encontramos frente a un joven con mucha ansiedad, producto de la sociedad estresante en la que vivimos, y si no lo ayudamos puede que el día de mañana desarrolle trastornos emocionales y enfermedades psicosomáticas.
Estamos en la era de la tecnología y del entretenimiento, pero es paradójico que tantos niños y jóvenes presenten depresión. Tal parece que hayan perdido el gusto por la vida.
La técnica del ‘DCD' tiene como función ayudar a administrar los pensamientos y las emociones. En un salón de clases cualquiera puede darse el caso de que muchos estudiantes teman hablar en público. Para combatir el miedo pueden practicar dudando de los pensamientos negativos: de que no pueden colocarse delante de la clase, de que se les olvidará la información del tema. Es necesario desechar ese pensamiento y recordar el tiempo que se invirtió en preparación para dar esa charla, y, por último, determinar no ser víctima de esos pensamientos y verse aprobando favorablemente esa tarea y actuando.
Estos ejercicios intelectuales nos sirven a todos y deben ser realizados diariamente, de forma tal de que dejemos de ser esclavos de nuestros miedos, para registrar nuevas experiencias saludables y así superar nuestras zonas de conflictos o traumas.